Salud del Lago depende de plantas a menos de media máquina
Las descargas de las aguas servidas de 12 mil litros por segundo de los municipios Maracaibo, San Francisco y Costa Oriental del Lago; de San Antonio, Ureña y Cúcuta vertidas en las riberas del río Táchira, a fuente del Catatumbo en Colombia y Mérida sobre el río Chama, impactan al Lago de Maracaibo, pero no es el factor que más afecta a nuestro estuario.
“Las plantas de tratamiento me van a resolver el problema sanitario, pero no el problema del envejecimiento del lago. Tengo que separar. Las plantas de tratamiento son para darle salud al Lago”, precisa Luis Soto Luzardo, ingeniero y especialista hidráulico.
El proceso tiene forma de embudo. La cuña salina al pasar por el estrecho de Maracaibo arrastra las aguas cloacales e industriales hacia el fondo del Lago, en la zona central, donde se acumulan con la sal los nutrientes (nitnitrógeno y fósforo), tóxicos, bacterias y virus.
“El porcentaje de funcionabilidad de las plantas es de 35 por ciento”, asegura Soto Luzardo, quien explica que es en el estrecho donde están las grandes cargas puntuales. A su juicio, se debe utilizar a la máxima capacidad las pantas de aguas servidas existentes en Maracaibo, San Francisco, Cabimas y Ciudad Ojeda, y niquitar la construcción de Planta Norte en la región.
“Planta Sur fue la primera que se ejecutó. Está hecho el sistema RAS (Reuso de Aguas Servidas) que es parte de Planta Norte y están hechas las de Cabimas y la de Ciudad Ojeda. ¿Dónde está el problema en que funcionen adecuadamente? Se roban las estaciones de bombeo que recogen el agua y las llevan hasta las plantas. Le quitan agua a la planta y llega directo al Lago en lugar de llegar a la planta de tratamiento para ser tratada”, explica.
Sobre el diagnóstico comenta que con Planta Norte se tiene planificado culminar la planta y utilizar el agua en agricultura, con Planta Sur Planimara hizo hasta un plan para ocupar las tierras que expropió Corpozulia y utilizarla en agricultura con el agua de Planta Sur, es decir, reusar el agua lo más posible. Estas plantas que tenemos de tratamiento secundario debemos utilizarlas para riego”.
Sal de la anarquía
En Maracaibo, hace cinco años, el 43 % del total de las plantas de tratamiento de aguas residuales funcionaban, el 32 % estaban paradas parcialmente debido a labores de mantenimiento y 25 % no funcionaban por destrucción o abandono.
En la capital zuliana hubo colectores de aguas negras en La Ciega, Cotorrera y El Buen Maestro, entre otros puntos. Las aguas cloacales las incorporaban al lago por tuberías.
Soto Luzardo se re ere al sistema de RAS al que se le envían 600 litros por segundo cuando tiene capacidad para 1.300 litros por segundo. “Si le podemos meter el agua del Buen Maestro evitamos romper Maracaibo para llevar el agua para la intersección de la vía que viene del Marite la que va a Tulé”.
Sin embargo, destaca la conductividad del agua tratada. “La salinidad del agua ha aumentado en el RAS, tuvieron que montar un módulo de desalinización, montaron otro y tienen ya montando otro para, entre los tres módulos, tratar 120 litros por segundo.
Y se explaya: “Lo que se hizo fue pasar las aguas servidas de la estación de bombeo que está ubicada en el Colegio Rosmini hasta Pequiven, y en Pequiven está el RAS, y allí te tratan las aguas servidas y las usan en el proceso industrial. ¿Qué es lo que sucede? Que todo el mundo está haciendo pozos y ellos son salobres”.
El ingeniero explica que el Gobierno ha tenido que hacer una inversión cuantiosa. Re ere que son plantas importantes, grandes, para tratar 120 litros por segundo porque el agua se ha contaminado con el agua salina que la gente hace de pozos. “Esto es parte de la anarquía que tenemos”.
