El diario plural del Zulia

Reforma curricular podría fracasar por falta de planificación

El profesor jubilado de la Universidad del Zulia, Hugo Parra, recuerda que a la casa de formación docente irían una o dos veces los equipos que emitieron las pruebas para la Consulta Nacional por la Calidad Educativa, que hubo en el país en el año 2014. En total, fueron consultados 7 millones 233 mil 489 personas, entre estudiantes, docentes, en planteles educativos y eventos, según lo publicado por el Ministerio de Educación.

Para el asesor académico hubo un problema de improvisación que pesará en el transcurrir de la reforma porque no hubo, a su juicio, un plan de transición entre el sistema actual y el propuesto. “No hay tampoco en la propuesta del Ministerio una clara definición de política, qué van a hacer las instituciones de formación docente para adecuarse a la nueva propuesta. Hay un desconocimiento total. Es cierto que se les consultó pero que yo sepa aquí en la universidad vinieron una sola vez, pongan que hayan habido otras reuniones, pero eso es un proceso que debe ser trabajado con la formación de profesores”, sostuvo.

El proceso de reforma ya inició. Parra recuerda la Colección Bicentenaria y la entrega de Canaimas donde no se trabaja con software libre de enseñanza. Lo cierto es que hace pocos días se estableció en Gaceta O cial N°41.044, bajo la resolución 0142, que durante los próximos seis meses, las instituciones de educación media deberán adecuarse al “Proceso de Transformación Curricular para la Educación Media”, que señala cuatro áreas básicas de aprendizaje y notas en la escala del 1 al 5, con calificación mínima aprobatoria de 3.

Hay varios puntos que le preocupan al catedrático, el primero de ellos es la evaluación. Dice que el problema de la evaluación no es tanto la escala, debido a que esta se resuelve matemáticamente “se hace una correspondencia y eso absolutamente no hace ninguna variación, el problema está en la concepción de la evaluación”.

Según su experiencia la evaluación tiene que ser formativa, donde el estudiante, el representante y el profesor puedan estar claros de los logros que ha obtenido el discente en su periodo de evaluación, y también de sus dificultades para que puedan establecer un plan de estudio.

“Me preocupa que aún queda mucha tela que cortar. En Venezuela se ha tratado el tema de la evaluación muy ligeramente, la evaluación es clara. Algunos conciben la evaluación como para que no sea muy punitiva, yo tengo que ser tan permisivo que no comprometo al estudiante en el proceso, de tal manera que casi es un derecho adquirido aprobar la materia, considero esto un error incidente en la calidad educativa”, explica.

Fidel Gerdez, jefe del departamento de la Escuela de Matemática de LUZ, piensa que en estos momentos el Ministerio de Educación está en su fase exploratoria para considerar los errores, y luego hacer reuniones con las casas educativas y así reorientar el programa académico.

Su posición al respecto no está muy alejada a la de su colega. “Nosotros tenemos nuestro diseño curricular en el que aparecen los programas de las asignaturas, eso está totalmente ajeno a lo que es la política pública educativa del Gobierno”, sentencia Gerdez.

El profesor Neuro Ramírez, secretario de Educación en el estado, manifiesta que esta reforma vino a cambiar a otra que ya estaba obsoleta. Desmiente la eliminación de materias y dice que, al contrario, el adolescente de educación media podrá especializarse en la materia que él desee, a través de los llamados grupos estables.

Parra rechaza el rumor, dice que no es cierto que se hayan eliminado materias como física, química y biología. “Lo que se ha reestructurado es la propuesta teórica y debería ser una oportunidad del sistema educativo para ver desde un enfoque interdisciplinario todo lo que corresponde al proceso de formación, desarrollo y competencia del área científica y en las áreas sociales, eso es fundamental”.

Ambos insisten en que la competencia en la que están egresando a los educadores, no es una preparación que se corresponde con el instrumental que el Estado venezolano aplica.

“Hay una posibilidad de que la propuesta naufrague por un problema de implementación y del concepto en sí mismo”, manifiesta Parra. Para él podría haber un retroceso en la educación “porque en el caso de ciencias naturales, que es una de las que preocupa, los profesores no están preparados. Al profesor de física le piden que dé biología y química”.

Los catedráticos coinciden en señalar que el trabajo interdisciplinario que se quiere hacer podría perderse por no haber un plan coherente, claro y público en el que se involucre la sociedad venezolana.

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