El diario plural del Zulia

Recrudece la espera en gasolineras: Marabinos vuelven a pernoctar en las colas [+Fotos]

Familias enteras se van a las E/S y se turnan para hacer menos tediosa la espera. La aglomeración de personas significa un peligro por el Covid-19

Hoy inició la segunda semana del nuevo plan de distribución de combustible pero de forma muy distinta al lunes pasado. Menos de 7 días bastaron para que los marabinos volvieran a pernoctar en las estaciones de servicio a la espera de 30 litros de gasolina.

Los choferes de carros con terminal de placa 5 y 6 empezaron a aglomerarse en las filas de las gasolineras de la ciudad desde la tarde del domingo, sin la seguridad de que hoy pudieran tanquear.

Esto es un sacrificio, es algo inhumano que tengamos que estar un día antes en la bomba para que, si corremos con suerte, nos puedan surtir", dice Pedro Escalona, quien llegó a las 4:00 de la tarde de ayer a la E/S La R, al oeste de la ciudad.

Alega que el jueves pasado, cuando le correspondía surtir, llegó a las 4:00 de la madrugada a la fila. "Ya habían como 150 carros. La bomba abrió casi a las 9:00 y cuando eran las 12:00 del mediodía, cerró. Quedé a 6 carros, eso no me pasa más", comenta Pedro con recelo. "Tuve que esperar 5 días más".

Cientos de vehículos "duermen" en las colas

Dadas estas circunstancias, los maracaiberos se han dado cuenta que llegar a las gasolineras en la madrugada no es factible, por lo que deciden irse desde el día anterior para "tener más seguridad de llenado", como sucedía en la capital zuliana antes que el país entrara en la cuarentena por el Covid-19.

Gustavo Núñez llegó a la E/S Los Quintero desde las 3:00 de la tarde de ayer y ya la cola recorría más de dos cuadras. Cuando ya tenía cinco horas y media de espera, "llegó un camión antimotín" de la Guardia Nacional Bolivariana y les dijo a los ciudadanos que debían desalojar el lugar, pues "no iban a permitir el surtido de gasolina" este lunes.

 

De allí, se fue al centro de surtido de la Avenida Universidad y, cuando llegó a las 10:00 de la noche, le correspondía el número 165. "Más de 200 vehículos durmieron en la cola", señala Gustavo.

Igual que él, Manuel Duarte no pudo obtener 30 litros para su carro la semana pasada. La gandola llegó a las 10:30 de mañana y la E/S cerró al mediodía. Ayer, empezó a hacer la cola a las 8:00 de la noche y ya hoy logró tanquear.

Esto parece no tener solución. Dicen que hay gasolina suficiente en el estado pero tenemos que estar aquí desde la tarde anterior para poder echar. Es un suplicio", manifiesta Manuel.

Pese a que la bomba está entre las que se pagan a precio subsidiado, aún no está activo el sistema Biopago. Los 30 litros serían 150 mil bolívares en efectivo o 1 dólar, sin derecho a reclamar vuelto. La mayoría de los choferes cancelan en moneda estadounidense. "Efectivo en Bs. no hay", precisan.

 

Familias enteras a la espera de 30 litros

El marabino asegura que en el caso de la gasolinera de la Av. Universidad hay familias enteras que se turnan para que las pericias que deben hacer para obtener el carburante sean más llevaderas.

En el carro que tenía detrás de mí estaban mamá, papá e hijo. Se vienen en caravana porque ya los chamos están grandes y pueden manejar los otros vehículos de la familia", añade.

Otros tantos se van desde más temprano para "agarrar puestos" y tener un "buen número" para surtir al día siguiente. "A unos le hacen relevo los familiares. Les llevan agua y comida", agrega Manuel.

Violan la cuarentena

No obstante, todas las penurias que vuelven a vivir los marabinos por la escasez de combustible en la región, ahora se le agrega un detalle adicional: el coronavirus.

Sin medir el peligro de estar en contacto, directo o indirecto, con cientos de personas que se reúnen a diario en las E/S y conversan entre ellos "para pasar el rato", a los ciudadanos se les olvida que la cuarentena social por el Covid-19 aún se mantiene y, en Maracaibo, ahora el peligro es mayor por el foco de contagio que surgió en el mercado Las Pulgas.

Los choferes se llevan bancos para sentarse, comida y botellas de agua. "De estas colas puede salir cualquier cantidad de contagios. Aunque algunos tienen tapabocas, se reúnen en grupos para conversar y no quedarse dormidos mucho tiempo. Es un peligro", refiere Sonia Villasmil, residente cercana a la gasolinera La R.

Lea también
Comentarios
Cargando...