Pastelitos Pipo, 35 años de tradición y calidad
Nada se compara con la delicia de morder una empanada caliente y tostada, acompañada de una exquisita salsa tártara y una bebida fría, un trío perfecto que desde hace 35 años ofrece la franquicia de comida típica marabina más popular de la región. Y es que ¿quién no piensa en Pastelitos Pipo cuando el antojo por un desayuno criollo nos invade?
Con su sabor único y característico, Pastelitos Pipo es referencia de la cultura gastronómica del Zulia. Tradición y calidad, dos particularidades que definen a la perfección al local de venta de frituras que hoy cuenta con 15 sedes distribuidas en Maracaibo, San Francisco y la Costa Oriental del Lago.
“Somos tradición y zulianidad desde 1990” es el eslogan de su presentación. Pero la historia de este reconocido comercio comenzó años atrás, por allá en 1987, cuando uno de los nueve hermanos, a quien llamaban Pipo, decidió empezar a vender empanadas en un pequeño establecimiento en Las Pulgas, en el centro de Maracaibo.
En ese momento, solo ofrecía piezas rellenas de carne mechada, pollo y puré. Eso sí, con una sazón insuperable que lo llevó a buscar otro lugar -mucho más grande- para expandir el negocio. Ese nuevo local se llamó Las Margaritas, donde Pastelitos Pipo se hizo más fuerte.
Pero no bastó. De allí, el creador de la franquicia, junto con uno de sus hermanos, alquiló un espacio en Pomona, cercano al sector Los Transformadores. Y así fueron abriendo en otros sitios en la ciudad y en el Zulia, consolidándose como los vendedores de la comida tradicional más sabrosa de la región.
En sus años dorados, fabricaban hasta 3.000 piezas diarias y, aunque Pipo ya no esté con vida, son muchos años de trabajo y esfuerzo que se ven reflejados en el hecho de que éste continúa siendo el lugar preferido de los zulianos cuando de fritura se habla.
Sin duda, la calidad y frescura de los productos que ofrecen les ha dado la posición que hoy tienen. La comida es preparada con recetas especiales -y secretas- que los diferencian de la competencia. Y esto se nota, pues su distintivo sabor se ha mantenido durante décadas.
Actualmente ofrecen empanadas de carne y pollo mechado, molida, pernil, lomo negro, camarón, puré, pabellón, atún, pastelitos de queso, papa y queso, carne, pollo, papitas, tequeños, tequeyoyos y mandocas. Para las fechas decembrinas, expenden empanadas con guiso de hallaca.
El sabor de la comida mejora cuando se une con la delicia de salsas que elaboran: guasacaca, tártara, rosada y el picante, únicas en Maracaibo.
Pero no todo es fritura. También ofrecen lonchería con unos ricos morochos, arepas con varios rellenos, tumbarranchos “al modo de Pipo” e insuperables jugos naturales.
Laboran en horario corrido de 6:30 de la mañana hasta las 8:00 de la noche, de lunes a lunes. En todas las sucursales, la atención a los comensales es excelente.
La creatividad ha sido un punto a su favor; las personas detrás del negocio familiar han buscado la manera de reinventarse manteniendo la calidad. Trabajan distinto al resto, todos los platos se hacen de forma artesanal y con una peculiar forma de preparar los guisos, todo hecho con los mejores productos del mercado.
Pastelitos Pipo es regionalismo. ¿Quién no ha ido allá a comerse unas empanadas después de salir amanecidos de una rumba o se ha levantado un domingo con una ‘baja de fritura’ pero de Pipo? Es el desayuno perfecto para toda ocasión.
Y, más allá de eso, el gentilicio ya ha creado un vínculo, una especie de sentido de pertenencia, que tiene que ver con la tradición que representa para el Zulia.
En sus planes a futuro está seguir trabajando, brindando a sus visitantes la mejor comida tradicional de la tierra del Relámpago del Catatumbo.
