El diario plural del Zulia

Padres del FHEP: “Nuestros hijos se están muriendo”

-Solo queremos quimioterapia, no me quiero morir- dijo Bethania

-Mi papá y el Comandante también muerieron de cáncer- respondió el Guardia Nacional.

-Pues yo quiero vivir-, sentenció la joven.

Eran las 9:20 de la mañana. Con pancartas y ganas de luchar padres de niños con cáncer que reciben tratamiento en la Fundación Hospital de Especialidades Pediátrias (FHEP) se apostaron ayer en la cabecera del Puente “General Rafael Urdaneta” para solicitar quimioterapias.

Los tapabocas solo dejaban ver sus ojos llenos de lágrimas. Los pequeños también pedían solución, y así fueron cerrando los cinco canales del peaje.

En esta ocasión los que querían viajar no se molestaron, solo apoyaban y grababan el momento con sus celulares. Pasaron minutos para que colapsara el tráfico y con eso llegaron los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

“Por favor se me retiran de aquí. No pueden trancar el Puente porque están violando la ley al libre tránsito”, indicó el GNB de apellido Fuenmayor.

Los padres no querían claudicar, tienen seis meses sin el Ara-C, fármaco esencial para el protocolo de pacientes con leucemia.

“Vinimos aquí por la falta de respuesta que ha tenido este Gobierno a la falta de quimioterapia de nuestros hijos. Queremos que el presidente del Seguro Social, Carlos Rotondaro  nos responda. Nuestros hijos se están mueriendo”, expresó Auribel Colina, miembro de la Sociedad de Padres del FHEP.

Apareció el equipo antimotín de la GNB. Inició una discusión trancada entre los manifestantes y los verdes. Una oficial empujó a una de las madres.

-No caigas en su juego Alexis-, gritó una de las mujeres.

Fuenmayor amenzaba con meter preso a los padres. No quería permitir a la prensa que tomara fotografías ni grabara. Mientras tanto Bethania, de 21 años le explicaba que ella había tenido dos recaídas por falta de medicamentos.

Fue diagnosticada siendo una adolescente. Leucemia Linfoblástica Aguda, señaló el doctor. Ahora está a la espera de un trasplante de médula.

Se niegan a que sus niños se conviertan en una cifra más. Recuerdan la muerte de Santiago Riera e Isabella Salazar por la misma causa.

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