El diario plural del Zulia

Los apagones llegan a 15 años y el Zulia es el más castigado: "Nuestros hijos sufren"

Versión Final salió a las calles de Maracaibo para conocer de primera mano cómo los zulianos se ven afectados por el flagelo de la energía eléctrica. "A veces pensamos positivamente, como que se está arreglando la cosa. Y de pronto vuelve otra vez dos, tres horas sin luz y llega ese temor de, ¿y si vuelve a ser general?", relata Andreína Font. Entretanto, el ministro de Energía Eléctrica, Néstor Reverol, el jueves 1 de febrero pidió “comprensión” a los zulianos por los racionamientos que aplica Corpoelec en el estado

Suspiros y lágrimas de impotencia. Rabia, tristeza, agotamiento. Estos sentimientos afloran a toda hora en el corazón de cada zuliano, pero al terminar la jornada de trabajo, tras ser recibido en el hogar por una vela encendida y abanicos de mano, lo llevan a implorar internamente la necesidad de cambio. "¡Se fue la luz!", resuena más hiriente.

Este escenario se repite constantemente desde hace ya 15 años, cuando el expresidente Hugo Chávez decidió nacionalizar la industria eléctrica del país, cuya crisis culmen ocurrió el pasado  7 de marzo de 2019, el día del tan memorado "Apagón Nacional".

Versión Final salió a las calles de Maracaibo para conocer de primera mano cómo los zulianos se ven afectados por este flagelo.

"Mis hijos crecieron y siguen creciendo bajo este sufrimiento que llevamos en el día a día. Van a recordar una infancia en que era normal que se iba la luz y eso no es normal", relata Andreina Font, una madre de tres muchachos que lucha por mantener la paciencia, ante una situación que escapa de sus manos.

Con una mirada resiliente, Font narra:  "A veces es doloroso ver por qué mi hijo tiene que ir por esa vía o vivir esa vía. Y buscamos como padres siempre que ellos vean lo bueno de lo malo, adaptar la situación. Pero no dejamos de estar claros en que no está bien lo que estamos viviendo, que no es la vida que merecemos".

Ser venezolano se ha convertido en un sinónimo de resistencia y perseverancia, ante las inesperadas adversidades que surgen en un país donde la estabilidad parece haber tomado marcha. Andreína no es la excepción e intenta inculcarlo a sus hijos.

Viendo y buscando todavía las cosas buenas de lo malo, también entiendo que estamos creando hijos guerreros y fuertes. Hijos que no con cualquier cosa se van a quebrar y van a ver que todo se destruye porque tenemos un problema. Están aprendiendo de sus padres y de la vida que están llevando, de nosotros los venezolanos que somos unos guerreros que bastante hemos llevado palo. Están aprendiendo que ante los problemas siempre va a haber una solución", reflexiona la mujer,.

La esperanza, aunque no muere, se postra a la espera de encontrar una nueva luz en un túnel donde no se observa salida. "A veces pensamos positivamente, como que se está arreglando la cosa. Y de pronto vuelve otra vez dos, tres horas sin luz y llega ese temor de, ¿y si vuelve a ser general?", son pensamientos que no solo interpelan a Font, sino que trascienden a toda la comunidad zuliana, cuya mente y cuerpo no encuentra descanso ante los apagones que acechan de dos a cuatro horas diarias, en un estado donde el aire acondicionado es inexcluible cuando se habla de calidad de vida.

"Los niños son los que más sufren"

Versión Final, luego de conversar con distintas personas sobre el problema de la energía eléctrica, encontró que un factor común entre los distintos testimonios es que los niños suelen ser los más afectados ante la crisis. Jessika Boscán, madre primeriza de un bebé de ocho meses, combate a diario las pruebas de trabajar, criar a un infante y mantener la cordura en una situación que no está bajo su control.

"Yo salgo de trabajo a las 2:00 de la tarde, me voy y agarro un carrito, llego a buscar al bebé y me voy caminando como 5 cuadras para llegar a mi casa con mi bebé en brazos. Cuando llego no hay luz. Entonces, primero cansada, con el solazo, y con un bebé pequeño, parir para hacerle el tetero, el niño llorando, a veces trato de irme, salgo para el frente a agarrar fresco", comenta frustrada Boscán acerca de su día a día.

El calor, la falta de señal telefónica y la imposibilidad de realizar cualquier tarea renuevan constantemente la idea de emprender una vida fuera del país. En palabras de Jessika, "yo creo que esto es una de las razones por las que muchas personas se van".

"El otro día pasamos casi un día y medio sin luz, volvió como a la madrugada y yo estaba grave, grave. O sea, yo decía, Dios mío, el bebé llorando, ajá, menos mal que él come, le puedo dar comida, pero él siempre pide su tetero. Tenía que estarlo batiendo con un batidor y no es lo mismo, Que vos le le cuides sus frutas, le cuides sus cosas, o sea yo lo sentí como que me quería ir, le dije a mi esposo que me quería ir del país", indicó la madre primeriza.

Aunque no se trata de una decisión firme, ella cree que en otro país podría tener la tranquilidad que aquí carece. Considera que emigrando, pese a las dificultades que representa, tendrá la oportunidad de gozar de tranquilidad al llegar a su casa, especialmente con los servicios de agua y luz.

En Jessika está latente el pensamiento sobre la posibilidad de otro apagón nacional, motivo por el cual -recordó- su hermana decidió vivir en Colombia.

Mis sobrinos estaban pequeños, y yo me acuerdo que yo tenía unos ahorros, yo gasté todos mis ahorros comprando hielo. Hielo porque los niños lloraban por el agua fría, no querían agua caliente. Fueron unos días horribles, o sea, la comida, yo digo, comimos bastante porque tuvimos que comer toda la comida que había para que no se perdiera, comimos para regalar, para nosotros, pero era la situación en el sentido de que me sentí frustrada, como estancada, y ver el sufrimiento de los niños, más que todo, porque como uno le va a decir a ellos, no, tómate el agua caliente, que no hay luz, no, hay un apagón, o sea, ellos no entienden. Entonces, yo trataba ahora de ver cómo solucionar. Eso fue, o sea, lo que más me afectó fue eso, la desesperación de mis sobrinos, de los niños, y ahora me está pasando eso con mi hijo", remembró.

Aunque la problemática no encuentra pronta salida, ambas mujeres están convencidas que deben seguir adelante por el bienestar de sus hijos y ellas mismas. Entretanto, y 15 años después, el ministro de Energía Eléctrica, Néstor Reverol, el jueves 1 de febrero pidió “comprensión” a los zulianos por los racionamientos que aplica la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) en el estado, que se registran hasta tres veces al día.

 

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