El diario plural del Zulia

Las 12 uvas: una "costosa" tradición que peligra en la mesa de los marabinos

Con más de un siglo de antigüedad esta particularidad de Año Nuevo se ve amenazada por los precios del producto. Los comerciantes notan un descenso drástico de hasta el 80% en la venta de uvas. Muchos luchan por continuar la tradición a pesar de las circunstancias

Para los venezolanos, ingerir las 12 uvas justo en el Cañonazo representa una tradición que data desde hace casi 100 años, pero que en estos tiempos modernos se hace difícil mantener por su alto costo, por lo que la compra de este fruto ha disminuido hasta un 80% en Maracaibo.

En el Mercado Periférico Panamericano, en la avenida La Limpia, se evidenció la falta de uvas en diversas fruterías. Se constató que el precio de la bandeja de medio kilo, la presentación más común dentro del lugar, oscila entre los 55 y 70 bolívares, que son unos 1.53$ y 1.95$, a la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV), a Bs. 35.934.

Un precio más alto comparado con el precio de un supermercado de la ciudad, también situado en La Limpia, en donde el kilo de esta fruta se puede encontrar en 2.99$.

Una familia promedio de cinco personas en Maracaibo, necesita alrededor de un kilo de uvas para consumir este 31 de diciembre. No obstante, los usuarios prefieren destinar ese dinero para otras comidas de la cena, como las hallacas, el pan de jamón, u otras necesidades del hogar.

Durante el recorrido que hizo el equipo de Versión Final, Roberto Arrieta, comerciante del mercado, asegura que “a lo mejor el 30 y el 31 mejore algo, porque lo compran para brindar, pero hasta ahora no han sido buenas las ventas”.

Para el vendedor, la situación ha cambiado drásticamente en los últimos años, en los cuales el consumo ha caído en picada. “Distinto, antes sí se vendía bastante, hace cinco o seis años”, explicó Arrieta.

Caminando por los alrededores del Mercado, se encuentra el negocio de Serbin Ortega, quien alarmado afirma que “el consumo con respecto a años atrás ha sido incomparable, un 70 u 80% menos ha reducido el consumo”.

“Muy poco realizamos la tradición, pero siempre compartimos”, declara Ortega, quien también puntualiza que la situación con la inflación es “una locura”.

Uno de los nuevos locales dentro del mercado es el mini market “El Gran Piache”, quienes están viviendo su primera navidad como negocio. Los empleados señalan que la venta de uvas hasta ahora ha sido deficiente, aunque esperan un repunte para el fin de semana del 31 de diciembre.

Conversando con usuarios que realizan sus compras matutinas en los diferentes negocios, Humberto Ávila comentó que “todos los años realizamos la tradición, de toda la vida. Ya compramos las uvas para este año”.

Sin embargo, para otros la situación es diametralmente opuesta. Una de las usuarias mencionó que no come las uvas desde hace más de 10 años, ya que su familia ha emigrado del país y se encuentra sola con su hija.

El origen de las doce uvas

La tradición de comer doce uvas en los últimos segundos del año se estableció en Latinoamérica proveniente de España, donde es uno de los rituales más importantes para sus habitantes.

Según el periodista estadounidense Jeff Koehler, en su libro “España”, existen dos teorías del origen de la costumbre.

La primera de ellas sugiere que en la década de 1880, la clase alta española quiso imitar la forma de celebración de nochevieja de los franceses, que comían uvas y tomaban vino espumante.

Por lo que, presuntamente, las personas que se acercaban a la Puerta del Sol, en Madrid, a escuchar las campanadas de fin de año, comenzaron a imitar a los burgueses y comían uvas.

En cambio, la otra teoría se sitúa en 1909, cuando los productores de Alicante tuvieron una enorme cosecha de uvas blancas, lo que provocó una bajada en el precio, por lo que decidieron promocionar las uvas prometiendo que “daban buena suerte”.

Pero para los venezolanos, las uvas se inmortalizaron en 1923, cuando un joven cumanés de 27 años escribió uno de los poemas más famosos de la literatura nacional: “Las Uvas del Tiempo”.

Andrés Eloy Blanco escribió este poema el 31 de diciembre, tras perder un barco que lo regresaría a Venezuela desde España, por lo que pasó la Nochevieja en Madrid, cerca de la Puerta del Sol.

“Y ahora, madre, que tan sólo tengo las doce uvas de la Noche Vieja, hoy que exprimo las uvas de los meses sobre el recuerdo de la viña seca, siento que toda la acidez del mundo se está metiendo en ella, porque tienen el ácido de lo que fue dulzura las uvas de la ausencia”, recita uno de los versos del poema de Blanco.

Para los marabinos, las uvas representan un recuerdo de la Venezuela prominente que supieron vivir hace décadas, y que hoy en día, es una tradición que batalla contra la adversidad.

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