El diario plural del Zulia

La sobreviviente de cáncer de mama que hoy es "instrumento de esperanza"

Luego de meses de lucha, la comunicadora logró unirse al 27 % de las mujeres sobrevivientes en el mundo, según refiere la Sociedad Americana de Oncología Clínica y se convirtió en un "instrumento de esperanza" para quienes han sido diagnosticados con la enfermedad 

Las adversidades de unos se convierten en las inspiraciones para otros. Soleivy Suárez, sobreviviente del cáncer de mama, recuerda hoy cómo superó esta enfermedad y desde su experiencia busca sensibilizar a la población marabina sobre la importancia de prevenir este padecimiento.

La periodista zuliana tenía antecedentes de la enfermedad; dos tías fallecieron por la misma causa. Suarez, a sus 36 años, se realizó la primera mamografía y fue diagnosticada con Carcinoma de Mama.

Nunca sentí ni un síntoma o alguna manifestación de nada hasta que me hice la mamografía”, refiere la mujer de 41 años.

Tras ser operada se enfrentó a 16 quimioterapias, 30 sesiones de radioterapia, cuatro cada 21 día. “estas son las más fuertes. Las que te tumban el cabello y generan el mayor malestar”, recuerda.

En ese entonces tenía a mi hija con cuatro años de edad y fue duro. Cómo explicarle a una niña de esa edad el proceso que pasaría su mamá y lo que ella también viviría. Es un fuerte choque emocional”, relata quien en la actualidad se desempeña como jefa de prensa de la Universidad del Zulia (LUZ).

Luego de meses de lucha, la comunicadora logró unirse al 27 % de las mujeres sobrevivientes del cáncer de mama en el mundo que contabiliza la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO en sus siglas en ingles).

Bendita sea la circunstancia en la que pude conocer al Señor, Dios, él ha obrado de distintas maneras en mi vida y lo sigue haciendo de una forma especial, hoy agradezco a Él por la oportunidad de poder crecer en la adversidad”, reconoce la zuliana.

Retribución hecha esperanza

Soleivy Suárez luego de pasar por este proceso de salud, sintió la necesidad de retribuir de alguna manera toda la ayuda que recibió, antes, durante y después del tratamiento, de la Fundación Amigos de la Mujer con Cáncer de Mama (Famac). Razón por la que en 2016 se ofreció como voluntaria y pasó de padecer la enfermedad a ser un “instrumento de esperanza” a quienes son diagnosticados en la región.

Para mí hay un antes y un después con esta enfermedad. Fue un proceso de reflexión y de acercamiento a Dios. Gracias al Señor hoy puedo contar mi testimonio, porque sé que él fue quien me sanó”, dice Suárez para dar inicio a la charla que dictará a un grupo de mujeres, quienes acuden a la ONG a informase de la enfermedad.

Con su elocuencia y con su tono de voz matizado y dinámico, cuenta de una manera realista, sin caer en lo dramático, cada momento que pasó. Algo que no pensaba llegar a hacer. La periodista describe cómo fue su caída de cabello  y pestañas, la trasformación de la apariencia de sus uñas, negras y ásperas, y cada uno de los malestares “indescriptibles” que llegó a sufrir. Toda una experiencia de vida y fe.

En las charlas hablo primero sobre la fundación y luego comento algunos tips e información general sobre el cáncer, factores de riesgo, síntomas y explico cómo debe realizarse el autoexamen”, cuenta Suarez.

Bajo estas premisas, la sobreviviente busca que los asistentes de la charlas tomen conciencia y se sensibilicen de todas estas situaciones. Además llama a que se les quite el miedo de tocarse. “No estamos exentos. El cáncer no distingue sexo o edad. Con la prevención y todo de la mano de Dios podemos salir adelante”.

La falta de información y de cultura respecto a la autoexploración incide en que entre el 50 % y 70 % de los casos de cáncer de mama se detecten en etapas avanzadas, asegura el especialista, Santiago Sherwell, cirujano mastólogo.

Sherwell, asegura que más de la mitad de las pacientes tienen una «falta de información acerca de la gravedad de este problema».

Todos los tratamiento los tenemos gracias a la creación inicialmente de Dios, quien coloca todos los recursos que necesitamos para las enfermedades y para lo que sea. Para salir adelante. Todo depende de la actitud. Mi vida se divide en dos: el antes y después de la enfermedad”, explica de la manera más esperanzada la mujer, quien con su ímpetu hace que el asistente pueda llegar a pensar que no sufrió nada o que la enfermedad la hubiera restaurado.

Soleivy, junto a su “incondicional” esposo e hija, cierra el Mes Rosa agradecida con cada una de las experiencias que vive cada año. Situaciones que la “renuevan”, como su armario que cada año suma nuevas prendas del color característico de la lucha contra la enfermedad.

Su satisfacción, asegura, queda en cada persona que escucha su experiencia. Ese trance desde la primera quimioterapia hasta ahora que da la charla.

Pienso que valió la pena todo el sufrimiento, el dolor y toda la tristeza que esta situación genera. Es un no sé qué. Es recordar cada una de las dudas que tuve ¿Voy a estar bien?, ¿Lo lograré? Es saber que aquí estamos y que acá seguiremos”, puntualiza.

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