El diario plural del Zulia

Hombre fallece por mordedura de serpiente en la Sierra

En las comunidades que habitan alrededor del sector Tukuko, vía Sierra de Perijá, se confirmó el fallecimiento de una persona debido a una mordedura de serpiente.

Juan González se convirtió en la víctima más reciente en el área, siendo uno de los tres casos reportados desde el viernes pasado.

El hombre fue mordido en el muslo derecho por una mapanare, una serpiente venenosa que habita en la Sierra de Perijá. Según los testigos, González no lo mencionó cuando fue ingresado en el ambulatorio de la localidad de la misión del Tukuko. Cuando fue remitido hasta Machiques, su esposa hizo la acotación, pero fue demasiado tarde y perdió la vida.

Nelson Sandoval, párroco de la localidad, también declaró que la señora Rosalia Acki, de la comunidad barí en Saimadoyi, fue atacada pero logró ser inyectada con el suero antiofídico y pudo recuperarse.

El caso más reciente fue el de Liliana Simishi. La joven de 26 años fue mordida en el pie e inyectada con el suero. Según una actualización por parte de Sandoval, ella no ha sido trasladada a Maracaibo por falta de ambulancia.

Estos no son casos aislados, como relató el primer teniente, herpetólogo y profesor, Luis Contreras de los Bomberos Marinos del Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (Inea). “En los últimos cuatro meses han habido 265 situaciones reportadas de personas mordidas”. Son tres personas diarias.

Según el teniente, que se ha dedicado 17 años en llevar los sueros antiofídicos a personas alrededor del país, las serpientes “se aparean en invierno, pero se confundieron por el cambio climático y ya empezaron”. Él espera que durante la etapa de lluvias se incremente la aparición de mapanares, y de casos, en el área.

El kit de suero antiofídico trae cinco sueros que se ponen directamente en la vena y, según el estudio de sangre, hay que ver si se aplican más.

Debido a esto, Sandoval urgió a la comunidad que habita en la Sierra del Perijá y en sus adyacencias, conformada mayormente por indígenas, que “deberían proveer de uno o dos kits” por la lejanía de un ambulatorio.

El párroco usó el caso de Acki como ejemplo: “su traslado fue de casi cuatro horas. Fue afortunada”, explicó.

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