GNB arremete contra personas que intentaban comprar productos regulados en Maicaito [+Fotos]
Un sálvese quien pueda resume lo que se vivió la tarde de este sábado frente al establecimiento Latino del sector Maicaito. Una estampida de personas corrieron por sus vidas mientras efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) repelían a los que se apostaban en las afueras de dicho local intentando comprar productos para sus familias.
Quienes que se encontraban en el sitio relatan que alrededor de 700 y 1.000 personas se concentraban en las adyacencias de la zona, cuando los efectivos de la GNB comenzaron a detonar su armamento contra los ciudadanos, aproximadamente a las 2:00 de la tarde.
Ana Barboza, de 28 años de edad, cuenta que la arremetida contra las personas fue tal, que los ácidos de las bombas lacrimógenas quemaron a un niño que estaba con su madre en la cola.
"No tienen consideración ni con madres, ni con embarazadas, ni viejitos (…) ellos nos dijeron que harían lo que les diera la gana con nosotros", puntualizó Barboza, enfurecida ante la situación.
Otro de los habitantes del sector denunció que ellos dejaban ingresar lotes de entre 20 y 70 personas, pero la mayoría son "bachaqueros" o familiares de los empleados del sitio.
"Estamos desde la madrugada y todavía no hemos podido comprar porque solamente dejan pasar (los guardias) a los ‘bachaqueros’, a los familiares de ellos y los familiares de los trabajadores", expresó Geovani Barreto, habitante del sector.
"Encompinchamiento"
En plena calle, entre los casquillos de los cartuchos detonados por los efectivos de la GNB y los rastros de las bombas lacrimógenas, las personas gritaban "¡tenemos hambre!" y al mismo tiempo denunciaban que existe un "encompinchamiento" entre los vigilantes del establecimiento y algunas personas que logran entrar.
"Hay personas que le dan mil bolívares a los vigilantes y ellos los dejan pasar para que compren", denunció Barreto, asegurando que se encontraba en el sitio desde las 3 de la mañana de este sábado y no logró ingresar.
Los efectivos de la GNB permanecían en la entrada del establecimiento y solo dejaban salir a las personas que se hallaban dentro del mismo, pero no dejaban ingresar a nadie.
Aunque la situación parecía controlada, quienes estaban en las inmediaciones del Latino continuaban gritando, intentando drenar la frustración de no haber comprado con el constante grito de "¡tenemos hambre!".
