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Feligreses continúan pidiendo un “cariñito” para el Convento

La feligresía marabina continúa solicitando a los entes gubernamentales que le eche una mano a la iglesia San Francisco de Asís, conocida como el Convento.

El templo construido en el siglo XVII se está cayendo a pedazos. El vicario de la Catedral de Maracaibo y párroco de Santa Lucía, Silverio Osorio Mora, manifestó que el lugar necesita la ayuda de todos los zulianos, incluyendo los entes gubernamentales.

La señora Analía Cuencas recuerda cómo cada domingo al pasar para su casa, ubicada en el Saladillo, llegaba a la iglesia a “conversar con Dios, luego tuvo un buen rato cerrada. Veo cómo está rodeada de basura y cómo sale el agua del lugar y me dan ganas de llorar. Nada en esa ciudad es como antes. No hay amor por el pueblo”.

Dos años llevan haciendo la reestructuración completa de la Plaza Baralt, aún no han terminado. Los buhoneros quieren mejorar sus condiciones y los devotos necesitan renovar su fe.

Las puertas de madera de estilo gótico del Convento se muestran desgastadas por el sol, están quebradas por el comején. Las paredes se desconchan pero los eles aún llegan, aunque pidan a gritos la recuperación.

“No hay dolor por lo nuestro. Esto lleva años así. Uno pasaba antes y era lo mejor que podía ver. Han arreglado otras cosas pero eso, que es un templo histórico, no”, sentencia María Valbuena, residente del sector Valle Frío.

Osorio Mora detalló que está a cargo de la iglesia, debido a que el padre Alexis Rodríguez fue enviado a La Cañada de Urdaneta. “Yo quiero que nos ayuden, que la Alcaldía de Maracaibo, la Gobernación o el Centro Rafael Urdaneta aporten para que mejore la infraestructura”, sostiene.

Al costado de la iglesia hay un bote de aguas blancas que se liga con aguas negras, según destaca Osorio Mora. Eso proviene de la Capilla terciaria del Convento que fue expropiada por los buhoneros y que ha sido usada por ellos como depósito. “Allí tienen amarraderas, lavaplatos y otras cosas”, manifiesta el párroco.

Según los buhoneros, el derrame de aguas tiene cerca de seis años. En el lugar no se aguanta el olor ya que la cantidad que derrama a diario se conecta con la basura que está debajo de Rafael María Baralt. El escenario es desastroso.

Los transeúntes recuerdan cómo era aquél lugar y solicitan volver a ver a Maracaibo como antes. La culpa, aseguran, es del Instituto Municipal de Aseo Urbano; aseguran que nunca pasan a recoger los desechos sólidos que se acumula a diario.

“Confiamos en que antes de que empiece diciembre el Gobierno solucione esta situación porque son épocas donde los marabinos estamos acostumbrados a visitar nuestras iglesias”, prosigue Valbuena.

Otras iglesias como la Santa Ana y la Cristo de Aranza también están esperando por un “cariño” gubernamental. Sobre todo en momentos donde faltan pocos días para el inicio de la Feria Internacional de la Chinita y pobladores venezolanos llega desde el interior del país a hacer turismo religioso en la región zuliana.

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