Explotan 300 transformadores en Maracaibo
El pasado jueves se sentó un precedente único en la historia de Venezuela. La sequía de la represa del Guri, casi, por falta de planificación, llevó al ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, a establecer un racionamiento eléctrico de cuatro horas diarias en la mayoría de los estados del país “a partir del lunes 25 de abril”, reitaraba en rueda de prensa el general.
Con un temor supremo al daño de electrodomésticos, los zulianos se organizaron en la víspera para los madrugonazos. En la entidad se esperaban cortes de 12:00 a 4:00 de la mañana en aquellas parroquias que encabezaban el bloque “A” del cronograma.
Como si fuera el 31 de diciembre las familias esperaban el apagón. “Faltan cinco pa’ las doce”, exclamaban algunas. Minutos después como si se tratara del “cañonazo”, pero sin hallacas, empezaron a explotar en cadena, y bajo una ligera lluvia, unos 300 transformadores en toda la ciudad.
“Parecían cohetes, bombas. Empezó a llover y todo comenzó a explotar”, detalló Nairis Gómez, habitante de La Rotaria, cerca del oeste. A ese ritmo la mayoría de las casas del norte, sur, este y oeste de Maracaibo se fueron apagando. Contrariamente, los que esperaban el corte madrugador, se quedaron sin respuesta. La electricidad no se suspendió.
La lluvias causaron estragos. El mantenimiento ausente en los aisladores y las líneas de distribución sacaron del sistema a 42 circuitos.
Hace dos semanas, el sindicalista de Corpoelec, Álvaro Blanco, informó a Versión Final que solo había operativo un camión lavador de la empresa eléctrica y que desde hace tres años no se hacía adecuadamente el mantenimiento a los aislantes de San Francisco y Maracaibo.
Una fuente desde Corpoelec revelóeste domingo que cada circuito se encuentra integrado por unas cinco mil personas y que las matemáticas indican que tras la caída del sistema, en 42 bloques se afectaron unos 200 mil citadinos que padecieron y aún padecen por la interrupción.
Santa Lucía, Amparo, La Fusta, Puerto Rico, La Rotaria, Ciudad Lossada, Santa Rosa de Agua, Miramar, Valle Frío, Fuerzas Armadas, Lago Mar Beach y Los Pescadores son algunos sectores a lo largo de las circunvalaciones 1 y 2, que resultaron afectados.
Corpoelec no ofreció respuesta inmediata a la mayoría. Algunos trabajadores aseguran que aún el miércoles habrá sectores sin retorno de energía. “Llamamos y los que nos dicen es que Corpoelec solo tiene tres camiones, que debemos esperar”, comentaron los marabinos.
En el sector Miramar, cercano a Indio Mara, la electricidad quedó suspendida a las 1:00 a. m. El señor Ramón Cohen manifestó que a las 7:00 de la noche del lunes el servicio no había sido restituido.
“Aquí somos solo mis tres hijos, mi esposa y yo, somos de Colombia y no tenemos familia aquí para donde irnos mientras llega la luz. Llamo a la línea de Corpoelec y nos desvían las llamadas”, expresó.
Indicó que sus hijos de dos y cuatro años lloraban por la falta de alimento. “Se los hacemos en la licuadora, además tenemos cocina eléctrica, le hemos dado otras cosas, pero están acostumbrados a los batidos de frutas”, relató el padre de familia.
Mientras tanto, en el sector Valle Frío, la señora Nora Terán llevaba más de seis horas sin electricidad. Su mamá, de 80 años, con tres accidentes cerebrovasculares, estaba incomoda por el calor: “Ella no puede estar ni mucho tiempo acostada, ni mucho tiempo levantada. Debemos tenerla en aire acondicionado, por eso la sacamos al patio para que se refrescara. ¿Hasta cuándo con esto?”, comentó.
Desde que inició el año, representantes sindicales y trabajadores de la Corporación Eléctrica en el Zulia, protestan por la firma de un nuevo contrato colectivo, debido a que el actual se encuentra vencido desde hace seis años. Asimismo, han expresado que no tienen “herramientas ni equipos para trabajar”, como aseguró, Wilfredo Olano, coordinador general de Sutiescez. Según los empleados, la operatividad de la empresa está en 20 %, debido a las carencias de implementos de trabajo.
Olano informó que el jueves tienen previsto volver a las manifestaciones de calle. Este lunes, en la sede de Amparo, sucedió lo que alertaban con la llegada de las lluvias. No podrían dar respuestas a los llamados de auxilio de la gente.
