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Estacionamiento, control de comercios y restauración, los principales proyectos del CRU para la Plaza Baralt 

El arquitecto José Antonio Robles, presidente del Centro Rafael Urdaneta, dijo que el CRU está dando pasos para ser asociado de la dependencia de Hábitat de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el rescate del patrimonio historio y urbanístico de la ciudad

Una Plaza Baralt con estacionamiento propio, marquesinas para generar sombra, el reordenamiento de la actividad comercial y la restauración arquitectónica de sus edificios y adyacencias, son algunos de los proyectos que plantea el Centro Rafael Urdaneta (CRU) dentro de su nueva gestión con la que alcanzarán 35 años de funcionamiento el próximo año.

Así lo develó a Versión Final el arquitecto José Antonio Robles, presidente del CRU, quien detalló que la inversión en esta zona del Casco Central es elevadísima. “Es muy grande dado al deterioro que no solo tienen la plaza,  sino las edificaciones que la rodean”, refirió.

Desde la longeva sede de la institución, el edificio patrimonial de la comandancia de la Policía, en la Calle Carabobo, Robles dijo que una de los principales problemas que ha tenido el asiento desde su construcción es que no tiene estacionamiento.

“Estamos buscando esa solución para que la plaza cuente con un estacionamiento legible que se pueda identificar claramente por los usuarios, de fácil acceso y sobre todo, seguro (…) Cuando el ciudadano se siente seguro y llega con su vehículo, hay una nueva puesta en valor como zona comercial por excelencia”, enfatizó el también abogado.

Acciones de control sobre los buhoneros

Robles, además, se refirió al comercio que se desarrolla en la localidad.  Aunque los mismos vendedores han dicho que hay un resurgimiento económico, para el arquitecto algunos de los establecimientos han perdido la esencia dentro del permiso concebido para su labor. 

“Ese motor, el comercio, presenta problemas de anarquía. Por más intervenciones que se hagan, el comercio informal recobra su terreno. Hay que ponerle control a eso (…) Sabemos que las personas buscan subsistir pero se debe poner revisión”, resaltó.

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El profesional, entrenado en la planificación, diseño y supervisión de la construcción de edificios, argumentó que su objetivo es que ese sea el mercado que necesita la ciudad. “Limpio, seguro  y sobre todo funcional y sin caos”.

“Reconocemos el trabajo de  los buhoneros, pero no podemos seguir permitiendo que continúen tomando espacios, aceras, calles y estacionamientos. Tienen derecho al trabajo pero debe haber un control. Ojalá todos pasen del informal al legal, es el deber ser”, priorizó.

De acuerdo con Robles, los quioscos que integran la Plaza Baralt, como los tranvías, no eran originalmente para comida caliente o para ropa.

“Lamentándolo mucho, aquellos que se desviaron de lo acordado, pueden perder ese beneficio que se les dio. El CRU es dueño de esos espacios pero queremos que se utilicen para lo que fueron construidos”, advirtió

Dentro de sus objetivos, buscarán que los pequeños comerciantes del Casco Histórico respeten la actividad económica para lo que fueron diseñados. Es decir, la venta de souvenir, artesanías, golosinas y otros objetos que engalanen la cultura o den un aporte turístico a la zona.

“Queremos salir de las  telas y toldos. No puede haber maniquís  o mesas”, develó Robles, quien además comparó la idea del plan de la Plaza Baralt con el estado de Sabana Grande en Caracas.

Vagones del tranvía son usados como baños públicos

Entre los establecimientos comerciales que tiene la plaza están las estructuras que asemejan los vagones del antiguo tranvía de Maracaibo. Algunos de estos puestos están deteriorados.

“Se deben recuperar los tranvías. Hemos determinado que tienen corrosión, producto del orine. Las personas al no tener baños en la Plaza Baralt orinan dentro del tranvía. La estructura en los bordes tiene  un elemento tipo baranda que permite que la  persona entre y haga sus necesidades sin que nadie lo vea. La trompita del tranvía es el  sitio usado para orinar. Todas las plataformas deben ser  vueltas a construir, pintar”, puntualizó.

Para esta restructuración también diseñan la colocación de marquesinas para darle sombra a la plaza. “Al tener elementos de sombra se pueden hacer algunos cafés, zonas de estancia que protejan a las personas de la lluvia o el sol”, consideró.

El abogado subrayó que cuando estén dadas las condiciones, el turismo florecerá. Para haber exploración no solo se deben ofrecer atractivos, sino también otros servicios como  seguridad, servicios, transporte y otros”, agregó.

“Que siente un turista cuando lo llevan a la Plaza Baralt y ve esa anarquía. ´Diría; aquí no hay  ley´, es una ciudad donde se puede hacer cualquier cosa”, sentenció.

Atractivos, ancla del resurgimiento económico

Al hablar de la economía y autosostenibilidad, Robles dijo que “cuando hay atractivos y visitantes, el comercio resurge”.

“Si las condiciones están dadas en la Plaza Baralt el comercio va a llegar solito porque nadie va a desperdiciar la oportunidad de generar dinero y empleo (…) Es contradictorio para quien no conoce la realidad. Primero, no tenemos estacionamiento para fácil acceso, no hay atractivos de calidad que hagan ir a los clientes. Si uno ve someramente las riquezas arquitectónicas y la posibilidad de tener ahí  comercios importantes, en comparación a otros sitios,  no tenemos que envidiarle nada a otros países de Latinoamérica”, arguyó.

Al nivel arquitectónico e histórico, “se está definiendo de la intervención dónde básicamente se van a mantener los elementos tradicionales de las construcciones que hay a nivel de mobiliario”.

Robles reveló que se van a incorporar unas nuevas características.

Sin fecha establecida de entrega

“Estoy convencido que en un corto tiempo la ciudad será irreconocible para quienes la vieron en su peor momento. Se está apostando en la inversión y la importante actividad económica”, sumó al ser cuestionado por Versión Final sobre cuándo prevén entregar los primeros trabajos.

Robles señaló que “los tiempos van a depender en la medida de la disponibilidad presupuestaria y económica”.

“El tema de la Plaza Baralt no es problema de un plan en específico. Son múltiples proyectos que hacen posible la gran visión que se tiene sobre este espacio. Cada edificación es un proyecto en particular. La plaza no puede ser vista aisladamente. Su espacio público es muy amplio. Está definida  por sus callejones y adyacencias. Pero no solo es quedarnos allá”, aseguró.

Precisó que en corto tempo la ciudadanía podrá apreciar la refacción de edificaciones.

“Dar una fecha exacta es no ser preciso pero estoy seguro que en menos de  un año de gestión se están viendo resultados positivos. La gente debe entender que no estamos en un periodo de bonanza económica. Hay menos recursos pero como dice el Gobernador, un buen gerente se conoce en la adversidad”, aseveró.

El presidente del CRU destacó que el instituto es una empresa mixta, “una sociedad anónima con dos accionistas: La Gobernación del Zulia con un 64 % y el Ministerio de Hábitat y Vivienda con un 36  %”.

“El CRU está dando pasos para formar parte de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) como asociado para el rescate del patrimonio historio y urbanístico de la ciudad, porque ellos cuentan con asesores y expertos en desarrollo urbano. Estas alianzas que se irán dando a través del Ministerio van a permitir que tengamos una planificación eficaz y que verdaderamente lleve al Centro a ese esplendor económico y arquitectónico”, auguró.

Robles estableció que desean recuperar “nuestro Centro de la mano de la empresa privada, los  trabajadores formales e informales”.

El abogado reflexionó sobre el estado actual de Maracaibo y concluyó que el Casco Histórico es de todos y puede ayudar a redimir a la ciudad.

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