El diario plural del Zulia

“Espagui”, el pastor alemán que asiste a la Caminata de la Misericordia sobre los hombros de su dueño

Desde hace seis años, Adrián Ramírez paga una promesa a favor de su mascota, un canino que padeció de miasis y que hoy goza de buena salud, razón por la que el joven lleva al perro a la manifestación religiosa como acto de agradecimiento

Entre los más de 100 mil devotos que se congregan para caminar en el Domingo de la Misericordia por la avenida 5 de Julio de Maracaibo, se ve a un joven con un pastor alemán sobre sus hombros, una particularidad que suele causar impresión o curiosidad en los asistentes.

Se trata de Adrián Ramírez, un zuliano que desde hace seis años atrás paga una promesa a Jesús de la Misericordia en favor de su mascota llamada "Espagui", un canino de 11 años que padeció “una herida por miasis”, descuido que fue superado y que hoy el diseñador gráfico agradece como gran manifestación de fe.

“Toda mi familia es católica, amantes del servicio y devotos de la Virgen de Chiquinquirá. Por medio de ellos supe de esta caminata (…) mi perro semanas antes pasó cuestiones de salud a raíz de una herida por miasis (gusanos) y estuve rato sin pasearlo, al saber de la caminata decidí llevarlo para que conociera y estirara las patas por el tiempo que estuvo sin salir, al llegar me tropiezo con el inmenso sol característico de acá con poca sombra y sé lo difícil que son para los animales esas condiciones. Al notar eso, le dije al perro, hablando solo: 'Tú no vas a caminar con este sol, te voy a cargar y yo seré tus patas'”, contó el joven, 28 años, a Versión Final.

De esta forma, inició una tradición para este ciudadano y su propia familia que en la actualidad lo acompaña cada año, y es para Adrián, mucho más allá de un acto de fervor, una forma de agradecer al canino su entrega y amor hacia él, pues lo adoptó desde sus 20 días de nacido. Incluso, lo mandó a buscar en moto a Barquisimeto.

“Más que para Jesús, fue una promesa con el mismo perro, ya que por mi descuido le pasó la enfermedad, por lo que estuvo sin salir. (…) Con tanto pelo y dejarlo de bañar no me percaté de su herida y la infección avanzó”, narró Ramírez, al tiempo que recordó cómo fue su inicio hace seis años al evento religioso.

“Al llegar a la caminata y cargarlo, en el transcurso del trayecto, me di cuenta de que llevaba una vida en mis hombros que dependía totalmente de mí para su cuidado, darle su comida, bañar, servicio y es entonces donde caí en cuenta que era mucho mejor prevenir que curar. Lloraba mientras caminaba, las piernas me dolían, el hombro ni hablar, pero me dije a sí mismo: “es el karma”. Estoy sufriendo lo que él llegó a pasar por mi descuido. Recuerdo que le dije a Espagui que de ahora en adelante yo sería sus patas en esta caminata y así sentir lo que él llegó a pasar por mi culpa y así recordar lo valioso que es para mí y que tengo la prioridad de ser más atento con él siempre. Ya han pasado seis años desde esa promesa”, agregó.

El también arquitecto comentó que encuentra distintas reacciones cada año, algunos cuestionan su gesto, mientras otros se interesan en conocer la historia de tras de solo un chico con un perro a cuestas.

“Muchos critican porque no saben que el perro en realidad no camina la procesión, piensan que yo lo llevo por gusto a pasar un mal rato o que el perro se cansó, que es un malcriado, entre otras situaciones. Algunas personas, que son la mayoría, notan mi cansancio y lo sucio que estoy al hacer las paradas para tomar un respiro y me ayudan”, refirió.

Ramírez señaló que también hay quienes se acercan a preguntar. “Algunos se imaginan que es una promesa que si el perro estaba o está enfermo. Hay personas que hasta me aplauden, me felicitan sin saber, pero son claras mis intenciones al dar y mostrar lo mejor (…) y así que los demás tomen ejemplo de que las mascotas son parte de la familia y quien diga lo contrario es sencillo, no les interesa”, puntualizó.

Esta es una de las tantas promesas que se ven cada año en la caminata, donde familias, foráneos y personas que empiezan a creer se unen para celebrar la Pascua y a Jesús con sus rayos milagrosos.

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