El diario plural del Zulia

En desidia sobreviven cuatro familias luciteñas

Un solo televisor y un minicomponente distraen de sus problemas a la numerosa familia

Desde una casa antigua sin techos ni ventas y con apenas media pared se escuchan las contagiosas risas de al menos nueve niños que juegan y disfrutan de su infancia en el amplio terreno de una vivienda ubicada en la avenida 2 del sector Santa Lucía de Maracaibo.

Entre hojas marchitas caídas de los árboles de la casa número 89-22, de la calle Nueva Venecia, en un piso opaco por los rayos solares, Rubí Quintana, madre de una niña de un año y medio de nacida, escuchaba música junto a los infantes.

Con sus rostros llenos de arena, Quintana y los menores recibieron al equipo reporteril de Versión Final, y mostraron la condición de precariedad en la que viven cuatro familias: los Morán Quintana, los Fernández Quintana, los Rivas Quintana y los Morillo Quintana.

Una puerta de madera que refleja sus años protege a la familia del mundo exterior. “Hay más sol adentro de la casa que en la calle”, expresó Rubí al entrar a la vivienda. Se refería al deterioro en el techo de concreto.

¡Pasa por aquí!, mira como es nuestro cuarto”, dijo enseguida Owel José, de tan solo tres años de edad. Dos camas matrimoniales en precarias condiciones repletas de ropa, un closet de madera lleno de zapatos, ropa y libros, un ventilador y una hamaca color verde forman parte de la habitación donde duermen estas 10 personas.

“¿Cómo hacen para dormir todos aquí?”. “Dormimos uno encima del otro”, respondieron todos los niños al mismo tiempo. Los menores, con edades comprendidas entre un año y 14, no dudaron en expresar su sentir.

“Hay muchos chécheres y no dormimos bien, pero juntos somos felices aquí”, dijo María Fernández, de 12 años.

La vieja casa fue herencia de Pablo Quintana y Débora Parra, quienes pasaron su vida en esa calle de Santa Lucía. “Nosotros estamos aquí desde niños. La familia ha crecido y la casa cada vez da para menos”, comentó Deivi Quintana, hija de los fallecidos.

Crisis

Las condiciones de vida de esta familia empeoraron a raíz de la crisis económica del país. Los niños estudian en el liceo Idelfonso Vázquez; sin embargo, no cuentan con los recursos necesarios para adquirir todos sus útiles escolares. El pan de cada día no está garantizado en la mesa de estos zulianos.

“Si tenemos para comer, lo hacemos; pero nuestra prioridad siempre son los niños. Ellos no entienden cuando decimos que no hay”, comentó, afligida, Rubí.

Un solo televisor y un minicomponente distraen de sus problemas a la numerosa familia. “Intentamos no refugiarnos en los problemas, por eso nos distraernos con cualquier programa de televisión o música que escuchemos, como lo estamos haciendo hoy”, mencionó la madre de Rutqueily.

Hacen solicitudes

Desde hace varios años, los afectados han pedido ayudas sociales a diversos entes. Propusieron que en el amplio terreno se construyeran varias viviendas donde las cuatro familias pudieran compartir; pero los intentos han sido fallidos.

“Nos hemos cansado de meter solicitudes y no nos escuchan. Una vez la Asociación de Vecinos nos dijo que para hacernos una vivienda teníamos que ceder parte del terreno. ¿Cómo le damos parte del terreno, si nosotros no vivimos bien?, cuestionó Deivi Quintero.

 

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