El diario plural del Zulia

En bicicletas y a pie, devotos fueron a Isnotú para cumplirle a José Gregorio Hernández

Todos los días habrá actividades especiales hasta el próximo 8 de mayo, cuando José Gregorio regrese a casa en un relicario especial, para aumentar el gozo de sus fieles

El viernes 30 de abril, desde temprano las nubes crearon un tejado de blancos y grises para aquellos fieles al Doctor José Gregorio Hernández que decidieron llegar hasta el Santuario ante todo pronostico, atravesando a pie o en bicicleta unos 15 kilómetros desde Valera hasta Isnotú para decirle al mundo desde allí que ¡José Gregorio ya es beato!

Mientras, en el Santuario desde antes de la 6:00 a. m. el repicar de las campanas viajaba por todo el pueblo anunciando que ya había llegado el día, y por la carretera, se escuchaban los pasos de quienes a pesar de la falta de transporte y por promesa al beato, decidieron ir en familia, o en grupo, carretera arriba para llegar hasta Isnotú, reseñó un reportaje de Efecto Cocuyo.

Así fue como la familia Gavidia desde la noche del jueves tenía todo listo para comenzar a caminar. Se levantaron muy temprano y desde Valera comenzó su travesía de fe a las 5:00 a. m.

Estamos aquí porque José Gregorio nos ayudó con una sobrina que tuvo un accidente y con otro familiar que tenía un fuerte problema de salud. Venimos también a pedir por nuestro país”, comenta Flor Gavidia, quien además de los 15 kilómetros a pie, caminó también de rodillas hasta la imagen del beato.

El recorrido duró unas cuatro horas, y Flor se lo ofrendó a José Gregorio Hernández con lágrimas en sus ojos por los favores concedidos a su familia, que al verse en medio de la multitud se sintió bendecida de formar parte de este día histórico.

Como ellos, también desde Valera la familia Nuñez tomó sus bicicletas y comenzó a pedalear; eran dos adultos y dos niños, por lo que fueron haciendo el recorrido de forma pausada, disfrutando el paisaje y saludando a sus conocidos que encontraban en el camino. “Aquí estamos, llenos de gozo por esta bendición. Venimos llenos de alegría, misma de la que nos vamos contagiando en el camino”, manifiesta Pedro Nuñez.

Detrás de ellos caminaban cientos de fieles, y otro grupo grande de ciclistas que partió desde las redoma de la Floresta en Valera. Por el camino, altares y banderas que ondeaban afuera de las casas le indicaba a los caminantes que ya estaban cerca.

¡Ya es beato!

En sintonía con la liturgia central en Caracas a través de pantallas y grandes cornetas, las personas presentes en el Santuario acompañaron a todo al mundo entero conectados por la emoción de tener un “santo venezolano”.

Los aplausos invadieron el lugar y se escuchó en un sola voz ¡José Gregorio ya es beato! ¡Ya es beato!, exclamaban con profundo sentimiento y hay quienes no pudieron contener las lágrimas que por años habían guardado para este día.

Cantaban con gran pasión el himno compuesto para él, y esa melodía inflaba el pecho de muchos, quienes llenos de orgullo coreaban las letras “Siervo bueno y fiel de Dios padre. Esperanza de aquel que está enfermo”, clamaban su intersección por la pandemia.

En Isnotú también se vivió la emoción de ver como una manta azul desvelaba una gigantografía del beato, que fue diseñada por el Padre Pedro Terán inspirada en la imagen que permanece en el santuario.

Luego de la liturgia, comenzó un concierto de alabanza, en el que Douglas Umbría estrenó para Trujillo su tema “Bienaventurado”, especial composición que nace de estudiante de medicina de la Universidad de Los Andes que afirma ver en José Gregorio un ejemplo a seguir, palabras que refuerza con sus melodías y letras. Llegó acompañado de Jovanny Pabón y Frank Luque para darle un regalo musical al beato y su pueblo.

Con ellos, el médico endocrinólogo José Ángel,  en representación de la ULA, vivió con mucha alegría la celebración vestido de bata blanca, pues dice con devoción que el beato unió dos mundos que parecían ser agua y aceite: la ciencia y la religión.

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