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El pesebre de Los Olivos: 25 años de tradición familiar para la unión de la comunidad

Junto a su nieto Aarón David, Arelis Villarroel, defiende las iniciativas ante las dificultades y expone la necesidad de que las nuevas generaciones continúen con las tradiciones “esas que educan y crean valores. La que unen a la gente” como lo es el nacimiento 

Llega el 7 de noviembre, las personas esperan en las adyacencias de la casa de la familia Manzano Villarroel. Cae el telón y es descubierto por vigésimo quinta vez el “pesebre de Los Olivos”.

Bajo un centenar de estrellas, realizadas con CD, la comunidad contempla cada año la catequesis del nacimiento de Jesús hecha con al menos 8.000 figuras en la vivienda ubicada en la calle 61 del mencionado barrio de la parroquia Idelfonso Vázquez.

Con material de reciclaje y donaciones de allegados es posible la creación de la manifestación católica que abarca más de cinco metro de largo, que deja oculta la fachada de la vivienda.

La elaboración inicia a finales de octubre, el trabajo de montaje es de unos 40 días. Esta acción reúne a los cinco hijos de Arelis Villarroel, creadora de la tradición. “Al acostarme sueño que voy a hacer y poco a poco voy armando y desarmando lo que no me gusta”, refirió.

Villarroel, descendiente de familia barinesa y sucrense, relató a Versión Final que la devoción por el nacimiento nace desde su infancia debido a que su abuela creaba cada año el pesebre. Años después inicia la tradición, cuando unos amigos le regalaron un Belén en un congreso en Mérida.

Desde San Francisco

Poquito a poquito lo agrande y al mismo tiempo me informaba sobre el verdadero sentido del pesebre”, aseguró la nutricionista antes de iniciar a contar la historia del pesebre que data desde 1223 y que coloca como precursor a San Francisco de Asís, un fiel devoto de la Natividad de Cristo, verdadero sentido de las fiestas.

Según San Buenaventura (Juan de Fidanza 1217-1274), un teólogo y cardenal italiano, en aquel entonces Asís entró en una ermita de Greccio, donde sintió la necesidad de reproducir el misterio del nacimiento, por lo que solicitó la autorización del Papa Honorio III.

En su narración, cuenta que Asís inició los preparativos del Belén 15 días antes del 25 de diciembre, escogió un lugar abierto donde colocó un paño blanco, lo llenó de heno y llevaron un asno, un buey y otros animales. Nueve días antes de la Natividad de Jesús, convocó al pueblo y celebró una misa en presencia de la representación humana del nacimiento.

Una historia de donde Villarroel parte para fomentar esta representación de la Iglesia Católica.

Lo hago con la finalidad de que haya unión. Esta iniciativa está para que otros vean que con tantos problemas que tenemos en nuestra  vida, Dios nos regala tantas cosas que debemos saber usar”, dijo en referencia a Asís y a su trabajo.

De una silla de rueda a recrear el nacimiento

En una esquina se observan fotos de personas que han partido a la casa del Padre y que representan mucho a la nutricionista zuliana. Las instantáneas de su cónyugue y abuela resaltan debajo del árbol geológico que representó Villarroel con ramas y adornos.

Este año, Arelis realizó la develación del Belén en conmemoración a los 11 meses del fallecimiento de su esposo, quien aporto “grandes cosas” para la recreación de la pieza.

"Estuvo conmigo más de 40 años y hoy no está. Él me ayudaba mucho. Fue duro. Una situación bastante triste pero pa’ lante”, manifestó Villarroel con la voz quebrantada al recordar que el mismo día del sepelio del señor, ella estuvo en una silla de ruedas tras sufrir un accidente.

Caí en silla de rueda el mismo día que murió mi esposo. Murió el siete y lo enterraron el nueve y en pleno cementerio me desplomé y me partí la tibia. Tuve ocho mese en silla de rueda. Solo tengo tres mese caminando, pero Dios me dio esta oportunidad otro año más y la deseo continuar”, aseguró.

Junto a su nieto Aarón David, Arelis, defiende las iniciativas ante las dificultades y expone la necesidad de que las nuevas generaciones continúen con las tradiciones “esas que educan y crean valores. La que unen a la gente”, dijo.

Ante las vicisitudes que tenemos nosotros debemos tener las iniciativas de hacer las cosas. Por tanta tristeza y dolor que estamos viviendo. Como dice la palabra: ‘El amor de familia se enfriará en este tiempo’. Incluso hasta con los familiares de afuera. Ante este problema, debemos tener esperanza y hacer cosas agradables ante los ojos de Dios”, agregó Villarroel.

Salvación de las fiestas

La víspera del 25 de diciembre reúne a un centenar de personas en la casa de la familia zuliana. Canto oraciones y la alegría son derrochados en la arteria vial, que es cerrada para que los niños puedan jugar y recrear un espacio libre para la comunidad.

Es bello. Que veas a las personas reunidas entorno a tu hogar (…) La gente viene a parase aquí y a olvidar lo problemas”,

Los menores dejan sus cartas al Niño Jesús, algunos reciben su regalo en el pesebre. Otros comparten en el recinto. La Iglesia celebra el parrandón. Hasta reciben personas de otros lugares. Son algunas de las cosas que ocurren en la vivienda el 24 del último mes del año.

Un deseo de Navidad

Villarroel acostumbra a realizar una actividad para los niños en celebración del Día de los Reyes Magos, como cierre del pesebre. Algo que no está segura lograr hacer en esta oportunidad por la falta de recursos para darles a los menores.

Anteriormente repartíamos juguetes, pero este año no hemos recibido ayuda de ningún ente gubernamental u ONG a quienes hacemos un llamado a que nos apoyen”, encareció la mujer.

Hasta enero estará visible el llamado “pesebre de Los Olivos”.

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