El diario plural del Zulia

El “General del Sur” lleva año y medio sin ascensor

Pacientes y cadáveres son subidos y bajados en peso por las escaleras del nosocomio

Hace más de un año y medio los dos elevadores principales del Hospital Dr. Pedro Iturbe, mejor conocido como el General del Sur, dejaron de funcionar. Médicos, enfermeros, camilleros y sobre todo los pacientes colman las escaleras durante el horario de consultas. La enfermedad renal de Eudoena Aponte se hace más pesada al llegar al nosocomio y tener que subir al piso 3, para recibir su tratamiento de diálisis, según comenta al pie de la escalera y casi sin aire. “No tengo opción. Tengo que subir los tres pisos para que me dialicen, o me muero”, relata.

La odisea se repite tres veces a la semana. La infraestructura del centro de salud viene en constante y rápido deterioro, a pesar de las mejoras que habría ejecutado el Gobierno regional a diversas áreas en otrora.

Hoy la deprimente imagen de familiares, camareros, enfermeros, obreros y hasta médicos, cargando en hombros desde los pacientes, en sillas de rueda o camillas, hasta los cadáveres para ser trasladados a la morgue del hospital. “Es impactante ver cómo bajan los cadáveres. Los mismos familiares los llevan en peso a la morgue”, cuenta una enfermera, cuya identidad prefi rió resguardar.

El nosocomio cuenta con un ascensor de carga, utilizado para transportar la basura y uno que otro fallecido, pero funciona solo tres veces a la semana y se paraliza el resto, rumoran los empleados. Se quejan en susurro y no dan sus nombres, porque se exponen al despido o a retaliaciones. Diálisis en crisis Al igual que Eudoena, otros 200 pacientes deben subir como puedan por las escaleras, hasta la Unidad de Diálisis. Magaly Bermúdez tiene que subir a su padre, paciente renal, en silla de ruedas. “Es agotador.

Tengo que pedir caridad a las personas para que me ayuden a subirlo. Cuando llegamos, él llega descompensado, para sentarse en esa máquina y al terminar, volver a padecer el mismo suplicio para bajar”, lamenta. El sufrimiento no termina al pisar el último escalón. Al llegar, las personas se encuentran con una sala sin sistema de aire acondicionado.

Desde hace un año, la climatización dejó de funcionar, exponiendo a los pacientes a contaminarse por la proliferación de bacterias que el calor genera. En la unidad, de 20 máquinas, solo funcionan tres actualmente. Los pacientes que van a pabellón, incluso, deben desplazarse por las escaleras con su bata quirúrgica.

Familiares y enfermos propiciaron diferentes protestas improvisadas en meses anteriores, exigiendo condiciones óptimas en el centro de salud, pero nada han logrado. Otros, temerosos prefieren no manifestar para no correr el riesgo de quedarse sin cupo.

Cada cinco escolares, Eudoena descansa y toma aire. Llegar al piso 3 cada día le toma más tiempo.

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