El diario plural del Zulia

El desplome de Polimaracaibo

Sesenta hombres no pueden resguardar una ciudad de casi dos millones de habitantes. Sesenta hombres no pueden abarcar los 88 cuadrantes en los que está dividido Maracaibo.

A principios de 2014, cuando la Policía Municipal estaba a cargo del abogado José Luis Alcalá, disminuyó el índice delictivo en 53%, en los tres cuadrantes que le correspondía en las parroquias Juana de Ávila, Olegario Villalobos y Santa Lucía.

En los años siguientes, 2015 y 2016, los robos, hurtos y ataques a entidades bancarias y quintas repuntaron en 59 y 71%, respectivamente.

Todo, por la decisión ministerial de intervención

Ya han pasado dos años desde que Carmen Meléndez fue ministrade de Interior, Justicia y Paz e intervino Polimaracaibo. Para entonces, la organización tenía a disposición 978 oficiales, 44 unidades, 267 motos y equipamiento integral. Los sueldos triplicaban el mínimo —3.270,3 bolívares—. El bono de alimentación se pagaba al día.

Si la policía de Maracaibo hubiese seguido con ese crecimiento tan positivo, hoy habría más de mil 300 hombres custodiando esta ciudad.

Con 463 policías cuenta ahora el cuerpo de seguridad local. El curso que graduaría a 600 aspirantes en 2014 se suspendió con la intervención. Cinco es el número de unidades patrulleras y 68 motocicletas. Carecen de recursos para uniformes y demás implementos de seguridad.

Pero Freddy Bernal, jefe para el Centro de Control Nacional de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), opinó el 23 de enero que los policías en contra de la revolución no deberían de ejercer.

—Esta es la razón por la que les quitaron las policías a los Alcaldes de oposición— sentencia José Luis Alcalá, exdirector del cuerpo de seguridad, desde su oficina.

Delito por todos lados

Robacarros pasan por 8 trochas. Tres guardias tenían su propia banda de secuestradores. Profanación de tumbas en el Corazón de Jesús. La Vereda, territorio del hampa. PTJ extorsionaban a homicidas. En robo de edificio participaron policías con rango de supervisor.

Cachan a Polisur robando. PNB secuestrador. Más de 78 policías nacionales presos en Zulia. Asaltos tipo comando azotan las clínicas de Maracaibo. Entre tres parroquias se registra el 54% de los delitos. Titulares que reseñan hechos que ocurrieron entre 2015 y 2016, justo después de la intervención del organismo local.

Por eso José Luis Alcalá sostiene, contra todo argumento oficial, que el “secuestro” del cuerpo de seguridad incrementó el delito.

Un delincuente estudia su zona. Debe hacerlo porque cada parroquia tiene su propia modalidad delictiva. Observa los movimientos de los residentes, las horas más solitarias, y ataca porque tiene la certeza de que “yo sé que aquí no hay patrullaje, actuaré con impunidad”.

Alcalá explica que en jurisdicciones de clase media y media alta —como Juana de Ávila, Santa Lucía y Olegario Villalobos— son más propensos a los delitos de robo y hurto de vehículo y robo de quintas. Al oeste de Maracaibo, lo que reina es el homicidio.

—En los barrios no se dialoga, sino que se resuelve todo a puñaladas, a botellazos Se “dispara” el delito cuando no tienes oficiales. Por migración, retiro, u otra razón. Porque no están de acuerdo con la intervención o porque hace dos años devengaban tres salarios mínimos y no tenían que trabajar como vigilantes privados.

Hoy, cobran quincenal 19 mil bolívares.

Se “dispara” el delito si no hay recursos. Se “dispara” el delito porque, si no hay unidades, no hay patrullaje preventivo. Se “dispara” el delito porque los quince cuadrantes de paz están abandonados.

—Desde su intervención, no se ha invertido dinero para mantener desde el punto de vista correctivo y preventivo el organismo. No hay patrullas ni motos. Hoy, Polimaracaibo vuelve a ser de nuevo un cementerio de unidades. Cinco de 44.

Intervención sin argumento

—Fue un secuestro político, no se puede considerar una intervención. La Ley Orgánica del Servicio al Policía, en su artículo 75, establece las razones para intervenir un cuerpo policial.

—El Órgano Rector podrá intervenir los cuerpos de policía cuando se determine la participación masiva y continuada de sus funcionarias y funcionarios en violación de los derechos humanos, en redes delictivas o en actividades que atenten contra el orden constitucional, o a solicitud del Ministerio Público, de la Gobernadora o Gobernador, la Alcaldesa o Alcalde correspondiente.

Eso determina la norma

En todo caso, de acuerdo con Alcalá, antes de la intervención, correspondía la asistencia técnica, descrita en el artículo 74.

—El Órgano Rector implementará programas de asistencia técnica a los cuerpos de policía para el mejoramiento de su desempeño policial.

Es decir, la policía continúa en funciones en conjunto con un equipo técnico oficial para desarrollar políticas de mejoría.

Lo sorprendente del asunto es que 30 días antes de la decisión oficial, Giuseppe Cacioppo, para entonces viceministro del Sistema Integrado de Policías, elogió la labor del organismo municipal.

Ahora, sesenta hombres resguardan una ciudad de casi dos millones de habitantes. El patrullaje lo hacen a medias y en pareja. No cubren los 88 cuadrantes iniciales. La regla universal instituida por la Organización de Naciones Unidas es de tres policías por cada mil habitantes. Basándose en esas cuentas, Maracaibo necesitaría 666 mil o ciales.

De continuar la intervención, quedarían 200 hombres.

Un cierre técnico, prácticamente.

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