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Despenalización del aborto en Venezuela: no es un crimen decidir ser o no ser madre

El objetivo de la primera concentración fue presentar un comunicado ante la Asamblea Nacional, firmado por más de 60 organizaciones, para pedir la derogación de los artículos 430, 431, 433 y 434 del Código Penal venezolano

28 de septiembre de 2021. Se iniciaba otra semana de flexibilización en Caracas y en la Plaza Morelos de Bellas Artes un grupo de casi 300 mujeres se reunió con banderas de color verde y violeta: exigían la despenalización del aborto en Venezuela.

Ese martes, desde las 9:00 a. m., más de 50 organizaciones y miembros de diferentes partidos políticos lograron unirse bajo una sola consigna: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. La oleada de banderas recorrió las calles hasta la Asamblea Nacional y se consolidó como la primera gran marcha en favor de la despenalización del aborto, una lucha invisibilizada que data de hace casi 40 años, reseña el diario El Nacional.

La marcha dio como resultado que, finalmente, el viernes 15 de octubre se realizara la primera reunión con la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral de la AN para marcar la ruta legal hacia la despenalización.

En el encuentro las organizaciones Tinta Violeta, Faldas R y la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa) presentaron un documento con argumentos jurídicos y de derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes por los cuales se exige la derogación de los artículos del Código Penal Venezolano que criminalizan la interrupción del embarazo, agrega El Nacional.

Por su parte, además, el Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos (Cedesex) elevó una propuesta de ley sobre los derechos humanos sexuales y reproductivos.

El encuentro, además, propició que se establecieran reuniones con las diferentes comisiones de la AN. Se decidió para la tercera semana de octubre llevar a cabo un encuentro con la Comisión Permanente de Salud, Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación. A finales de este mes, se espera una reunión con la Comisión Permanente de Política Interior. Además, las voceras feministas serán recibidas por la Vicepresidencia Social en noviembre”, señaló Laura Cano, activista y miembro del equipo de la plataforma Ruta Verde.

Activistas, feministas, organizaciones y miembros de la comunidad LGTIBQ+ celebraron la noticia. Todas habían acudido a la marcha, respondiendo al llamado realizado por la plataforma Ruta Verde para visibilizar un tema catalogado como tabú. El propósito era continuar el debate sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en el país. El objetivo de aquella primera concentración fue presentar un comunicado ante la Asamblea Nacional, firmado por más de 60 organizaciones, para pedir la derogación de los artículos 430, 431, 433 y 434 del Código Penal venezolano.

Entre los firmantes figuró el nombre del Centro de Estudio de la Mujer, Mujeres por la vida de Lara, Mujer género rebelde de Carabobo; el movimiento Otro Beta y Avesa, entre otras. Bajo el título “La criminalización del aborto: problema de salud pública y derechos humanos” se exigió que el tema sea parte de la agenda legislativa con la participación de grupos feministas y defensoras de los derechos de las mujeres.

El argumento del grupo es firme: el aborto legal es un tema de derechos humanos. En un país como Venezuela en donde se penaliza su práctica es difícil conocer cuántos abortos clandestinos se practican. Sin embargo, que esté penalizado no significa que disminuya, explica Magdymar León, docente de la Maestría de Estudios de la Mujer en la Universidad Central de Venezuela y coordinadora de Avesa.

No sabemos cuántas mujeres se embarazan sin planificarlo ni el número exacto de las fallecen por abortos clandestinos. El boletín epidemiológico del Ministerio de Salud tiene años sin presentarse y no se conocen cifras. Pero en 2016 el Estado reconoció en el último boletín que el aborto clandestino era la tercera causa de mortalidad materna en Venezuela”, señala, citada por El Nacional.

Además de ser una cuestión de vida o muerte, la penalización del aborto viola los derechos de dignidad e integridad de las mujeres, afirma Laura Cano. Su penalización fomenta un mercado al que solo tienen acceso mujeres con dinero y las clínicas clandestinas salen ilesas, explica.

Mientras, las de los sectores populares no tienen ni siquiera información sobre el aborto. Son ellas las que cargan con la culpabilización y la estigmatización e incluso van a la cárcel por seis meses o hasta 10 años. “Esto es una realidad que ocurre día a día”, agrega.

Una utopía en construcción

En Venezuela, un país en el que ocurren constantes violaciones a los derechos humanos, suena utópico legalizar el aborto, opina Aimeé Zambrano, investigadora del monitor Utopix. Sin embargo, la lucha continúa, explica, porque es monstruoso obligar a una niña a tener un hijo que sea producto de una violación. “Es peor, estás condenando a estas niñas a una vida miserable e igualmente a sus hijos que nacen en estas condiciones”.

Por ello es que hay muchas mujeres que celebran la marcha del 28 de septiembre. Entre ellas, Melanie Agrinzones, activista de la plataforma Uquira, quien participó en la concentración. La joven considera como un avance que en un país como Venezuela se tomen las calles. Es un avance salir y gritar: no es un crimen poder decidir ser o no ser madre.

El aborto ilegal violenta los derechos sexuales de la mujer, su libertad de decidir, su salud y además pone en riesgo su vida. El Estado venezolano tiene una deuda: el aborto legal. Este tema no puede ser para después porque nuestros derechos reproductivos son impostergables”, afirma Agrinzones.

En un estudio realizado por Avesa en 2018 se acudió a cuatro maternidades del país y se observó que por cada cuatro partos que se recibían, uno era un aborto. “No pudimos precisar cuántos eran espontáneos o inducidos. Pero expertos en la salud reportaron que un alto porcentaje corresponde a inducidos que al final no terminan quedando registrados en las historias clínicas. Esta es una realidad que ocurre día a día, no queda registrada y no se le puede hacer seguimiento”, explica León.

Por ello, la campaña en Venezuela va completa: aborto legal, seguro y gratuito. “Nada se puede quedar por detrás. Si se decide despenalizar el aborto, eso no significa que la lucha terminó”, reitera la activista. Con ella coincide Gabriela Buada, fundadora de Caleidoscopio Humano: “No se trata de abortar por abortar. Se trata de garantizar la vida de muchas niñas y mujeres y garantizarles su derecho a la salud”.

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