El diario plural del Zulia

Derroche de agua en fincas agudiza la sequía

Se desconoce la fecha, pero se sabe que hay agua hasta marzo, de no llover. El fenómeno El Niño ha sido una de las causas, pero al juicio de los expertos, no es la razón principal por la que 18 embalses en el país estén en crisis, y que el Zulia sea uno de los estados más afectados.

Rodeados del lago más grande de América Latina, seis municipios: Maracaibo, Mara, Almirante Padilla, Miranda, San Francisco y Jesús Enrique Lossada, sufren la sequía que se ha manifestado desde el año 2013, y hasta la fecha no se tienen mejoras.

Desde hace siete años, anualmente, la región zuliana presenta alguna crisis por el agua, lo dijo con firmeza. En el año 98, se hizo cargo de Hidrolago, para combatir una crisis hidrológica. La venció, eliminó 3 mil 800 tomas ilegales, y le “hablé claro a la gente”.

En un artículo presentado por la revista SIC, en 2010, ya sentenciaba que “en materia de servicios públicos no hay milagros. Sólo el trabajo organizado e inteligente de los venezolanos que dirijan el sector de agua potable del país puede poner el remedio”. José María De Viana es uno de los personajes referenciales de la nación cuando se habla de servicios públicos. Si es de agua más.

Fue presidente de Hidocapital, pero conoce los embalses del Zulia a la perfección. Eso le da ventaja y seguridad para manifestar que “el Zulia es de los estados con más serios problemas. Y no es desde ahora, es algo histórico. El hecho de que la fuente de agua dulce esté tan lejos, y que el ducto de Tulé pase por una zona donde hay tanta contingencia, donde las tomas ilegales han sido un factor persistente, agudiza más la crisis”.

Para el experto el país se ha convertido en un “infierno criollo”, pues con los años, la enfermedad es la misma, “si usted no invierte en infraestructura para mejorar los servicios públicos, no va a tener agua”.

Esto a su vez conduce a otros problemas, especialmente en la salud. “No hay forma de que haya salud si los sistemas de agua potable no funcionan correctamente”, destacó.

Medidas en el tiempo
Para el también profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), se debieron mantener las medidas eficaces en el tiempo, que hubieran logrado controlar la crisis hidrológica en la región.

Mantener las tuberías sin conexiones ilegales, pues “en aquel entonces nos dimos cuenta que la mitad del agua se perdía por esas vías”. Una ciudad como Maracaibo necesita nuevos volúmenes de agua. “Embalses adicionales al acueducto de Maracaibo, no solo ahí, sino a la Costa Oriental del Lago y sus otros municipios. El Estado debió invertir en la infraestructura y construir otros embalses”, insistió.

La ciudad crecerá, de eso está seguro. “La tecnología lo permitirá, pero ahora, hay cero inversiones. No puede ser que Maracaibo, en el 2016 tenga los mismos embalses que en 1998”.

En el mismo artículo del 2010, ya lo deslumbraba. “Las empresas de agua potable del país se encuentran profundamente debilitadas, unas más que otras, en los recursos técnicos y económicos que administran y, por eso, serán incapaces de responder oportunamente a la exigencia de la gente de contar con un servicio digno de agua potable y saneamiento”.

Embalses agotados
“La naturaleza es generosa”, lo expresó con convicción, pero tener los mismo embalses, desde sus perspectiva, le juega sucio a la población, que en poco tiempo también derrochó e hizo mal uso del vital líquido. “La razón por las que ellos se vaciaron es porque se sacó más agua de los que ellos pueden dar”, aseguró De Viana.

Pero, ¿Volverá a llover? “Claro que volverá a llover. He visto ese ciclo de llenado y vaciado por 27 años; pero hay que ayudar a la lluvia. Van a pasar por unos seis meses antes de que empiecen a caer las nuevas precipitaciones”, aseveró De Viana.

Sobre la propuesta presentada por la Comisión de Agua que se instaló en la AN, la semana pasada, de las plantas potabilizadoras, De Viana explicó que la tecnología para captar agua salda y convertirla en agua potable existe, pero es “tremendamente costosa. No son de fabricación nacional, son plantas hechas a la medida que no se compran en un deposito. “No creo que sea la solución, creo que solo generará ilusiones”, señaló el académico.

Hace falta valentía, insistió. Hay que tener valor para enfrentar también a las personas que viven cerca de las tuberías violadas para el beneficio de ganaderos y otros productores. “Hay que tener coraje para decir que el agua es para la gente, no para las fincas”, sentenció De Viana.

El experto en agua acotó que si le tocara volver al Zulia, haría un recorrido, vería qué hay de nuevo, más allá de la alta densidad de población, le hablaría a la población con la verdad, y plantearía soluciones. Mientras, continuará desde su salón de clases en la Ucab, formando jóvenes para el futuro, porque esto, para él, “es algo transitorio. El país va a retomar su rumbo, se van a poner las cosas en su sitio”, aseguró.

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