El diario plural del Zulia

“Debe llover tres veces en una semana para que cese el fuego”

La serranía no se aprecia desde el centro de Machiques. El blanco-humo la borra. Hay casi diez mil hectáreas negras.

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—Debe llover tres veces en una semana para que cesen llamas en la Sierra. Luego vendría el siguiente trabajo: recoger escombros— piensa en voz alta Tulio Parra, de Protección Civil Machiques mientras sube al pueblo de la Misión de Los Ángeles del Tukuko.

El miércoles en la noche llovió media hora en la Misión, reportó Fray Nelson Sandoval, misionero capuchino de la zona indígena. Eso aplacó algunos focos, pero en una zona como la Sierra de Perijá, repleta de bosques estacionales en los primeros 500 metros sobre el nivel del mar, no es suficiente. Esas condiciones de sequía provocan que los bosques estén mucho más propensos a que ocurran incendios y se propaguen, alerta Eulogio Chacón, ecólogo vegetal y profesor de la Universidad de Los Andes.

Ocho mil yukpas y barís de sesenta caseríos del Tukuko se acostumbran a escuchar caer árboles de hasta 40 metros de altura. El deslizamiento suena como si seis relámpagos centellearan al mismo tiempo.

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Claudio Yunte, del caserío Marewa, se estremece al escuchar caer un árbol de la montaña piyitakü, una elevación de tierra en forma de indio que es sagrada para los yukpas.

—Ayyy— grita. Y aleja a sus seis hijos de la cancha deportiva.

Si llueve fuerte, ese sería el peligro. Que un tronco impacte una casa. Bomberos forestales de Machiques y un equipo de voluntarios construye ron cárcavas, especie de fosas de un metro de profundidad y dos de ancho para que troncos, piedras o ramas no dañen a las comunidades de arriba.

Disminuyen temperaturas

Temperatura máxima: 36 grados. Mínima: 25.

Seis nubes y lluvia es lo primero que se ve en el mapa del Zulia que el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) publicó ayer en su cuenta Twitter. A la derecha, se aprecia una cordillera montañosa con un marrón en los bordes: es la Sierra de Perijá.

Aunque es posible que se alargue el período de sequía, de acuerdo con Eulogio Chacón, el Inameh pronosticó precipitaciones al sur del Zulia, pero la zona montañosa perijanera se ubica al centro noroeste del estado.

“Pronósticos científicos de los efectos de El Niño apuntan a que las temperaturas del océano Pacífico desciendan, lo que acrecienta la posibilidad de que inicie la época de lluvia pronto, pero no sabemos cuándo”, sostiene el especialista.

Imágenes satélites del Landsat 8, provenientes de la Universidad de Texas, muestran que para el 24 de febrero, entre el Tukuko y Machiques, había diez mil hectáreas incendiadas. Los números del Gobierno regional son menores: entre 150 y 200 hectáreas.

El período de lluvia va desde abril-mayo hasta octubre de cada año. El período seco con meses de transición es entre noviembre y abril. Que se alargue la época de sequía es consecuencia del fenómeno.

“Sin embargo, las temperaturas del océano Pacífico disminuyen con respecto al tope, que fue registrado en enero. Febrero y marzo tienen temperaturas inferiores. La temperatura pasó de tres a cinco grados por encima del promedio normal, eso significa una alta variabilidad térmica durante el período”, afirma Chacón.

Hay focos activos

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Hace un mes se “prendió” la Sierra. Un niño de once meses murió por complicaciones respiratorias tras la inhalación constante de humo. El ambulatorio rural tipo II colapsó. El ganado no tiene qué comer. La vegetación, la fauna silvestre y la avifauna se consumen.

La vegetación primaria alrededor de las tierras perijaneras se quema. También la parte subterránea, la materia orgánica, las raíces y los copos de los árboles. De los troncos no brotan llamas pero sí humo. Eso es más difícil de apagar, dice Tulio Parra, una vez instalado en el centro de operaciones del Tukuko.

Un bosque en sequía alberga diversas capas de hojarasca. En la Sierra los árboles están conectados, eso hace que los incendios se propaguen.

—Esto solo lo salva el agua— repite y repite Tulio Parra.

 

 

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