Daniela, la joven madre que batalló para traer al mundo a las siamesas Pertuz

Frágil y de sonrisa tímida. Se le respira amor, fe y esperanza. Tiene 24 años y es madre de las hoy gemelas Pertuz, las siamesas zulianas separadas de forma exitosa el pasado 30 de mayo en el Hospital Universitario de Maracaibo y a cuyo personal de salud, social y administrativo, ella los considera su otra familia.

Daniela Pertuz habita con sus padres, hermanos y sobrinos en un ranchito de dos piezas en el barrio Esperanza, en Palito Blanco, cerca del sector Los Dulces, entre los municipios Maracaibo y San Francisco, del estado Zulia.

Somos 12 personas las que habitamos la casita y tenemos muchas necesidades. Somos mayoría mujeres y mi papá es el que sostiene como puede nuestro hogar", cuenta Daniela, quien no pudo culminar su bachillerato para poder ayudar en la casa.

Es primeriza y refiere que cuando salió embarazada y luego del primer ecograma a los tres meses, que le reflejó era una gestación gemelar, la felicidad la inundó a ella y a su hogar cristiano, por "ese regalo que Dios les otorgó".

Desde el principio le dijeron que era un embarazo de alto riesgo y con la ayuda y el amor de su papá, Armando Rafael Suárez, quien la acogió como su hija desde los 6 años, y su mamá, Jesusita Araujo, logró un embarazo feliz.

No podía dormir en mi cama, tenía que hacerlo sentada con almohadas, porque mi barriga era enorme y me hinchaba mucho", expresa Daniela, la tercera de cinco hermanos, una de ellas discapacitada.

Eso no le quitó la alegría y fantaseaba con el par que crecía en su vientre. Le resultó difícil practicarse los controles, los exámenes, los estudios que los médicos le mandaban a hacer.

Mis padres hacían lo imposible para hacerme todo y mi papá, que estaba reuniendo para poder tener un negocito para la venta de yuca y frutas, tuvo que gastar sus pocos ahorros en mi embarazo. Ese era su plan para poder solventar un poco nuestras necesidades", relató la joven madre.

Al nacer

Sentada junto a sus padres en la sala de espera de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Universitario, Daniela es saludada, abrazada, besada por enfermeras, médicos, camareras, camilleros. Son ocho meses habitando esos espacios donde les han dado salud y amor a Ana Ruth y Ana Saraí, quienes estaban unidas desde el toráx hasta el ombligo, compartiendo una parte del hígado, el esternón y el diafragma.

Fueron 37 semanas de embarazo, tiempo en el que los ecogramas jamás revelaron la condición de las gemelas. Fue al nacer que Daniela y los propios médicos supieron que las niñas eran siamesas.

Cuando me las sacaron, me dijeron que venían juntas...pegadas. Lo tomé tranquilamente y le di a Dios las gracias por esa bendición. Estaban unidas era de puro amor", manifestó.

Las pequeñas fueron trasladadas al Hospital Universitario de Maracaibo y allí encontró explicaciones a sus dudas. Aunque le dijeron que el caso no era fácil, sintió la confianza en el personal de salud de ese recinto.

Hoy Daniela está segura que va a salir adelante junto a Ana Ruth y Ana Saraí, a quienes ve en un futuro corriendo, jugando siempre juntas.

A cinco días de la intervención, realizada por un equipo médico conformado por 30 especialistas y enfermeras especializadas, Ana Ruth fue extubada y egresada de la Unidad de Cuidados Intensivos; mientras que Ana Saraí, permanece en las manos de los intensivistas, tras haber presentado un problema de coagulación, pero evolucionando positivamente en su salud, según reportaron los galenos.

Espero en Dios, los médicos y las enfermeras que pronto estarán juntas, una al lado de la otra para seguir creciendo y yo darle un buen futuro. Ese es mi gran sueño", reveló la joven madre que batalló con amor y en contra de las vicisitudes para traer al mundo a sus hijas.