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Comercios formales de La Curva reportan ventas bajas tras intervención

Al menos 300 buhoneros de la zona se encuentran en la cancha del sector hasta mediados de marzo cuando culminen los trabajos de reacondicionamiento, según Willy Casanova, alcalde de Maracaibo. Ciudanos esperan los resultados finales “para saber dónde poder comprar comida, alimentos y ubicación de las paradas de carritos y buses”

La Curva de Molina, el comercio informal más concurrido de la zona Oeste de Maracaibo, se ha convertido en la última opción para los maracaiberos que buscan buenos precios tras la intervención de la Alcaldía desde el pasado 1° de enero.

El típico bullicio, el colapso del transporte público, ventas de verduras, agua e incluso divisa y bolívares en efectivo, han mermado casi que por completo en la zona, situación que afecta a los pocos comercios formales que aún permanecen en el sector tras iniciar los trabajos de recuperación por parte del gobierno municipal.

A nosotros nos dejaron quietos porque estamos arriba de la acera y podemos vender tranquilamente, pero las ventas cayeron más del 50 % porque ahora las paradas están lejos y la gente no suele pasar por aquí por la presencia de máquina pesada, ruido y polvo”, relató Danilo Villasmil, copropietario de una venta de pastelitos en La Curva.

El afectado resaltó que la única prohibición que le hicieron tras la intervención, “fue la colocación de un techo, paraguas o algo que diera sombra fuera del establecimiento, porque la Alcaldía va a traernos una alternativa moderna para remodelar la calle”.

El reporte de ventas bajas también lo comparten los trabajadores de una tienda de víveres, “nosotros prácticamente no vendemos nada. Antes, ayudábamos a los buhoneros con el punto y las ventas se incrementaban para todos, ahora todos están en la cancha y nosotros no existimos para los que vienen a comprar”, lamentó Alberto Chirinos, empleado del comercio.

Otra situación similar viven los locales que pueden permanecer en el sitio pero que poseen infraestructuras “extravagantes”, quienes por presunta petición de la Alcaldía de Maracaibo, “deben quitar algunos cables, ventanas y techos para poder abrir al público”, según refiere María Castillo.

Ante tal situación, los pocos comerciantes que aún permanecen en La Curva, esperan que los trabajos de remodelación de la zona “dure el menor tiempo posible, porque la bajas ventas afectan nuestras ganancias y actualmente uno debe generarlas o quedarse sin comer nada”.

Destrucción de locales

Otra de las acciones que ahuyentan a los maracaiberos son las demoliciones que realiza la municipalidad a algunos locales que se ubican en la calle 79-1 del La Curva, lo que demanda presencia de maquinaria pesada. 

Esta es una de las calles que dirige hacia la Cancha de La Curva donde, momentáneamente, se encuentran ubicados los buhoneros de la zona hasta mediados de marzo cuando culminen los trabajos de reacondicionamiento, según Willy Casanova, alcalde de Maracaibo.

Algunos son aventureros y prefieren grabar o capturar el momento de demolición, quizás por recuerdos o por simple curiosidad, lo cierto, es que ninguno decide adquirir algún rubro, desayunar, almorzar o tomarse un refresco y merendar como antes.

Nosotros estamos de acuerdo con la intervención, pero la idea es que tomen medidas de seguridad para evitar que los niños o cualquier persona se caiga o lesione por algún escombro, hueco u otra cosa. Por aquí ponen cintas de seguridad, pero eso no es suficiente, la gente no respeta nada”, comentó Gabriel Molina, residente de Raúl Leoni.

Entre asombros y confusiones, los maracaiberos sugieren esperar los resultados finales “para saber dónde poder comprar comida, alimentos y las paradas de carritos y buses”.

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