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Clases escolares virtuales aumentan interés de padres venezolanos por las "tareas dirigidas"

Carmen Contreras, pedagogo que imparte clases a niños con dificultad de aprendizaje en el sector de Barrio Obrero, asegura que no le gusta “aglomerarse” por lo que trabaja con un máximo de 5 niños a la vez

Para reforzar la educación que ahora no será presencial, padres y representantes optan por meter a sus niños en edad escolar en tareas dirigidas.

La demanda de un cupo en una de estas actividades extra escolares ha registrado un aumento en los últimos días, según lo expresaron algunas docentes dedicadas a brindar atención pedagógica fuera de las aulas, reseña La Prensa del Táchira.

En grupos pequeños

Con el fin de mantener todas las medidas de bioseguridad y brindar una atención de calidad, estas docentes manejan grupos pequeños de niños que no superan los 5 por grupo.

Carmen Contreras, pedagogo que imparte clases a niños con dificultad de aprendizaje en el sector de Barrio Obrero, asegura que no le gusta “aglomerarse” por lo que trabaja con un máximo de 5 niños a la vez.

Narra cómo al inicio de la pandemia se vio en la necesidad de parar su trabajo y cómo lo retomó poco a poco cuando los padres volvieron a contactarla ante la necesidad de que los niños siguieran de algún modo sus estudios.

Actualmente, trabaja con niños de entre 6 y 12 años, ayudándoles con las asignaciones escolares y reforzando la parte de lectura, escritura y cálculo. Maneja dos grupos, uno en la mañana y otro en la tarde, los cuales asisten tres veces a la semana.

Enseñanza a domcilio

“La gente ya está dispuesta a que sea a domicilio”, comenta Mayela Rodríguez, encargada de unas tareas dirigidas en Patiecitos. Comenta que los padres muchas veces la ayudan con la gasolina para movilizarse y poder atender a sus estudiantes.

Aunque esta es la modalidad con la que ha venido trabajando, Rodríguez también está dispuesta a una atención de la manera tradicional, atendiendo a sus alumnos en su casa. “Me están buscando bastante porque inclusive algunos padres prefieren no pagar en los colegios, sobre todo en preescolar, para que yo les haga la nivelación”, asegura.

Explica que desde hace dos meses está atendiendo a domicilio y que para este nuevo año escolar estará trabajando por horas con un grupo de 3 a 4 niños dos veces a la semana. “Es verdad que la gente se está quejando de que no hay plata, pero en este sentido la gente está dispuesta a pagar”, confiesa.

Atención personalizada

América Pinto es una docente jubilada que no ha perdido su pasión por enseñar, por lo que ahora en su hogar se dedica a las tareas dirigidas. Al igual que sus colegas, maneja grupos de entre 3 y 4 niños para mantener el distanciamiento, y enseña dos horas de lunes a jueves.

Una de sus características principales es la atención individualizada que ofrecen a sus alumnos, cuyas edades varían entre los 3 y los 12 años.

“Reforzamos actividades a cada uno de ellos, vemos las habilidades que posee cada uno. Los orientamos muchísimo, cada niño individualmente. Los padres súper encantados porque eso es lo que queremos, que cada niño fije su conocimiento y como no tienen escuela ahorita, han mejorado muchísimo”, afirma.

Pinto comenta que desde que los niños “se quedaron sin colegio” los padres empezaron a buscarla “muchísimo”. “Esto se puso full”, asegura, lo que la obligó a buscar apoyo en su hermana Martha, maestra jubilada también, quien atiende con ella porque sola no da abasto. “Les colocan demasiada actividad”, afirma.

Al atender a los estudiantes, las hermanas Pinto al igual que el resto de sus colegas, apuntan a asegurar un aprendizaje en cada una de las áreas, así como un fortalecimiento en las debilidades que notan en los pequeños, por lo que no es de extrañar que ante la modalidad virtual de educación muchos representantes decidan complementar y reforzar contenidos en las tareas dirigidas.

 

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