El diario plural del Zulia

Cinco águilas pescadoras han sido rescatadas en el Zulia [+Fotos]

Estas aves migratorias, procedentes de Estados Unidos, no se reproducen en Venezuela. Algunas han caído desplomadas pues ingirieron peces y se intoxicaron por la contaminación del Lago de Maracaibo, donde capturan sus presas

Una ardua tarea ha desarrollado la Fundación Mapache Ecoaventura. Desde enero de 2020, han rescatado cinco águilas pescadoras en el Zulia, especie migratoria, que no se reproduce en la región.

El presidente de la Fundación Mapache Ecoaventura, José Sandoval, relató a Versión Final la experiencia que han tenido con estas aves, que asegura haber visualizado en Maracaibo, en torres de telecomunicaciones, como las situadas en la avenida Fuerzas Armadas o 5 de Julio, en los manglares cerca del Lago de Maracaibo o en edificios.

Sandoval detalla que las águilas pescadoras hacen sus nidos en el estado Florida, Estados Unidos. Allí se reproducen y desde ese país migran a otras zonas. Por lo general, apunta, huyen del invierno y buscan localidades más calientes, como Venezuela.

Varias águilas de esta especie generalmente realizan su primera migración, por la edad, presume Sandoval.

En ocasiones, el águila pescadora ingiere los peces del Lago de Maracaibo, pero se intoxica y puede caer desplomada, dada la considerable contaminación del estuario zuliano, asevera el conservacionista.

Sandoval se refirió al verdín, que siempre ha existido en el Lago, pero esta vez ha tenido una notable reproducción, lo que ocasiona el crecimiento de cianobacterias que contaminan el agua y los peces.

Las cianobacterias roban el oxígeno, impiden la fotosíntesis para otro tipo de algas nativas del Lago de Maracaibo, porque obstaculizan el paso de la luz solar”, explica.

Otras aves de este tipo, que realizan su primer vuelo migratorio, llegan agotadas, no tienen fuerzas para pescar y caen vencidas, agrega.

El líder de Mapache Ecoaventura afirma que el águila pescadora prácticamente se ha convertido en un indicador de la salud del Lago de Maracaibo.

La mezcla milagrosa

La Fundación inició hace unos cuatro la tarea de monitorear y fotografiar las águilas pescadoras que llegan a Maracaibo.

Las aves eran vistas en las torres de telecomunicaciones, edificios o manglares, donde no tienen contacto con los seres humanos, refiere Sandoval.

Un 2 de enero de 2020, el presidente de la Fundación fotografiaba un águila pescadora que se encontraba en una antena ubicada en La Lago. Recibió una llamada desde la Vereda del Lago, donde vieron otra águila de esa especie, desplomada, en pésimas condiciones.

La fueron a rescatar para tratar de rehabilitarla, pues en Mapache Ecoaventura tienen experiencia previa en el manejo de aves rapaces.

Ahí nos encontramos con algo que era diferente. Porque es un ave rapaz piscívora, se alimenta de peces, pero su costumbre y su vida es de un ave rapaz”, dijo.

En la Fundación iniciaron el tratamiento. En el primer día, procedieron como lo hacían con todas las aves rapaces, acatando recomendaciones de médicos veterinarios que han trabajado con la especie pandion haliaetus, nombre científico del águila pescadora. Sin embargo, no hubo avances con el tratamiento, señaló Sandoval.

Al tercer día se estableció comunicación con el señor Cetrero, experto en aves rapaces, le comentamos el tema y nos recomienda utilizar la ‘bomba’, una mezcla que se hace con pescado y otro tipo de alimento que no es del mar, sino corazón e hígado de pollo. Esta mezcla debe ir acorde con el peso del ave, que sea ‘perfecta’ para la contextura del águila objeto de rehabilitación”, puntualiza.

De inmediato se notó la mejoría en el estado de salud del ave, añadió.

El presidente de la Fundación recordó que el águila estuvo unos 26 días en el proceso de rehabilitación, y el 28 de enero de 2020 se hizo su liberación exitosa.

Desde ese momento, se suministra la mencionada terapia, que puede considerarse como milagrosa, a las aves rapaces rescatadas, indica.

También se han planteado rescatar y rehabilitar estas águilas migratorias, para liberarlas en mejor estado, acota.

Sandoval lamentó que dos de las cinco águilas pescadoras que han rescatado en menos de dos años hayan fallecido, una, porque se encontraba en pésimas condiciones, y la otra, por estrés, al estar en cautiverio, que pudo haberle causado estrés.

Las otras dos aves están bajo custodia de la Fundación y fueron rescatadas con 12 días de diferencia, “una está más avanzada que otra en su rehabilitación, han evolucionado muy bien”, contó.

De hecho, este jueves 2 de diciembre, estas dos águilas fueron llevadas hasta la Vereda del Lago, donde les realizaron ejercicios musculares, como parte del proceso de rehabilitación. Una vez que terminen cinco sesiones de esos ejercicios, se hará realidad la liberación de estas aves.

Estas águilas se llaman Ima y Corpo, hembra y macho.

Corpo se llama así por Corpoelec, cuyos trabajadores fueron a rescatarlo, "pero se les escapó, y días después lo rescatamos nosotros", relató el presidente de la Fundación.

De acuerdo con los registros del Ministerio para el Ecosocialismo (antes Ministerio del Ambiente), en 1974 fue liberada la primera águila pescadora en Venezuela. Otra es la salvada y devuelta a su hábitat en enero de 2020, por Mapache Ecoaventura, y la otra, en el estado Sucre, por el señor Cetrero, narra Sandoval.

Peculiaridad de las águilas pescadoras

El conservacionista habló de las peculiaridades del águila pescadora, cuando se dispone a capturar peces en el Lago.

Es la única que tiene la capacidad de zambullirse detrás de las presas. Se lanza en picada, con las garras apuntando hacia el agua, entra y puede sumergirse hasta tres metros y quizás, más, captura el pez y allí viene la parte más interesante que no hace ninguna otra águila: sale y rompe el efecto succión que hay entre el agua y el cuerpo del ave, y se lleva su presa”, precisó.

Eso no lo puede hacer el águila calva de Estados Unidos, avala Sandoval. “Si llega a tocar el agua, para levantar el vuelo casi es imposible, tiene que darle y darle hasta llegar a una orilla y salir del agua, no tienen cómo romper el efecto de succión que causa cuando está flotando un cuerpo en el agua”, especifica.

Como caso curioso, reseña el presidente de la Fundación, se han visto casos en los que cae algún pez del cielo en alguna calle de la ciudad, situación que ha dado lugar a expresiones como: “¿Y esto?”.

Cuando esas aves van a aterrizar y se acomodan en las torres, se les cae el pez”, confirma Sandoval.

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