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Científicas venezolanas investigan sobre VPH y su vinculación con cáncer de cuello

Una de las fases más importantes del proyecto, que tiene una duración de dos años, son las visitas a diversas comunidades en varios estados del país para dictar talleres de sensibilización y concienciación sobre la infección por VPH

Un grupo de investigadoras inició un proyecto para establecer un sistema de vigilancia epidemiológica de la infección por virus de papiloma humano (VPH) y su vinculación con el cáncer de cuello uterino, enfermedad registrada como la segunda causa de muerte por cáncer en las mujeres venezolanas.

De acuerdo con la doctora Maira Ávila, coordinadora de la investigación y jefa del Laboratorio de Genética Molecular del Instituto de Oncología y Hematología, el objetivo es mejorar los programas de detección del VPH a nivel regional y nacional utilizando pruebas moleculares altamente sensibles y específicas y empoderar con conocimiento a la población femenina del país, debido a que son las mujeres las más vulnerables ante la infección por VPH y otras enfermedades de transmisión sexual.

“Queremos impulsar el diagnóstico temprano de lesiones neoplásicas antes del desarrollo de un cáncer invasor de cuello uterino. Por nuestra experiencia previa, hemos visto que son las mujeres más jóvenes las más afectadas, aquellas con una alta carga familiar y que no tienen información real de lo que es el VPH y de las graves implicaciones que tiene en la salud femenina”, manifestó.

Según la especialista venezolana, una de las fases más importantes del proyecto, que tiene una duración de dos años, son las visitas a diversas comunidades en varios estados del país para dictar talleres de sensibilización y concienciación sobre la infección por VPH y su vinculación con el cáncer de cuello uterino.

“Esperamos poder ser como un vínculo en todo lo que sería la prevención primaria de cáncer de cuello uterino y su asociación con el VPH, con la visión de poder mejorar las estrategias de prevención; esa es una de nuestras metas, mediante la detección molecular del virus en conjunto con la citología cervicovaginal”, expresó.

En este sentido, Ávila comentó que, "en el año 2020, la Organización Mundial de la Salud lanzó una estrategia para minimizar el impacto de cáncer de cuello uterino denominado 90- 70- 90, que consiste en que el 90 % de las niñas a nivel mundial, entre 9 a 14 años, para el año 2030 estén vacunadas; el 70 % de las mujeres entre los 35 y 45 años se les haya realizado una detección molecular del virus por pruebas altamente sensibles y que un 90 % de las mujeres que ya tienen lesiones preinvasoras o cáncer de cuello uterino tengan acceso a los cuidados y tratamientos paliativos. Hacia allá vamos: minimizar el impacto del cáncer de cuello uterino tanto en número de casos como en las muertes que se producen por esta enfermedad en el país".

Educación sexual para todos

La doctora Maira Ávila, jefa del Laboratorio de Genética Molecular del Instituto de Oncología y Hematología, aseveró que una de las grandes fallas es la escasa educación sexual en todos los niveles.

“No podemos dejar de insistir en la educación como estrategia de prevención; tenemos que llevar a nuestras comunidades la educación sexual, llevando el conocimiento a las mujeres sobre la infección, cuáles son sus implicaciones y la manera en cómo ellas pueden prevenirla. Siempre el mayor esfuerzo debe estar dirigido hacia la prevención, porque una vez que ya tenemos el problema, bueno, ahí debemos hablar entonces de los costos para la paciente y para el Gobierno”, subrayó.

Un esfuerzo que pasó los 25 años

La doctora María Correnti, integrante del proyecto, explicó que el sistema de vigilancia epidemiológica de VPH y su vinculación con el cáncer de cuello uterino comenzó en el Instituto de Oncología y Hematología, prácticamente, al inaugurar el Laboratorio de Genética Molecular en el año 1993.

“Durante mucho años, venimos haciendo el diagnóstico molecular del VPH. Analizamos muestras de diferentes regiones de Venezuela y eso nos ha permitido determinar cuáles son los tipos de VPH que circulan en el país. Los que son de bajo riesgo y los que son de alto riesgo y nuestros resultados son muy similares a los que se han visto a nivel internacional. Los genotipos que más frecuentemente se han encontrado en lesiones premalignas y cáncer son 16, 18, 31, 33, 45 y el 52; estos virus son denominados virus de alto riesgo oncogénico, y estudiamos su vinculación con el desarrollo de lesiones benignas y que pudieran progresar a lesiones malignas”, enfatizó.

Añadió que las pruebas piloto de sensibilización y educación en comunidades comenzarán en el Distrito Capital y luego se pretenden trasladar a otras regiones.

“Queremos aprovechar la organización de las comunas; sabemos que hay algunas comunas de la región capital que están muy bien organizadas y que han funcionado eficientemente para otros proyectos, por lo que queremos trabajar con esas en principio y ver los resultados de la experiencia para replicarla en otras partes del país”, declaró.

Del mismo modo, María Correnti indicó que los talleres informativos abarcarán a los jóvenes en los liceos y en las universidades, así como a las zonas populares, puesto que la intención es formar promotores que divulguen la información recibida.

“Es bien importante para nosotros sensibilizar a los jóvenes, a las mujeres, concientizarlas de la prevención del cáncer del cuello uterino porque es una enfermedad prevenible. Sin embargo, a nivel mundial, y en Venezuela, sigue siendo el cáncer de cuello uterino una de las neoplasias más presentes y más alarmantes. Nosotros tenemos un objetivo claro de hacia dónde vamos con estos recursos otorgados por el Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit): la concienciación y el empoderamiento del conocimiento por parte de las mujeres; llevar el conocimiento de la ciencia a las comunidades. Dar un aporte social útil y verdadero”, puntualizó.

Acotó que esta línea de investigación cuenta con el apoyo de investigadoras del Laboratorio de Microbiología Molecular del Servicio Autónomo Instituto de Biomedicina Dr. Jacinto Convit y la Escuela de Medicina José María Vargas de la Universidad Central de Venezuela.

“Antes de la pandemia y la crisis financiera, habíamos logrado conectarnos y trabajar con laboratorios en Zulia, los Andes, Sucre y Cojedes. Tenemos la firme intención de retomar esa actividad que veníamos desarrollando en el Laboratorio de Genética Molecular. En los países desarrollados, la tendencia y la mortalidad atribuible al cáncer de cuello uterino ha descendido de manera sostenida y eso depende, en primer lugar, de los programas de cribado y el cuidado que se hace a las mujeres. Realizar el cribado mediante la citología cervical, que tiene como objetivo detectar y tratar lesiones precursora en el epitelio cervical que anteceden al cáncer invasor y apoyarse con la prueba molecular, redundaría en que la incidencia y la mortalidad también bajaría aquí, como ha disminuido en otros países”, señaló.

Finalmente, la investigadora María Correnti hizo un llamado a la población juvenil venezolana a tomar conciencia sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual y buscar ayuda para tener una buena salud sexual y reproductiva. Destacó la relevancia de incluir, en estos programas, a padres, madres, maestros, maestras y profesores/as.

“Hay que explicar a los jóvenes la importancia sobre el uso del condón al iniciarse sexualmente. A las mujeres explicarles la utilidad de la prueba Papanicolaou o citología cervical. También es muy necesario reactivar toda la infraestructura de los laboratorios y centros de biología molecular en todo el país”, insistió la científica.

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