El diario plural del Zulia

Chatarras ofrecen el servicio más caro

Quien se monta en un carro por puesto no paga 50 bolívares el largo, ni 40 por el corto y en autobuses. En Maracaibo el aumento del pasaje, establecido por el Instituto Municipal de Transporte Colectivo y Urbano de Pasajeros (Imtcuma), no es más que un papel blanco que adorna las viejas y en su mayoría, obsoletas unidades.

Los chóferes no regresan el vuelto y cobran lo que quieren. “Son 130 bolos, si queréis te montáis o te quedáis en la parada agarrando sol”, es la expresión de casi todos los transportistas.

En el centro de la ciudad convergen la mayoría de las paradas de carros por puesto, microbuses y autobuses del transporte público de Maracaibo, que sobrepasa los 36 mil unidades, en su mayoría de los años 70. Su deterioro se ve y se siente.

Los pasajeros ya retrasados para llegar a su destino, van de un lado a otro en busca de una unidad para trasladarse, porque “en la parada no llegan”, aseguró Ana Vílchez, quien desesperada buscaba un carrito por puesto o bus que la llevará a su lugar de trabajo. “Salgo de mi casa casi dos horas antes, para no llegar tarde a la oficina pero mientras busco en qué trasladarme pierdo el tiempo”. El calvario de muchos marabinos.

Las colas se hacen interminables. Entonces dan pie al abuso, “los carritos no llegan a la parada y se paran antes para montar cinco pasajeros pero a Bs. 150 o 130”. En muchos de los casos la necesidad obliga a estas personas a cancelar un pasaje con sobreprecio.

No queda otra opción.
El estado de los carros por puesto, autobuses y microbuses “es cada vez peor. Se nos rompe la ropa y el olor a monóxido es insoportable”, según Carlos Vivas, usuario de la ruta de Pomona. Para Vivas, todas estas unidades que datan de los años 70 y 80 deberían salir de circulación. “Aspiran un pasaje en 150 bolívares el largo y el corte en 100 ofreciendo un mal servicio”.

Los factores que afectan a los pasajeros son muchos. A quienes optan por los buses y micros, pero deben soportar la música a todo volumen, que le impide al conductor escuchar el típico “déjame en la esquina”. Arrancan mientras algunos tienen un pie en la unidad y otro en la acera.

La situación del transporte en Maracaibo empeora cada día más. Los afectados soportan porque para un taxi no hay, los costos son muy caros, considera María González, residente de El Marite. González dijo que “la solución para este desastre del transporte público en Maracaibo, es que incluyan más unidades de Metromara”. Cosa que es rechazada por los conductores, que los llaman “invasores de las rutas”.

Para el 1° de mayo del presente año, los trabajadores del volante aspiran un nuevo incremento en el pasaje, tal como lo anunció el lunes el presidente de la Central Única de Transporte, Erasmo Alián, quien destacó que si hay un nuevo aumento de la gasolina el precio del pasaje pasará a revisión.

Pagar doble o pelear
A juicio del profesor Antonio Pérez Esclarín, no vale la pena pelear pues al final el que espera, el que vive del sueldo mínimo, sí forma parte de esa masa perdedora que a diario se sumerge en el monóxido de carbono sin hacer ruido, sin protestar y solo cumple con rodarse y hacer que la unidad colapse de gente, metiendo sus derechos en el bolsillo de donde saca semanalmente la mitad de su salario.

“El mayor problema es la total falta de Estado. Cada uno toma decisiones unilaterales, que no se convierten en beneficio para los usuarios”, sentenció Esclarín, quien además destacó la ausencia de controles y políticas que le impiden al usuario tener un transporte digno.

Para el académico, el aumento del pasaje no se convertirá nunca en un beneficio para el usuario. En Maracaibo, unos cinco mil transportistas prestan su servicio, al precio que quieren y hasta dónde quieran. “Se ha impuesto la antitética, el vivismo trasnochado; en definitiva, cada uno intenta resolver sus problemas y como no hay políticas de transporte, esto es otro elemento de sálvese quien pueda”, insistió.

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