El diario plural del Zulia

Carestía de anestésicos pone en riesgo a pacientes

Familiares visitan las farmacias y puestos ambulantes de Maracaibo para comprar la ampolla de anestesia

Los familiares de Néstor Núñez enfrentaron ayer una carrera contrarreloj, con la finalidad de encontrar una ampolla de esmeron y otra de propofol; anestésicos necesarios para operar a su consanguíneo de emergencia en el Hospital Dr. Manuel Noriega Trigo, ubicado en San Francisco.

El padre, de 41 años, sufría un dolor intenso e intermitente en el abdomen por la presencia de un tumor, que ocasionó una obstrucción intestinal y la acumulación de heces en sus vísceras.

La búsqueda inició a las 7:00 de la noche. “La enfermera nos informó que si no conseguíamos el medicamento, no operarían a mi papá”, relató José Bermúdez.

Se movilizaron en grupos de dos o tres parientes para cumplir con los requerimientos del cirujano y evitar que el estado de salud de Néstor se complicara a causa de una peritonitis.

“A pesar de contar con los recursos económicos, fue difícil para nosotros encontrar los medicamentos. Lamentablemente, la persona que no tenga dinero para adquirir los fármacos e insumos que necesita, se muere”, expresó su hijo.

Recorrieron varias farmacias de turno en Maracaibo, San Francisco y Santa Rita, buscando las ampollas que adquirieron tres horas después.

“El esmeron lo conseguimos en un expedio de la zona norte, costó 1 millón 200 mil bolívares. Por la ampolla de propofol pagamos 700 mil bolívares en efectivo, la compramos en una tienda de insumos, ubicada en los alrededores del hospital”, aseveró Bermúdez.

Mientras que Eduardo Parra recorrió varios locales donde el precio de cada ampolla de bromuro de rocuronio cuesta entre Bs. 300 y 900 mil.

Escasez de anestésicos

Antes de noviembre de 2016, la Sociedad Venezolana de Anestesiología envío una comunicación al Ministerio de Salud para plantear las fallas de medicamentos esenciales en el área de la anestesia, indicó la presidenta de la institución, María Prado.

“Estamos en la raya roja por la escasez de anestésicos tanto inhalados como endovenosos. El suministro del medicamento en las instituciones públicas de salud presenta un déficit de entre 70 y 80%”, aseveró.

En contacto telefónico con Versión Final, Prado expuso que es el Gobierno el encargado de comprar y distribuir la anestesia a los hospitales; un insumo que solo debe ser manipulado por los anestesiólogos.

“Estos medicamentos son de procedencia institucional. Por razones de seguridad y viabilidad, el fármaco no debe ser expendido por los revendedores, porque ellos no cumplen con las medidas de almacenamiento para garantizar la viabilidad del fármaco y que no pierda su efecto”.

La especialista exhortó a los familiares y pacientes a que obtengan las medicinas en farmacias y establecimientos de insumos médicos, porque en ocasiones son adulteradas por personas que buscan lucrarse de la necesidad de otros.

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