El diario plural del Zulia

Caos vial, especulación y basura reinan en La Curva

Gobierno regional tiene prevista la reorganización en esta zona del oeste de Maracaibo

El comercio informal y el colapso en el tránsito vehicular es lo que resalta en el sector La Curva de Molina. En la zona convergen las parroquias Antonio Borjas Romero, Raúl Leoni, Venancio Pulgar y Caracciolo Parra Pérez. Es considerada por sus moradores como el pequeño centro de Maracaibo.

Son las 6:00 de la mañana y se escucha “pastelitos a 300, jugos a 500 y te damos la ñapa”, acompañado del sonido de las bocinas de las unidades del transporte público. Las personas corren de un lugar a otro en busca de los carros por puesto, micros o autobuses que los llevará a su destino.

Tan temprano y no hay por donde caminar”, dice María González mientras pasa por la carretera para dirigirse a su lugar de trabajo. La enfermera vive en El Marite y debe trasladarse hacia Veritas. “Esto es un desastre”, relata molesta por la ocupación de las aceras.

La basura, botes de aguas negras y blancas y el mal olor abundan en el “pequeño centro de la ciudad”.

Ana Pérez vive en el barrio El Museo. Teme por lo que pueda pasarle a su mamá, “que es una persona mayor y en la calle siempre hay restos de verduras y frutas con lo que pudiera caerse”, comenta mientras toma de la mano a su progenitora de 75 años, para subirse a un carro por puesto que las lleve al centro de la ciudad.

Para Julia Sánchez, habitante del barrio Raúl Leoni, la situación es la misma. Recuerda que “antes esto no
se veía así. Me da miedo a veces venir a La Curva porque hay demasiada gente, los buhoneros tapan casi la mitad de la calle y los carros nos pasan pegaditos”.

Los residentes de las comunidades aledañas, al igual que quienes acuden a la zona coinciden en la necesidad de un reordenamiento en La Curva de Molina.

Buhoneros lo tienen todo

Los buhoneros siguen ofreciendo sus productos: “Hay harina de maíz en 6.500, arroz en 7.500, crema dental en 7.000, jabón en 3.600, aceite en 15 mil bolívares”, grita José Peña, quien tiene más de 10 años laborando en la zona como trabajador informal. Asegura que “la cosa está dura y ahora hay que ofrecer los alimentos para vender”. Se ubica frente a una reconocida tienda de ropa interior, donde con frecuencia se congestiona la vía por la presencia de los vendedores. La vía une a los municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada y Mara. Esto aumenta la afluencia de pasajeros.

Además de las ventas que van desde alimentos, verduras, frutas, hasta calzados, ropa, productos de limpieza, artefactos eléctricos, CD, equipos de sonido, medicinas y hasta licor.

“Parece extraño, en los supermercados no conseguimos alimentos, pero venimos a La Curva y los vendedores informales tienen de todo y hasta más barato”, asevera María Ferreira, quien reside en Torito Fernández.

Los trabajadores también se ven afectados por el aumento de vendedores. Ángel Villalobos vende frutas y considera que “la situación país nos arropa a todos. Al igual que otros, nosotros tenemos una familia que mantener y por eso trabajamos en esta zona”.

Vándalos sin control

Al inclemente sol marabino, el escándalo de la música a todo volumen y la algarabía de las comerciantes se suman las acciones delictivas. Los “caza carteras” abundan en el mercado improvisado. Los atracos, robos y hurtos se cometen a diario.

Inés Vera es vecina de El Marite y dice que ha sido víctima de atracos en tres oportunidades. “Aquí tenemos que estar pilas o nos quitan la cartera y hasta nos meten las manos en los bolsillos”, denuncia la dama.

El patrullaje policial es inexistente. El módulo de la Policía Nacional Bolivariana está abandonado. Aquí los comerciantes, buhoneros, pasajeros y transeúntes están a merced del hampa. Daniel Rojas lo confirma. “No se sabe cuándo te ofrecerán un producto te despojarán de tus pertenencias”, relata. Además, asegura que en algunas oportunidades los vendedores se prestan para “aguantar las cosas robadas”.

Bajan las ventas

Los comerciantes que tienen sus negocios en locales establecidos en La Curva de Molina se ven afectados en las ventas. La proliferación de buhoneros “ha disminuido en un 50 % las ventas de mi negocio”, dice Íngrid Arrieta, trabajadora de Mi Regalito. La dama responsabiliza al exgobernador “Manuel Rosales, quien durante su gestión vendió las aceras de La Curva a los buhoneros. Hoy día esta situación se ha vuelto intolerable. Obstruyen el paso, nos dejan desperdicios de frutas y basura frente a los locales y nos quitan las ventas”.

Daimaris Espina es empleada del comercio “Jesucristo es mi Señor”. Resalta que para ellos “es común verlos llegar y colocarse frente a la panadería, pero cada día se suma uno más. No se a dónde nos llevará esta situación por el caos que se genera”.

Reubicación pendiente

El secretario de Gobierno, Giovanny Villalobos, aseguró que desde el pasado mes de enero está siendo evaluado un proyecto de urbanismo para la reubicación de los trabajadores informales que hacen vida en la capital zuliana.

José Chaparro, habitante de El Marite

Esto es producto de la crisis del país. Tenemos invasión no solo en las aceras, sino en la carretera. Ya ni a pie se puede pasar.

Yeinleth Perche, residente de El Museo

La presencia de los buhoneros en las aceras y en media carretera genera en La Curva más caos. Congestiona sin duda alguna el paso vehicular.

Carmen Morales, transeúnte de La Curva

Esta situación nos afecta demasiado. Uno no puede pasar por ningún lado. Deberían reubicarlos porque se ha generado bastante inseguridad.

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