El diario plural del Zulia

Baterías malas cuestan casi la mitad de una buena

Revendedores se llevan el plomo de los generadores de corriente de carros para Maicao

La batería y unos repuestos menores le hacen falta al Ford Fiesta año 2000 que compró, la semana pasada, Nelson Salas, técnico de refrigeración de 28 años. Evalúa dos opciones: comprar una nueva o adquirir una chatarra para repotenciarla. La segunda es más económica, pero aún así supone una inversión que oscila entre los 300500 mil bolívares.

Rubén Rodríguez, experto en la reparación de baterías y dueño de un negocio en La Polar, las compra dañadas en 220 o 240 mil bolívares las de 900 y 1.000 amperios, y las vende sin reparar en 300 mil o más, pero el negocio está decayendo.

Ayer no tenía ninguna disponible en su taller. Es más rentable vender las dañadas en Maicao. “Ya la gente no las repotencia, sino que se las llevan y las venden en Colombia”, explica Rodríguez. Nelson recorrió tres negocios. En
ninguno habían “caído” baterías. “Los que las reparaban para venderlas dicen que no tienen porque ya no les
llegan como antes. El negocio está en Maicao”.

Los revendedores las compran y se las llevan al vecino país para aprovechar el plomo que contienen y ganarles un porcentaje mayor. Mientras más se lleven, mejor.

Invertir en una batería nueva cuesta un poco más del doble en las empresas Duncan y Titán. Con vacío, es decir, entregando el aparato dañado, sale en 850.000 y sin vacío en un millón 500 mil.

Repotenciar una batería cuesta entre 150 y 200 mil bolívares. Estas pueden durar hasta cinco meses, dependiendo el uso del vehículo.

“Salgo más barato con una repotenciada, pero no la consigo. Para poder comprar una de agencia tengo que tener los papeles a mi nombre, que ahorita no los tengo y llevarlos para hacer la cola desde la madrugada”, comenta Salas.

En un conocido negocio, ubicado en el sector Sabaneta, reparan las baterías por 150 mil o 200 mil bolívares,
si las lleva el cliente.

Javier Urdaneta, dueño del establecimiento, asegura que al ser repotenciado el aparato dura máximo cinco meses, según el uso que se le dé.

“Depende del vehículo. En los carros viejos dura más, porque no se esfuerza tanto con el uso de aire acondicionado o equipos de sonido”, explica.

Señala que a diario le piden baterías para revenderlas en Colombia, pero se niega.

“Yo trabajo con los aparatos de mis clientes. Ellos me los traen para que se las arregle y debo entregárselas”.

En las ventas de repuestos y artículos para carros y establecimientos comerciales independientes, los costos de las baterías rompen la barrera de los dos y tres millones de bolívares.

Un local en La Victoria expende el aparato de marca Titán, cuesta 2 millones 900 mil, de 700 amperios y de 800, en 3 millones 300 mil bolívares.

Tras una semana, Nelson no logra poner a andar su vehículo. “Yo no tengo para dar más de dos millones por
una batería nueva, me tocará tener el carro parado hasta que consiga una más barata”, indica.

Las colas en la Duncan y la Titán no cesan. Los conductores amanecen en largas filas de vehículos a la espera del
aparato. Necesitan la batería y deben pagar el precio que les exigen.

 

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