Aurora López Pérez, ícono de la enfermería venezolana

En el Día Internacional de la Enfermera, hoy 12 de mayo, los zulianos recordamos a uno de los más sólidos símbolos de la enfermería venezolana, Aurora López Pérez, nuestra enfermera líder nacida en Maracaibo.

Su liderazgo surge a comienzos del período posterior a la muerte de Juan Vicente Gómez, cuyo gobierno protagonizó una de las épocas más oscuras de la historia de Venezuela. En materia de cuidados a los enfermos, como en tantos otros aspectos, la situación en el país era entonces de completo atraso. No existían enfermeras profesionales y entre religiosas y  aficionados se apañaban para aliviar a los pacientes, con procedimientos simples como fricciones y cataplasmas.

Al comenzar el proceso de transformación del país se abren los estudios de enfermería y en 1945 se gradúa en el Zulia un minúsculo grupo de profesionales. De esta primera promoción de enfermeras forma parte Aurora López Pérez, personaje recio, culto y de gran sensibilidad social, que se convertirá en símbolo de la enfermería en el Zulia y líder de la enfermería venezolana.

Temprana vocación

Aurorita López, como es recordada dentro del gremio médico, nació en Maracaibo el 13 de julio de 1911. Su niñez estuvo matizada por ricas experiencias que despertaron su curiosidad y formaron una temprana madurez. Era hija del periodista y abogado Eduardo López Bustamante y nieta mayor del editor Eduardo López Rivas, dueño del diario “El Fonógrafo” de Maracaibo. Su casa materna fue centro de reunión de los intelectuales de la época y en sus memorias puede leerse que solía quedarse dormida en los brazos de personajes como Udón Pérez y Elías Sánchez Rubio. El mayor impacto de su infancia lo produjo la constante presencia del Dr. Francisco Eugenio Bustamante en las tertulias de la residencia familiar. Aurora era sobrina-nieta del científico, quien ejerció gran influencia en el despertar de su vocación.

En 1917 el dictador Juan Vicente Gómez encarceló a su padre y confiscó todos los bienes de los hermanos López Bustamante. Su condición de primogénita, de una familia que percibía en desamparo, despertó en Aurora un sentimiento de responsabilidad que se transformó en férreo carácter. Fue entonces cuando se moldeó su firme temperamento, todavía recordado, que le permitió gobernar un hospital y protagonizar liderazgo nacional entre las enfermeras.

Obra y legado

Comenzó su actividad dentro del campo de la salud estudiando becada por los Laboratorios Biogen, mientras trabajaba como practicante en los laboratorios del Hospital Central de Maracaibo. Al graduarse recibió numerosas ofertas de empleo del sector privado, particularmente de las empresas petroleras que ofrecían puestos de excelentes condiciones. Las ofertas no la tentaron. Confesaba que nunca pudo inclinarse a desarrollar su labor en un ambiente de trabajo que no fuera el servicio público.

Desarrolló toda su carrera en el Hospital Central de Maracaibo. Allí se formó pasando por los cargos de enfermera jefe del Servicio de Maternidad, del Puesto de Socorro y del Servicio de Pediatría. En 1951 fue nombrada enfermera jefe, supervisora general, cargo que desempeñó durante 24 años, hasta acogerse a la jubilación.

Su primera causa gremial fue la de crear consciencia, entre las enfermeras recién graduadas, sobre la necesidad de instruir con procedimientos modernos, a las hasta entonces encargadas de cuidar a los enfermos. Las nuevas profesionales se volcaron de inmediato a la tarea, convirtiéndose en educadoras de las religiosas y asistentes que antes habían llenado sus espacios. Así nació en el país la gura de la Auxiliar de Enfermería, hoy en día parte importante de nuestro sistema nacional de salud.

Con el mismo espíritu emprendedor reunió a sus colegas del Zulia para crear una organización que agrupara al gremio y, en 1946, fundó la Asociación Zuliana de Enfermeras, hoy Colegio de Profesionales de Enfermería del Estado Zulia. Años más tarde inició con éxito un proyecto similar, en la Costa Oriental del Lago, y creó la Asociación de Enfermeras del Zulia, Filial Bolívar. 

El gremio a nivel nacional la adoptó como líder desde sus comienzos. Fue Presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras de Venezuela y de su Junta Electoral Principal durante diez años, además de miembro permanente del Tribunal Disciplinario de la organización. Representó a Venezuela en todos los congresos internacionales de enfermería de su tiempo y, desde 1951 hasta 1975, fue delegada oficial permanente por el estado Zulia a todas las Convenciones Nacionales de Enfermería. Por muchos años se desempeñó como profesora de las Escuelas de Enfermeras de Caracas y Maracaibo en diez disciplinas, y publicó diversos trabajos sobre la profesión, varios de ellos premiados, que han sido utilizados como textos de estudio.

Reconocimientos

Aurora López Pérez recibió incontables reconocimientos por actividades gremiales, a lo largo de toda su carrera. Entre ellos el Diploma de Honor de la Cruz Roja Internacional y el Diploma de Honor del otrora Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. En 1970 la Gobernación del Estado Zulia decidió honrar a esta pionera, creando por primera vez un Premio Estatal de Enfermería, el premio “Enfermera Aurora López Pérez”.

Pintora de talento, se especializó en cuadros sobre episodios de la enfermería a través de la historia. Dos de sus retratos al óleo de la fundadora del gremio, Florencia Nightingale, fueron expuestos de forma permanente en los salones de los Colegios de Profesionales de Enfermería de Caracas y Maracaibo. Han sido desde entonces utilizados con frecuencia como ilustración, en las publicaciones oficiales del gremio.

Aurorita López murió en Maracaibo el 18 de julio de 1993. Fue enterrada con honores y sus restos reposan en el Panteón de la Enfermera en el Cementerio Corazón de Jesús. Los estandartes que dirigieron su vida quedaron reflejados durante una entrevista realizada en 1972. Cuando se le preguntó cuál era su mayor orgullo Aurora respondió: ser López Pérez, enfermera, católica y venezolana.