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Anhelos de impulso comercial motivan a los vendedores del Casco Central de Maracaibo

Son los propios comerciantes quienes auguran un año de mejoría en sus ventas, tal como lo dijo a Versión Final Vaniuska Rondón. La zuliana especificó que en la actualidad los espacios como Bingo Reina, las piñaterías, ventas de accesorios y cosmetología rigen el comercio en el centro

“Pase sin compromiso”, “A la orden mi vida”, “Qué busca, acá se lo tenemos”,  son las pintorescas frases que el zuliano puede escuchar al adentrase en el Casco Central de Maracaibo, una zona histórico-cultural donde el comercio parece encaminarse tras dos años rudo de confinamiento y la nueva realidad que empieza a tomar la ciudad.

Son los propios comerciantes quienes auguran un año de mejoría en sus ventas, tal como lo dijo a Versión Final Vaniuska Rondón mientras ofrecía a los caminantes pastelitos, sopa, mandocas  y otras comidas.

“Desde el inicio de la pandemia estamos subsistiendo. Ahora, el comercio se está acomodando porque lamentablemente estábamos en decadencia”, dijo la comerciante.

Rondón especificó que en la actualidad los espacios como Bingo Reina, las piñaterías, ventas de accesorios y cosmetología rigen las ventas en el casco. “En la Plaza Baralt es la comida, aparte de que El Castillo ayuda porque trae mucha clientela”, refirió.

Destacó que esta plaza, zona de valor histórico de Maracaibo, según Gaceta Oficial Nº 34573 del 15 de octubre de 1990, mantiene su encanto comercial. Venta de artesanías, telas,  vestidos, trajes, materiales escolares y la comercialización de comida desde los vagones que asemejan el antiguo tranvía, son las actividades lucrativas que se conservan.

La Plaza Baralt desde la creación de la capital zuliana ha regido el comercio de la “Tierra del sol amada”. “El casco central es la fundación de Maracaibo. Tiene referentes urbanos muy importantes como lo es el  puerto”, detalló Ángel Lombardi, exrector de la Universidad del Zulia  (LUZ).

“El casco central definió a la ciudad durante  400 años”, agregó el  historiador, quien consideró que en Maracaibo se está mejorando modestamente y que se pueden lograr algunas cosas más pero “no se cambiará si no se cambian las políticas”.

“Fiel punto de compras”

Este cambio modesto también es percibido por los maracaiberos que aún ven el centro como el “fiel punto de compras”.

“El comercio ha avanzado en comparación al inicio de la pandemia y durante el proceso político que ha venido viviendo en Venezuela. El Casco Central ha mejorado al menos un 65 o 70 %”, comentó Luz Yepes.

La periodista, quien realizaba unas compras en un local de decoraciones de fiestas, añadió que en el “resurgimiento” del centro ha visto el crecimiento de las ventas en las áreas de perfumería, accesorios, celebraciones y ropa.

“Vengo al Casco Central a comprar porque veo que la cosa está cambiando y se pone mejor cada día, ha mejorado de verdad. Antes íbamos a otras naciones a buscar lo que necesitábamos pero poco a poco en nuestro centro de Maracaibo estamos encontrando esos artículos que exportábamos”, sumó Yepes.

Esta consideración del comercio también la comparte Henry Semprún, director general del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez (Camlb), quien afirmó que en la Plaza Baralt y en el Paseo Ciencias “hay un movimiento bien interesante”.

“En estos episodios de la vida que nos ha tocado a todos vivir, en este tiempo y espacio, creo que el comercio se está activando de forma respetuosa en el centro histórico de Maracaibo. Quizás no llena de tarantines pero se puede ver más los edificios y vemos a las personas más organizadas, aunque es una zona libre de tapabocas”, describió el dramaturgo que interpreta a Marucha Boscán.

Secuelas del 2019

Aunque muchos ven nuevos aires de auge comercial en el Casco Central, algunos rememoran el desalojo que se les realizó a los buhoneros de la  Calle Derecha, Las Playitas y otras zonas de interés lucrativo, una secuela que se mantiene activa, ya que aseguran que estos vendedores permanecen sin un sitio para desarrollar su actividad.

Entre ellos José Hernández. El zuliano consideró que en 2019 “se debía reorganizar el Casco Central pero a quienes trabajaban en la zona desalojada había que darle repuestas”.

“Levantaron los puestos y nunca nos dieron repuestas (…) Todos estamos luchando para llevar el sustento a nuestras casas y no somos delincuentes, porque así nos llamó el gobierno pasado”, sentenció el comerciante que pasó de vender ropa  en la Plaza Baralt a deambular con un carrito de supermercado para ofrecer panes.

“Este año ha mejorado un poco en comparación a los años anteriores. Hubo cambio de gobierno y vemos más gasolina, nuevos comercios y no hay maltrato a la economía informal”, añadió el hombre, al tiempo que consideró que los buhoneros le dan más vida al Centro siempre  y cuando sean organizados.

Tres años después de este desalojo los buhoneros han retomado algunos de sus sitios de trabajo. Las adyacencias de La Redoma y sobre todo la calle previa del C. C. Plaza Lago se notan con una gran aglomeración de los  trabajadores informales y sus puestos improvisados.

Piden seguridad e inversión pública

La organización, seguridad e inversión pública son algunos de los requerimientos que piden los vendedores.

Para quienes trabajan en el llamado “Callejón de los Pobres” las ventas han aumentado debido a que la ropa se mantiene como las adquisiciones del momento, según la moda. Sin embargo, aseveraron que se ven afectados por las condiciones de los espacios.

“Nos hace falta apoyo. Necesitamos la construcción de techos porque la lluvia o el sol nos afectan mucho. Diseñar algo estético y organizado”, refirió Rosa Briceño.

Por su parte, Jorge Añez destacó que la seguridad  en el casco como en El Callejón han cambiado. “Pueden venir con suma confianza que aquí van a conseguir la ropa que requieren y le vamos a ofrecer resguardo, en compañía del patrullaje policial”, dijo.

Finalmente, los comerciantes llamaron a promover los trabajos en esta zona comercial. “Hay que impulsar el emprendimiento y la apertura de cadenas más grandes para que el casco vuelva a tener un poco de lo que era antes al menos hace 10 años atrás”, señaló Victoria García, quien labora desde 22 años en el centro.

Vaniuska Rondón propuso la apertura de un supermercado en la Plaza Baralt porque llamaría mucho la atención. “Tenemos una farmacia y había una panadería. También hace falta emprendimiento y que renueven todas las estructuras porque esto es histórico y todo está en decadencia”, instó.

De esta forma los comerciantes creen que se podría impulsar el comercio en su totalidad en esta zona zuliana. La mayoría también anhela la restauración total de los sitios históricos en los que desarrollan sus negocios.

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