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Aceite PDV sale al mercado con preparación incompleta

Lubricantes para motores vehiculares no cuentan con aditivos. Desde enero, el Estado venezolano no importa los componentes

Una acentuada falta de liquidez impide a Petróleos de Venezuela S. A. (Pdvsa) importar los componentes indispensables para el correcto funcionamiento del aceite de motor. Desde enero el rubro no cumple los estándares internacionales de calidad, que evitan el trabajo forzado de los autos.

“No hay crédito con las envasadoras, no hay cómo comprar los aditivos. Por eso es que los buhoneros venden los aceites sin control en las calles. Las personas no saben qué tipo de aceite está comprando”, denuncia Iván Freites, secretario general del sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos del estado Falcón.

El complejo de lubricantes El Cardón, perteneciente a la estatal, no produce aceite desde 2012. A partir de ese año, toneladas del in amable bajo en azufre se traen de Estados Unidos para luego agregarle, en tierras venezolanas, los aditivos especiales que también se importaban de Norteamérica.

“Aquí no estamos produciendo nada (...) Lo que se hace es traer de Houston y de la Shell las bases lubricantes a las que hay que añadirle los aditivos”. Freites explicó que de esa forma la petrolera venezolana comercializa aceite sin calidad. Según dijo, el líquido se expende en pipas directamente a quienes se dedican a la reventa.

La falta de elementos antidesgaste en la composición del aceite de motor quebranta lo establecido por la Comisión Venezolana de Normas Industriales (Covenin) y la ASTM (International American Society for Testing and Materials, por sus siglas en inglés). También por ese motivo el producto no se distribuye a los vendedores autorizados.

“No lo hacen por eso, porque el aceite no está bajo los estándares internacionales de comercialización. Por eso lo venden bachaqueado y por eso está tan caro, porque no hay control”. En las calles marabinas, un litro de aceite de pipa cuesta hasta un millón de bolívares si la transacción se hace por punto bancario y 500 mil si es en efectivo. El aceite quemado, o reciclado, vale Bs. 50.000 en efectivo y Bs. 100.000 por punto. El precio legal, de contar con los aditivos y la manufactura de Pdvsa, debería ser de Bs. 4.000, de acuerdo con Freites.

El origen de la falla

En 2012 se incendió una planta que producía aceites básicos en el complejo de lubricantes El Cardón, producto de un proyecto de ampliación que no funcionó. Para ese entonces se manufacturaban 12 mil barriles por día. Ahora ninguno.

Aunado a eso, en 2013 se deterioraron las relaciones comerciales con las empresas venezolanas surtidoras de recipientes de plástico para envasado. La escasez de materia prima comenzaba a golpear a la industria.

Según Freites, quien trabaja en ese medio desde hace 25 años, la compañía que producía los envases de un litro se encontraba en Valencia y la que hacía contenedores de mayor tamaño, como cuñetes, estaba situada en Paraguaná (Falcón). Esta última cerró en noviembre de 2017 por falta de materia prima. Por esa razón, el aceite PDV se vende solo en pipas. “Ocurrió por falta de pagos. Empezó a fallar la entrega de envases”, dice.

Consecuencias

Sin los aditivos adecuados, el inflamable no responde a la exigencia de cada tipo de motor, como el 250, 740, entre otros. Guillermo Cubillán, mecánico con 30 años de experiencia, asevera que un aceite sin propiedades de antidesgaste, modificador de la viscosidad y de los niveles de fricción acelera la muerte del motor.

“Se daña de forma progresiva, mientras que el aceite quemado daña la caja hidráulica casi de inmediato”. Lo comprobó la mañana del miércoles 4 de abril, cuando atendió a un cliente que acudió al establecimiento donde labora, en la urbanización Sucre, con su camioneta Chevrolet a medio andar.

Olía a asfalto, mala señal. Al abrir la caja, Cubillán tuvo que retirar capas de material negro adheridas al aparato de cambios. El resultado de la medida desesperada del conductor fue pagar Bs. 60.000.000 por la reparación, que incluye gasto de repuestos, mano de obra y 10 litros de aceite hidráulico.

La práctica de comprar aceites adulterados crece a nivel nacional. Vendedores informales exhiben las botellas plásticas no selladas al frente de viviendas en El Marite, Ciudad Lossada, El Mamón, La Curva de Molina y en arterias viales como la Circunvalación 1 y 3. “Todos los días sucede en algún taller mecánico de la ciudad”, advierte.

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