El diario plural del Zulia

Abandono y desidia en plazas marabinas

Si algo caracteriza al zuliano es el sentido de pertenencia y el amor por su tierra. Desde hace algún tiempo los marabinos se han sentido indignados por las condiciones en las que se encuentran los espacios públicos de la ciudad.

Un ruinoso aspecto muestran a simple vista las plazas de la entidad. Tal parece que los responsables de su mantenimiento han olvidado el valor histórico y sentimental que representa cada plazoleta.

En teoría, son denominadas como un espacio público a cielo abierto. En su mayoría rodeado de árboles, plantas y esculturas representativas que guardan consigo un signifucado histórico. Son utilizadas por las comunidades para hacer una serie de actividades recreativas y culturales; esa es la definición que comúnmente se tiene de las plazas.

Todo indica que en este momento los espacios públicos de la ciudad están padeciendo de un “cáncer terminal”, espetó Jackelín Liskano, mujer de edad media que merodeaba la plaza Cristóbal Colón con su pequeña hija, quien jugaba con los restos de una banca del lugar. “En otros tiempos, las plazas tenían un mejor semblante. Los niños disfrutaban correr alrededor de ellas. Los adultos podíamos apreciar la sonrisa de los más pequeños. Hoy dan pena y tristeza”, exclamó.

Excremento, basura, plantas secas, esculturas decapitadas y otras con pintura en ellas, son algunas de las tantas evidencias que demuestran que los responsables se olvidaron de su cuidado.

Inseguridad desbordada

Los espacios están siendo utilizados por “maleantes”, aseguró Alicia Lugo, quien vive cerca de la plaza principal de la urbanización San Rafael, en las adyacencias de la Circunvalación 2 al sur-oeste de la ciudad.

“Una cueva de lobos”, exclamó otro vecino del lugar. La oscuridad reina en cada rincón de la plazuela. “Por las noches hay que tener mucho cuidado. Siempre están los amigos de lo ajeno merodeando el lugar para hacer de las suyas”, resaltó Alicia.

Las plazas del centro no escapan de esta dura realidad.

María Benítez lleva 37 años trabajando en la plaza Sucre y relata que ha sido testigo de innumerables robos a plena luz del día. “Hubo una temporada donde veía hasta cuatro robos en menos de tres días”, detalló

Agregó que se han robado hasta los bombillos que alumbran el sitio por las noches.

Sin dolientes

Enio Trujillo, miembro de la fundación Amigos del Zulia, organización dedicada al cuidado de los espacios públicos, aseguró que en estos momentos Maracaibo no tiene dolientes. “Nosotros en la fundación prestamos colaboración, pero no siempre podemos”, aseguró.

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