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A tres décadas y un año del Caracazo crece el malestar social en Venezuela

Los días 27F y 28F de 1989, un pírrico incremento del precio de la gasolina hizo estallar protestas sociales y desbordó las principales ciudades del país. "Hoy los motivos de desesperación en la sociedad venezolana son superiores", asegura el SJ Luis Ugalde

Hace 31 años, los venezolanos se podían dar el lujo de contar con servicios públicos eficientes, como la energía eléctrica, telefonía fija o vialidad en mejores condiciones. El salario permitía gustos y lujos, mientras que el aumento de precio de los productos era insignificante. En el 2020 la situación ha cambiado de manera radical.

De la calidad de vida que tenía el venezolano en 1989 no queda ni la sombra. En la actualidad son reiteradas las fallas eléctricas en todo el país, especialmente en Maracaibo, pues los ciudadanos soportan racionamientos eléctricos de hasta 12 horas diarias. La telefonía fija desapareció y la vialidad luce grandes cráteres. Los productos alimenticios sufren colosales incrementos interdiarios o semanales en su precio.

Los motivos de desesperación que hay en este momento son infinitamente superiores. No estamos en el tema de que subieron 10 céntimos el precio de la gasolina o el autobús, sino que estamos con que no hay gasolina, no hay transporte, no hay gas, no hay electricidad, en el Zulia lo saben de sobra", aseveró el historiador, teólogo y exrector de la Universidad Católica Andrés Bello, Luis Ugalde.

Antes de registrarse esa rebelión social, el aumento del precio de la gasolina se fijó, el 26 de febrero de 1989, en Bs. 2,55 para la gasolina de 83 octanos (que hoy no existe), y 2,75 para la de 95 octanos.

Precisamente por el alza del precio del combustible un día antes del 27 de febrero de 1989, los choferes de la ruta Guarenas-Caracas resolvieron aumentar el pasaje a Bs. 16, cuando el Gobierno nacional de la época acordó la tarifa en Bs. 10.

La reacción de los usuarios no se hizo esperar. Las airadas y violentas protestas, con saqueos y destrozos a los comercios, se iniciaron en Guarenas y se extendieron hasta Caracas y el resto del país, gracias a la difusión de los medios televisivos.

Una sola medida que fue el incremento del precio de la gasolina, que era mínimo para ese momento, hizo que los choferes de los autobuses en Guarenas aumentaran el precio del pasaje de manera desmesurada para la gente, y se produjo un problema estrictamente de esa localidad. Pero los medios televisivos sobredimensionaron la cuestión", afirmó el sociólogo zuliano Énder Arenas.

Aún se discute el número de muertos, se hablan de miles, "eso no es verdad", acota el padre Ugalde, "se demostraron unos 450 muertos", añadió. Las cifras oficiales hablan de 276.

Descontento, hastío y estallido

Arenas mencionó que en ese momento se evidenció el descontento de la gente, harta de la pobreza, de la corrupción, de la desigualdad y hasta del "paquete" de medidas económicas propuesto por el entonces ministro de Coordinación y Planificación (Cordiplan), Miguel Rodríguez.

Todos esos son cuentos, pero en realidad el proyecto de Miguel Rodríguez era apenas un esbozo. No era un proyecto neoliberal acabado, era un proyecto de reacomodar esta sociedad, reducir un poco el Estado, darle cierta racionalidad y devolver a la sociedad lo que realmente le correspondía, porque este era un Estado muy grande. Era un Estado superpoderoso, tenía más de 450 empresas públicas", dijo el sociólogo.

El SJ Luis Ugalde habló del contexto que se vivió en la víspera de ese 27 de febrero de hace 31 años, en materia económica.

Los precios de productos básicos, como la harina, el azúcar, etcétera, habían estado congelados con el gobierno de Lusinchi. El nuevo gobierno (entonces) de Carlos Andrés hizo el análisis y vio que había que liberar, etcétera, y ya la decisión estaba tomada, pero todavía no estaban las medidas", apuntó el exrector de la UCAB.

Según Arenas, el problema se desató porque la gente empezó a protestar por el pasaje y se movió por el país, pues "los medios lo sobredimensionaron" y hubo sectores que aprovecharon el momento y convirtieron eso en un gran problema para la sociedad venezolana.

También se refirió al asalto de la muchedumbre a los comercios de los portugueses, de los chinos, "las casas de los partidos y el Parlamento no fueron tocados".

El padre Ugalde habló de tres posibles causas que pudieron incidir en la violencia ocurrida el 27 de febrero de 1989.

El Gobierno (de Carlos Andrés Pérez) no supo actuar rápidamente. Había grupos de izquierda interesados en echarle leña a ese fuego, para no se apagara. No es que lo causaron ellos, sino que intentaron aprovechar. Y la televisión transmitió ampliamente, y cada día que pasaba parecía en televisión como si fuera una gran fiesta, de la gente saqueando los comercios", rememoró.

A juicio del sacerdote, en 1989 no hubo "quien apagara el fuego" del lado del Gobierno, "actualmente el Gobierno está en sobreaviso porque interrumpe un brote desde el comienzo, pues tiene mucho miedo a que se vuelva a prender" (el fuego). Además los medios de comunicación "los controla el Gobierno".

“Se incrementa el malestar”

Considera Luis Ugalde que a lo largo de 31 años se ha incrementado la desesperación de la gente, aunque asevera que "no es posible pronosticar nada" en torno a la posibilidad de un nuevo estallido.

La gente es muy cautelosa, dice que no va a salir si no está convencida o cree que su salida no servirá para nada y al mismo tiempo teme una represión. Pero eso no quiere decir que en un momento dado no pueda estallar una cosa de esas", argumentó.

Recordó que hace más de un año se registraron protestas en Ciudad Bolívar, "que prendieron calles enteras".

Todo el mundo sabe que el malestar y el rechazo al Gobierno hoy es mucho mayor que hace dos meses, seis meses, un año. Puede haber estallidos y otras acciones políticas que busquen la salida. Lo que sí hay es una gran convicción de que así no se puede seguir y que con este régimen no tenemos salida", expresó Ugalde.

El sociólogo Arenas aprecia que hoy la desigualdad y el desamparo social son mucho más grandes que el 27 de febrero de 1989.

Los venezolanos de hoy viven una burbuja con la dolarización, las bolsas CLAP. Uno ve los supermercados full. Es verdad, los bodegones están full, pero la gente no tiene acceso, porque no todo el mundo tiene los dólares que hay que pagar ahí", recalcó.

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