El diario plural del Zulia

¿Y ahora qué?

Nicolás Maduro se mantiene en el poder con una notoria fragilidad institucional. Resultados lo acorralan

Tras el resultado de las elecciones, estudiosos de las ciencias políticas se preguntan: ¿Qué va a cambiar? Y, según Gabriel Reyes, presidente de Gnosis Consultores, hay tres vertientes básicas: la política, la económica y la social, cuyos indicadores acorralan a un gobierno de Nicolás Maduro marcado por la fragilidad institucional.

La abstención registrada en los centros, las múltiples denuncias de voto asistido y la coacción con el Carnet de la Patria a través de los puntos rojos, ponen a Maduro aún más de espaldas frente a las presiones nacionales e internacionales. El Presidente tiene en la crisis socioeconómica un hierro caliente que marca y agobia.

En la recta final de su campaña, Maduro reconoció errores y juró cambiar. “La economía que tenemos no nos sirve, ha sido infectada de neoliberalismo y capitalismo salvaje. Tenemos que instaurar en Venezuela en base a un diálogo, un nuevo sistema de fijación de precios y comercialización y que no se robe al pueblo”, expresaba el jueves en un acto.

Reyes huele la crisis de gobernabilidad, pero duda aún más de las promesas de rectificación, más allá del sempiterno llamado a diálogo y reconciliación. “Maduro necesita urgentemente ser creativo porque lo que lo está comiendo es la inefectividad y la deficiencia económica que es lo que está produciendo el verdadero caos de carácter social. Uno de cada tres venezolanos se acuesta por las noches sin comer en el día”, agrega y proyecta una inflación superior al 2.000 % al final del año.

El presidente de Gnosis Consultores augura la reorganización de las fuerzas opositoras y cree que es “casi imposible que no comience la calle con brotes incrementables”.

El académico estima, frente a la inminente presión internacional, que el Gobierno trate de acercar posturas con Falcón en procura de venderlo como referente de la oposición en su afán de orquestar un encuentro como el de República Dominicana, en la que ya no sea la MUD la interlocutora. “Falcón en teoría podría ser el representante legítimo de la oposición. Creo que será la matriz de opinión que tratará de crear el Gobierno. Que pase a ser el referente para la negociación. Eso sometería al país a una presión interesante porque la oposición convencional se resistiría a verse desplazada del elemento de negociación”.

Giro de timón

Luis Aguilar, presidente de Polianalítica, coincide con Reyes. La fragilidad institucional y la política económica cercan al Jefe de Estado. “Maduro no tiene otra opción que darle un giro de timón a su modelo económico si no la crisis le dará un giro de timón al Gobierno”.

El especialista en el tema electoral piensa que los partidos y la oposición en pleno desaprovecharon una oportunidad de oro para capitalizar en las urnas el descontento de la mayoría. Asegura que este tipo de errores suelen tener un costo. “Partidos como AD, PJ, VP y UNT dejarán de ser partidos legalizados ante el CNE y esto le impedirá participar en procesos electorales mientras el chavismo siga en Miraflores. Si desde mañana (hoy) la comunidad internacional no retira sus embajadores de Caracas, la convocatoria abstencionista del Frente Amplio dejará de tener fuerza como también, sus principales dirigentes”.

El analista añade que tras elecciones, solo las organizaciones políticas opositoras AP, Copei y el MAS podrán participar en futuros procesos. “Además, en Venezuela se levantarán organizaciones y liderazgos emergentes que tratarán de capitalizar la frustración de la población”.

Para María Chiquinquirá Parra, directora de la Fundación Centro Gumilla y del proyecto Reto País es necesario leer a fondo la abstención que quedó en evidencia. “Hubo baja participación de la ciudadanía”, expresó, quien resalta la deslegitimación de
la dirigencia política, tanto para los partidos de oposición como para el Gobierno. “No hay democracia sin partidos políticos y creo que los partidos y su dirigencia fueron los grandes perdedores en este proceso, junto con la democracia en Venezuela”.

Parra afirma que tanto el Gobierno como la oposición no mostraron una estrategia clara frente a los múltiples escenarios postelecciones. “La incertidumbre sigue siendo para muchos la gran constante, debido a la imposibilidad de controlar los desencadenantes postelectorales. La situación actual sigue preocupando a los venezolanos y a la comunidad internacional debido al desmantelamiento paulatino del Estado y la pérdida cada vez mayor, de la capacidad de respuesta ante las demandas de la ciudadanía”, explica.

Considera que el Gobierno tratará de mantener la gobernabilidad con base en el control de los cuerpos de represión del Estado. Piensa que la oposición seguirá dividida y optará por apoyar la llamada ‘intervención humanitaria’, por un lado, y otros de sus representantes, más moderados, seguirán apostando por un acuerdo de transición. “La sociedad civil sigue requiriendo que se lleve a cabo un gran diálogo social por la falta de direccionalidad clara de una dirigencia política cada vez más cuestionada”.

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