El diario plural del Zulia

Militares al frente de negocios en Las Pulgas

En La Redoma y Plaza Lago llegan funcionarios de distintos cuerpos de seguridad para comprar y vender productos

A espaldas de las advertencias del gobernador Omar Prieto sobre la prohibición de  vender alimentos en el casco central de la Ciudad, funcionarios de componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana compran y venden productos de primera necesidad, junto a los comerciantes informales.

El equipo reporteril de Versión Final acudió este miércoles al centro de Maracaibo. En pleno día, específicamente  a las 10:00 de la mañana, un miembro de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) llegó en moto hasta el Centro Comercial La Redoma. Llevaba dos bolsas negras llenas de alimentos.

Se bajó para acercarse a cinco mesas que se hallan bajo toldos verdes. Allí entregó unos siete paquetes de
harina.

En el lugar se consigue aceite, harina de maíz, arroz, jabón de baño, crema dental, desinfectantes, papel higiénico, galletas y pasta; aún cuando escasean, a precio regulado, en los anaqueles de los principales supermercados de la capital zuliana, donde la opción son los artículos importados.

En otro de los establecimientos de Plaza Lago llegó otro militar para adquirir algunos productos, en medio de una tienda de bultos escolares. Pagos en efectivo En algunos locales del centro comercia Plaza Lago —también en el centro— se consiguen los elementos de la canasta básica alimentaria. Hay harina, a 25.000 bolívares; arroz, en 20.000 y pasta en Bs. 22.000. La forma de pago es en efectivo, exclusivamente.

Entre las ventas de ropa se observan empaques de arroz y de harina, algunos casi ocultos bajo las prendas de vestir.

Por las calles caminan personas que esperan conseguir los “mejores” precios. Alguien pregunta por un poco de proteínas.

—¿En cuánto está el cartón de huevos?—, dice. —Cuesta 95.000—, le responde el vendedor.

Camina apenas unos 15 metros y el costo es 85.000, 10.000 bolívares menos que en el sitio anterior. También allí el pago es con papel moneda. No se aceptan tarjetas de débito ni transferencias
bancarias porque no hay puntos dispuestos para ello.

Vienen de Colombia

Tras unos frascos plásticos de manttequilla se encuentra un hombre que distribuye arroz y azúcar. Oculta su nombre, pero no el trayecto del negocio. —Traemos un bulto con 50 kilos de azúcar desde Colombia, que nos cuestan 1 millón 700 mil bolívares—, explica.

Para la “venta al público”, cada semana los precios varían. Hasta la mañana de ayer, cada unidad no superaba los 40.000 bolívares. —Si el kilo es fallo (solo 800 gramos) cuesta 26.000 bolívares y si es
completo vale 35.000 o 36.000—, comenta, mientras cuenta el dinero que ha reunido durante el día.

Llamado a acuerdos —Lo ideal sería hablar con el Gobernador porque nosotros también queremos trabajar. En los mercados tradicionales no se consigue la comida, somos una alternativa para la
gente—, manifi esta otro vendedor que no quiso revelar su nombre.

La misma idea tienen otros tres negociantes que afi rman ser padres de familia.

A las 4:00 de la tarde se extendió el rumor de que comisarios de cuerpos policiales del estado confi scarían los alimentos; pero falsa alarma, hasta el momento—. Vinieron unos Cicpc para revisar el dinero en efectivo, pero no pasó nada más, dijo un mercader.

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