Hasta siempre, Ruth
Un grupo cerrado de amigos y familiares acompañó los restos de Ruth María Granado en su último paseo, una caminata que la llevó a su cristiana sepultura.
La caravana fúnebre salió desde la casa de la administradora, ubicada en la urbanización El Soler, en el municipio San Francisco, y rodó con prisa y sin pausa hasta llegar al cementerio El Edén, en la vía a La Concepción. El grupo no superaba los 100 asistentes y partieron a las 9:30 de la mañana. Una hora y media más tarde, el cuerpo de Ruht ya estaba bajo tierra.
Sus familiares directos no emitieron ni una palabra, se limitaron a llorar su pérdida. Del grupo sobresalía la voz de un hombre, vestía una camisa a cuadros morada con blanco y un pantalón gris, quien recitó pasajes bíblicos para despedir a la administradora. Después, llovieron puñados de tierra y flores sobre el ataúd ya sumergido en una fosa de varios metros.
Granado laboraba en el diario Panorama, en el área de Comercialización, desde hace 20 años. La noche que murió, el pasado miércoles, salió a las 5:00 p. m. de su trabajo para “taxiar”. Seis delincuentes de la banda “Los Suicidas”, dedicada al robo de vehículos, la interceptaron para robarle su Chevrolet Spark. Ella reconoció a uno de los hampones, por lo que la asesinaron y abandonaron su cuerpo en un jagüey. A Ruth le cortaron el cuello, la apuñalaron varias veces y le dispararon dos veces en el abdomen.
Uno de los homicidas está evadido, los otros cinco murieron en un careo, horas más tarde. El Cicpc investiga el destino de otros integrantes de la banda que habrían huido a Colombia.
