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El Tiempo: “Una parte del chavismo siente curiosidad por lo que ofrece la oposición”

“Lo que mueve fundamentalmente al chavismo es el clientelismo”, expuso un analista. Estiman que la inflación y la poca calidad de vida del venezolano hacen que "voltee su mirada" hacia las propuestas de la oposición

La reciente visita de María Corina Machado al estado Trujillo dejó ver el multitudinario apoyo por parte de los locales, incluso la “curiosidad” que la líder opositora genera en las filas oficialistas. En un autobús que llevaba el lema “Nicolás es la esperanza”, que trasladaba a simpatizantes del Gobierno empezó a saludarla y a vitorearla cuando la vieron paseando por el centro de la ciudad.

En un trabajo publicado por El Tiempo, Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, expuso que “una pequeña parte del chavismo blando siente curiosidad, más que simpatía, por lo que podría ofrecer la oposición”.

“Hasta ahora no se siente masivamente atraído (por la oposición), pero hay una parte que incluso votó en las primarias”, apuntó Seijas.

Algunas zonas chavistas registraron una alta participación en las primarias celebradas en octubre de 2023, en las que Machado ganó abrumadoramente, catapultando su trayectoria política a nuevas alturas. Los recientes resultados se basan en las elecciones regionales de 2021, en las que el chavismo perdió el estado de Barinas y docenas de municipios rurales que una vez controló.

Aunque es difícil predecir las implicaciones de este cambio de opinión de una parte del entonces núcleo duro del chavismo, su giro puede desempeñar un papel significativo en la próxima contienda presidencial del 28 de julio, en la que están inscritos más de 21 millones de ciudadanos para votar.

Para Margarita López Maya, una historiadora que ha estudiado la izquierda del país, el declive de la popularidad del chavismo en sus zonas centrales tiene que ver con las fuentes de la lealtad de su base, que según ella son menos ideológicas y están más relacionadas con el carisma del líder y los beneficios que los circuitos clientelistas del partido podrían proporcionar.

“Lo que mueve fundamentalmente al chavismo es el clientelismo”, dijo López Maya a AQ. La conocida estrategia política de ofrecer bonos puntuales, asistencia alimentaria y empleo público ha sido particularmente efectiva para el Gobierno de Maduro.

Sin embargo, Ecoanalítica apunta a que alrededor del 65 % de los venezolanos ganan menos de 100 dólares al mes. La inflación (con una tasa anualizada de casi el 90 por ciento) sigue siendo una de las más altas del mundo, el crédito es extremadamente escaso, el salario mínimo se mantiene en torno a los 4 dólares y la producción de petróleo languidece.

El estancamiento de la economía venezolana, un reducto de lo que fue, ha alimentado el ascenso de González Urrutia en las encuestas. En estos sistemas, la gente “no tiene posibilidad de trabajar y de mantenerse por sus propios medios”, explica Mirla Pérez, investigadora del Centro de Investigaciones Populares Alejandro Moreno (Ceesp), que estudia los barrios y zonas rurales venezolanas.

Para muchos venezolanos, Maduro no ha proporcionado el bienestar que prometió la revolución bolivariana. Enfrentados al desencanto y la frustración, los chavistas de base apenas reciben asistencia social. Los sectores rurales y de bajos ingresos, que eran bastiones del chavismo, ya no generan movilización ni entusiasmo

“Machado está recogiendo las demandas aspiracionales de una vida mejor, relacionadas con las condiciones materiales de la clase media”, dijo Rafael Uzcátegui, activista de derechos humanos que dirige la organización Laboratorio de Paz.

Ante la implosión del viejo sistema chavista, el mensaje de cambio político de Machado gana fuerza. “Es un mensaje atractivo, de esperanza, de cambio, de alternancia”, dice López Maya. Aparentemente en respuesta al ascenso de Machado, Maduro ha desplegado pancartas azules reemplazando el rojo característico del chavismo a cambio del azul asociado con Machado con el lema “La esperanza está en las calles”.

Aun así, la oposición se enfrenta a grandes desafíos, que van desde una medida judicial que podría eliminar a sus partidos de los tarjetones hasta la posibilidad de un conflicto armado con Guyana por el disputado territorio de Esequibo, que podría servir de excusa para la suspensión de las elecciones.

“No hay cartas del tarot ni bola mágica que te diga lo que va a pasar”, afirma Paola Bautista de Alemán, politóloga y vicepresidenta de un partido de la oposición. “Pero se puede sentir que el cambio está en el aire”.

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