El diario plural del Zulia

Rodrigo Rivera Morales | Elecciones y activismo militante

Hace unos días en reunión de amigos Raúl Ochoa, Carlos Alaimo, Abdón Vivas, Lalo Troconis y mi persona conversamos acerca de las elecciones del 28 de julio. Todos coincidimos que la banda que tiene secuestrado el Estado y sus instituciones realiza todas las maniobras para preservar su poder y proteger su riqueza mal habida por el saqueo a la hacienda pública nacional.

Concordamos que esa banda no acepta los procedimientos democráticos, ni se somete a acuerdos para retornar a la vida democrática. Somos contestes en que cualquier acuerdo que hagan, que posibilite su salida del poder, lo patearan.

Convergimos en que harán todas artimañas para impedir que la voluntad popular, por medio de los votos, los expulse del poder.

Ciertamente, el pueblo venezolano en su meta de alcanzar la libertad y retornar a la democracia no se enfrenta a un partido político democrático y con esencia democrática, sino a una banda que para maquillar su verdadera naturaleza y aparentar entrar en el juego democrático creo un partido, que le permite mediante el clientelismo y populismo una pequeña base popular de apoyo. Esa banda no juega limpio, su modo de actuar es con trampa e imponiéndose por la fuerza. Allí están las amenazas, como lo resaltó Raúl en sus conversaciones imaginarias, de Maduro y el tenientico valiente “ni por las buenas ni por las malas”.

Los indicadores sociales nos muestran que en Venezuela se vive una calamidad social, solo los privilegiados, que no alcanzan un 10 % de la población venezolana, tiene acceso a buenos alimentos y bebidas; los indicadores económicos revelan el desastre económico provocado por las erradas y nefastas políticas públicas, aunado a la inmensa corrupción en las esferas del Estado. El 82.6% de población residencia en Venezuela manifiesta un rechazo régimen chavo-madurista. Por supuesto, los 8 millones de venezolanos que hemos tenido que emigrar, y que se nos impide arbitrariamente poder votar, el 97.2% rechazamos ese régimen, solo un pequeño porcentaje de bolichicos y familiares de la banda apoyan al régimen.

El régimen sabe del enorme rechazo que tiene en el seno del pueblo venezolano, trata de simular apoyo, pero cada día queda más al desnudo. En sus momentos agónicos recrudece su populismo y repite sus promesas mentirosas. Nadie come ese cuento, la experiencia de 25 años de desastres, promesas, fracasos y robos, le ha llevado a la convicción que son unos farsantes y deben ser echados del poder del Estado. Todas las mediciones dan una ventaja enorme a Edmundo González. Es imposible que Maduro gane las elecciones.

Por supuesto, que hay temor fundado, que el dictatorial régimen obstruya las elecciones e impida una manifestación libre de la ciudadanía. Los antecedentes de su conducta y manifestaciones puntuales así lo acreditan. Persecución y prisión a opositores sin fundamento jurídico, amenazas de toda naturaleza. Vigilancia y espionaje de sus huestes porque saben que internamente hay críticas e insatisfacciones, además, de las consabidas cobardías que se expresa “cuando el barco se hunde las ratas huyen”.

Se sabe que Cilia ha estado haciendo contactos para la inmunidad de Maduro y su familia. Algunos jefes militares, también, lo han estado haciendo. No hay uniformidad en las fuerzas armadas, hay varias tendencias, la mayoría profesa un profundo rechazo a Maduro. Conversaciones personales con muchos de ellos de diferente rango, coinciden con lo que opinan los conocedores del mundo militar que viven la calamidad del país con su familia y desean la salida de Maduro.

No hay duda que María Corina y la oposición han entendido que la dictadura juega sucio y se escuda en el respaldo los cubanos y de la fuerza militar. Debe señalarse que la circunstancia que el generalato, en gran parte, apoye a Maduro, no significa que todo el componente se atreva a atropellar el pueblo y derramar su sangre. Como respuesta a esos desmanes agónicos de la dictadura la oposición, guiada por esa extraordinaria y valiente mujer,, que dado un lección de entrega y amor a libertad, sin egoísmo se ha puesto al frente para movilizar el pueblo en apoyo de Edmundo González y organizarse para ir hasta el final.

Ir hasta el final es derrotar a la dictadura y recobrar la libertad. Ir hasta el final es la movilización del pueblo para aplastar l nefasto régimen con una avalancha de votos. Ir hasta el final es estar convencido que la única vía para lograr la libertad y condiciones de vida digna es derrotando a la dictadura. Ir hasta el final es organizarse en cada rincón del país con su comandito, que sabemos se hace disciplinada y voluntariamente, para defender los votos. Ir hasta el final es fortalecer los comanditos para evitar que fraudulentamente se quebrante la soberanía popular. Ir hasta final es ir a la victoria.

Alaimo ha manifestado su disposición de ir hasta el final y aúpa a la militancia de su Partido Centro Democrático a nos desfallecer y seguir la ruta electoral para captar más votos firmes y estar prestos organizativamente para defender los votos. Raúl, Abdón, Lalo y yo coincidimos en seguir la vía electoral, en el marco de un activismo militante que se organice y luche por defender la soberanía del pueblo y alcanzar la libertad y justicia.

El autor de este trabajo, Rodrigo Rivera Morales es Doctor en Derecho. Miembro fundador del capítulo España. Bloque Constitucional

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