El diario plural del Zulia

Una pasión con alta dosis de competitividad

Representar a Venezuela es el objetivo de todo atleta. No obstante, muchas veces cumplirlo requiere de esfuerzos más que competitivos

Todo comienza con un sueño. Ser el número uno en la disciplina que se eligió representa una constante superación personal, motivada por una pasión y una aspiración a ser el mejor, que tendrá como recompensa la representación del tricolor.

Sin embargo, para llegar a la cima nacional se necesita de una competitividad continua y exigente en las largas sesiones de entrenamientos y que, luego, se verá reflejada en el área de competencia donde se obtendrá una dosis de ganancia entre ambos rivales.

“La competitividad va a impulsarte a que cada día seas mejor. No solo me va a ayudar a mí, sino también a mi contrincante porque se va a esforzar por dar lo mejor para superarme y yo haré lo mismo para no ser superada”, detalló la subcampeona mundial de karate en la modalidad kumite (-68 kg.), Marianth Cuervo, a Versión Final.

La presencia de la competitividad, como referencia personal, es esencial en la preparación de un deportista para “enfocarte en lo que quieras mejorar o del objetivo que quieres cumplir dentro de lo que entrenas” porque, de lo contrario, “no podrías tener motivación” para perfeccionar tu técnica, indicó la número uno de la clasificación nacional en nado sincronizado, Karla Loaiza.

Este valor es fundamental en la formación del carácter deportivo; es la potencia en el camino profesional de todo atleta para alcanzar sus objetivos, y será la energía orgánica que lo llevará al tope.

La psicóloga deportiva Adriana Valbuena precisó que “mucha de la competitividad puede estar influenciada por el establecimiento de metas y por el nivel de superación” de cada uno de los deportistas.

Pasión vs. Adversidades

Comandar el ranking de Venezuela en un deporte, actualmente, no significa poder cumplir el sueño de defender el tricolor nacional. La situación económica, política y social que atraviesa Venezuela se manifiesta en las áreas de competencia.

La dupla masculina de voleibol de playa, José Gómez y Rolando Hernández, anunció este año su retiro de la selección nacional por carencia de equidad en sus importantes conquistas con la remuneración de la nación hacia ellos.

Mientras que el equipo de tenis femenino estuvo en riesgo de no asistir a la Fed Cup, en Paraguay en febrero, por falta de recursos económicos. No obstante, a último momento un patrocinio aseguró la presencia de las criollas en el torneo.

Estos son solo ejemplos de diversos casos. Maletas hechas, metas aplazadas, el uniforme nacional engavetado y desánimo.

“No ir a eventos deportivos no solo nos limita la competitividad, sino también el roce deportivo”, razonó la número uno en la modalidad de kata individual, Valerya Hernández. Asimismo, la “Gacela zuliana”, Nercely Soto, analizó que se necesita “más roces internacionales” para poder cumplir las metas trazadas.

Pese a ello, la pasión por la disciplina escogida es el motivo que mantiene viva la alta competencia en los venezolanos. “El atleta profesional está donde está porque hace lo que le apasiona”, afirmó Loaiza.

Aunque las adversidades podrían ser razones para tirar la toalla, apagar el cronómetro o colgar los guantes; no son motivos “para no tener competitividad”, resaltó la nadadora zuliana.

Según la especialista Valbuena, cuando un atleta no puede asistir a una competencia fundamental se debe hacer “una reestructuración de metas”, al igual que reprogramar el cronograma de entrenamientos para “ayudarlo a mantenerse enfocado y motivado”.

“Darle solución a un problema es más importante que enfatizar. Cuando no puedo asistir, trato de recompensarlo en los entrenamientos exigiéndome aún más para ser mejor”, contó Hernández, quien puntualizó que “los atletas deben desempeñarse en las canchas sin importar las circunstancias a las que se enfrentan”.

En Venezuela, el compromiso pleno por mantener alta la competitividad ha calado en los tabloides tanto nacionales como internacionales porque, según Marianth Cuervo, en el país hay tanta competencia “que se desarrolla el talento”, a pesar de las circunstancias adversas.

“Lo que nos define a los venezolanos es que hacemos deporte por pasión”, confirmó la abanderada nacional en los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Colombia 2017.

Recompensa competitiva

A pesar de que el esfuerzo deportivo -a veces- no tenga el reflejo justiciero del respaldo económico para poder asistir a compromisos internacionales, la esperanza de que sea valorado en algún momento motiva a los atletas a seguir con el marcador abierto.

“La mejor recompensa es que has logrado tus metas, ya lo demás viene solo, mientras estés feliz con tus resultados y veas que todo el trabajo y sacrificio han valido la pena”, certificó Nercely Soto.

Las gotas de sudor continúan cayendo. Las horas de entrenamiento siguen aumentando. Nada detiene al atleta venezolano para cuando llegue el momento de poder levantar el tricolor nacional con una dosis de alta competitividad.

 

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