El diario plural del Zulia

Omar Pérez, el único protesista coméstico de Venezuela

El artista zuliano fabrica brazos, dedos, senos, ojos y narices. Su técnica combina el arte, la ciencia y los materiales industriales

Omar Pérez repara ángeles. Le regala a las personas la posibilidad de estar completos de nuevo. En su taller, él abre la puerta.

—Aquí hay acrílico, yeso, látex y silicona.

Esos son los materiales que más abundan en su lugar. Ese espacio, separado de las habitaciones de su madre gracias a una cortina azul, es su casa: Ahí trabaja. Un cartel con fotografías de detalle de personas luciendo un antes y un después: Sin dedos ni ojos y con impecables modelos de miembros y órganos perdidos. Ese cartel lleva el membrete de su fundación, “El restaurador de ángeles”.

Omar Pérez, de 59 años, combina el arte, el conocimiento y los materiales industriales para hacer prótesis de brazos, piernas, ojos, narices, dedos y senos.

A flor de piel le resbala una anécdota: Quiere contarla.

Hace un par de semanas fue al taller un muchacho a quien le faltaba un brazo. Lo perdió cuando molía maíz. Tiene 21 años. Tomó las medidas y moldeó el miembro en arcilla. Después lo vació en yeso, agregó silicona y obtuvo la prótesis.

El mismo procedimiento sigue al hacer dedos. La colación indicada la obtiene con polvos y bases cosméticas. Cada una de sus piezas es personalizada.

—Esta mano, que se sostiene gracias a una órtesis, tiene seis años de fabricada. Es un modelo de la mía. Siempre la muestro para que el cliente vea la calidad y duración del trabajo—, aclara.

Combinación mágica

Ciencia, arte y materiales industriales. Estos tres elementos recogidos en la anaplastología, ciencia que estudia la reconstrucción con prótesis estética de silicona, los reúne en su espacio. Le parece importante poseer tanto el conocimiento como la sensibilidad del arte, por algo también es artista plástico y poeta, además de ingeniero en materiales industriales.

—Si la gente supiera el poder de estos elementos, haría maravillas (…) No hay nada que el hombre no pueda hacer—, se acelera en afirmar.

En su taller hay elefantes, indios y una mujer con barriga de embarazada. Todos figuras talladas en madera
por él. Los detalles de las piezas dan la impresión de que se observa una fotografía hecha con la técnica de hiperrealismo. Similares detalles caracterizan sus piezas: Hay dedos con uñas y huellas dactilares, ojos con nervios y venas y narices y orejas con los pliegues propios de la piel.

En 2003 se percató de sus habilidades artísticas, al tener la motivación de estudiar escultura, pintura y modelaje en la escuela de fotografía y arte Julio Árraga. Luego, culminó la carrera de ingeniería en materiales industriales.

Omar Pérez aplicó una metodología válida de aprendizaje: Ensayo y error. La madera fue el ensayo. Así creó el elefante, la mujer embarazada y el indio que están en su taller. Esa técnica iba perfectamente con esas figuras, pero no con las piezas que pronto serían parte de un ser humano. Investigando, pasando por látex y silicona, halló materiales que cada vez se asemejaban más a la piel humana y así perfeccionó sus prótesis cosméticas. Su trabajo lo respalda el Ministerio de Ciencia y tecnología.

Los pasos que sigue a la hora de moldear partes del cuerpo humano son sencillos: Toma medidas, moldea en arcilla y listo. En cuanto a los ojos, se centra en un procedimiento más delicado. Ubica el centro de la mirada, modela y la apariencia acuosa la obtiene con brillos especiales.

Una prótesis para personas con malformaciones en los labios y una andadera para personas con movilidad reducida son dos de las nuevas innovaciones de Omar Pérez. La primera, la patenta en solitario, y la segunda, la desarrolla junto con la doctora Maribel Adrián, de la Universidad Rafael María Baralt. Otra de sus novedades es la modelación de senos para mujeres que han sufrido de carcinomas.

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