"Las Herederas" se lleva dos Osos de Plata en la Berlinale
Los dos Osos de Plata conseguidos en la Berlinale por "Las Herederas" han convertido a la película en el emblema del nuevo cine paraguayo y en bandera reivindicativa de una ley del audiovisual que lleva dos años en el Congreso, donde ha sufrido unas modificaciones que desvirtuarían el proyecto original.
El éxito del filme, celebrado en Paraguay como el mayor logro del cine nacional, ha tenido como efecto una renovada reivindicación de la Ley de Fomento al Audiovisual, que el gremio considera vital para el desarrollo de una industria que abarque a toda la producción fílmica, televisiva y publicitaria.
Los responsables de la película, desde el director, Marcelo Martinessi, hasta el productor, Sebastián Peña, han aprovechado la resonancia de esos premios para urgir al Congreso a promulgar esa ley, que implica la creación del Instituto Nacional del Audiovisual Paraguayo como motor de un sector que emplea a unos 4.000 profesionales y busca promover la cadena de valor del audiovisual.
Sin embargo, la ley, que ahora está en la Cámara de Diputados, va camino de ser promulgada como una versión distinta a la elaborada por la Mesa Sectorial del Audiovisual, que acoge a los profesionales y creadores, y que fue presentada al Senado en marzo de 2016.
El proyecto establece la creación del Instituto como un ente autónomo con su presupuesto y dedicado a la formación de técnicos y directores, además de a favorecer la distribución de las películas paraguayas, tantas en las salas nacionales y extranjeras como en los festivales de cine.
El pasado octubre el Senado dio media sanción al proyecto con modificaciones, entre ellas las de despojar de autonomía al Instituto al integrarlo como dependiente de la Secretaría Nacional de Cultura.
"Sin autonomía y sin fondos propios, el Instituto se tornaría en uno más de los entes que hay en el Estado sin capacidad operativa", dijo a Efe Ricardo Arriola, productor y director ejecutivo de las Cámaras Productoras de Cine y TV (Campro).
Otra de las alteraciones afecta al Consejo Nacional del Audiovisual, que en el proyecto funcionaria como rector del Instituto, al que dictará las políticas de fomento del audiovisual, y que en la versión del Senado sería un órgano asesor y sin rango directivo.
Está además la financiación del Instituto, que en el proyecto de ley se alimentaría de un porcentaje de la recaudación del impuesto a la importación de instrumentos de grabación, reproducción y proyección audiovisual, una fórmula no contemplada en el texto sancionado por el Senado.
"Ahora se queda sin una financiación específica, aunque se ha incluido un párrafo por el Instituto puede recibir donaciones del impuesto de la renta de las empresas, lo que no da seguridad ni continuidad jurídica en cuanto a los fondos que se necesitan", indicó Arriola.
En ese sentido, la Capre y organizaciones como la Mesa Sectorial o la Academia del Cine, alertaron en un comunicado de que las modificaciones mutilan la independencia del Instituto de Cine y le despojan de fondos propios y de la "participación efectiva" del sector privado y especializado.
Esos grupos quieren ahora plantear a los diputados la necesidad de que esas modificaciones no tengan la sanción de la Cámara Alta y de que se apruebe en su integridad el proyecto de la Mesa Sectorial.
Según Arriola, la inamovilidad de esos puntos originales en el proyecto es lo que garantizaría una verdadera ley del cine que afianzaría al sector, al ubicar el Instituto a la altura de los de otros países del mundo donde esa experiencia ha sido efectiva.
"Actualmente falta una política de promoción de la producción nacional en el mercado local y también en cuanto a distribución de los productos en plataformas digitales o canales de televisión extranjeros", indicó Arriola.
Reconoció que nivel gubernamental se dan "casos aislados" en la promoción y financiación de proyectos, pero insuficientes para hacer del audiovisual paraguayo una industria con futuro.
Puso como ejemplo el caso de "Las Herederas", que tuvo implicación estatal pero que salió adelante gracias a fondos de ayuda de algunos países europeos y compitió en la Berlinale por el esfuerzo de sus productores.
