El diario plural del Zulia

La guerra avisada que pelea el Maczul

Las autoridades no accionaron en el resguardo de la institución. La no prevención trajo el hurto de equipos

Adornado en su entrada por una cuarentena de chaguaramos que mueren de a poco, el superviviente Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul) lucha por mantenerse en pie. Las carencias producto de la debacle económica que vive el país, la poca prioridad que por “tradición” se le da a la cultura, y por si fuera poco la delincuencia desatada; le dejan a la institución poco oxígeno para mantenerse respirando.

Hace 42 días que el museo zuliano, el más grande del país, fue robado. Un vehículo, diferentes equipos y herramientas fueron sustraídos de la institución, dejando inoperativas algunas de sus salas y haciendo imposible el mantenimiento de ciertos espacios. Pero el peor daño fue la herida profunda, el sentimiento de quienes aman las artes y de quienes están consientes de su importancia de la institución para el fortalecimiento de los valores humanos.

Lourdes Peñaranda, directora del lugar, recuerda cómo días antes del robo, solicitó a la Policía de Maracaibo su colaboración con la seguridad. “Ya nos habían hecho dos robos menores días antes y sospechábamos que esto podía pasar”. Pero la respuesta ante la solicitud fue “no tenemos suficientes unidades para eso”.

Ante esto, la directora decidió recoger los televisores, los proyectores, otros elementos importantes y costosos, y encerrarlos bajo llave en la bóveda. Pero esta fue violada y todo lo que estaba, supuestamente resguardado, fue sustraído por manos delincuentes. 

Fue una guerra avisada para la que el Maczul no pudo prepararse. La seguridad en el lugar era prácticamente nula: primero por la vigilancia interna que era bastante de ciente, y segundo por la falta de colaboración de parte de las autoridades policiales. El museo era el blanco perfecto y los maleantes supieron aprovecharlo.

Más seguro

Después de lo sucedido la seguridad fue reforzada, y no era para menos. Además de la vigilancia interna, la Universidad del Zulia prestó apoyo con personal de resguardo y la Policía Regional permanece haciendo rondas las 24 horas del día. Polimaracaibo ofreció su colaboración, pero aún están a la espera de respuesta.

Además de eso, Peñaranda explicó que la entrada por donde se cree que ingresaron los malhechores, será reforzada
con una estructura de metal, donada por la empresa privada, que no cambiará el sentido artístico ni estético de la casa cultural.

Mucho por hacer

La seguridad es el único aspecto en el que el museo ha resuelto parte de su problema, pero quedan muchos otros que de no resolverse, pudieran generar con el tiempo el cierre de las puertas del Maczul.

“Estamos trabajando duro para que eso no pase, pero sentimos que cada vez nos quedan menos opciones para mantenerlo a flote”, expresa Peñaranda, quien además es arquitecta y paisajista.

Parte de esos esfuerzos están en mantener la programación, por eso este sábado 19 de agosto a las 11:00 de la mañana, inaugurarán tres muestras expositivas en diferentes salas. “No nos vamos a dejarnos ganar. Tenemos el compromiso de continuar pese a las adversidades”.

Aunque el robo es una pérdida significativa para el funcionamiento del museo, las necesidades de este no vienen solo por culpa de los delincuentes. Existen irregularidades que vienen por el incumplimiento de algunos organismos y por la falta de atención de otros.

Versión Final, en su compromiso por promover los hechos artísticos que nacen en importantes instituciones de nuestra región como el Maczul, hace un llamado a las autoridades regionales y municipales, al igual que a la insigne Universidad del Zulia y a la empresa privada, para que pongan su más franco empeño en hacer que la cultura en la ciudad no decaiga. Trabajar de la mano, aunque sea con pequeños pero nobles aportes, es imprescindible en estos días.

Lo que hace falta

El museo, que funciona en un espacio de 13 mil metros cuadrados, cuenta con un solo jardinero, por lo que se hace difícil el mantenimiento de muchos de los espacios verdes. Además de personal humano, requiere de fumigación, fertilización y de herramientas como una podadora.

A pesar de que la Gobernación del Zulia hizo arreglos en el techo hace poco, estos no han sido culminados. Incluso hay espacios que se ven afectados con las lluvias.

Debido a los apagones, la institución quedó sin su sistema de aire acondicionado. Existe un equipo que está evaluando el sistema y se espera que entreguen un informe sobre el estado del mismo.

Hace tres meses tanto el museo como las instituciones que están alrededor están sin línea telefónica e Internet, esto por el robo (por segunda vez) de unos 300 metros de cable.

El Maczul requiere también de una ruta urbana que cubra su perímetro. El acceso hacía la institución es difícil, el transporte público frente o cerca de la institución es nulo, lo que hace que muchas personas se abstengan de asistir a las actividades que esta ofrece.

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