El diario plural del Zulia

Estrellas inalcanzables en Venezuela

Crear un evento de envergadura es casi imposible, por los grandes costos que representa

Hasta hace poco, Venezuela era una plaza importante para grandes eventos del mundo del espectáculo. Producciones millonarias de gran talla se realizan en diferentes ciudades del país y llamaban la atención de cientos de miles de personas, que acudían a los conciertos para disfrutar desde lo más cerca posible de sus estrellas favoritas.

Cada mes, las agendas marcaban por lo menos un par de espectáculos en los que se esperaban las visitas de artistas internacionales. Las casas productoras de la ciudad movían toda su artillería para recibir al artista, en lugares como el Palacio de Eventos y el Estadio “Pachencho” Romero.

Para nadie es un secreto que la realidad económica del país ha cambiado. Desde hace poco más de dos años, la crisis se acentúa y eso lógicamente ha influido en las cantidades de producciones de eventos musicales de gran envergadura, que hoy no existen en Venezuela.

Después de ser la plaza que empujó a la fama nombres como el de Juan Gabriel, Olga Tañón, Franco de Vita, Ricardo Montaner, entre otros, Venezuela se quedó como un escenario inexistente, en el que las estrellas de la música son inalcanzables.

Juan Carlos Ulloa, periodista, recuerda con nostalgia el trajín de aquellos tiempos no muy lejanos, en los que ayudaba a preparar conciertos de artistas como Ricardo Arjona, Ricky Martín y Alejandro Sanz, todos traídos a Maracaibo por Tres y medio Producciones, la casa productora a la que pertenecía y que ya no hace vida en el país. “Con esta economía tan inestable que tenemos, es casi imposible que una empresa invierta en hacer un evento grande como los de aquellos tiempos. Recuerdo que Venezuela era una plaza a la que todos los grandes artistas querían venir, incluso Madonna quería cantar aquí”.

Con ese mismo tono de nostalgia en la voz habla José Bonacia, director de Olé Producciones. La empresa funciona en Maracaibo desde 1999 y en sus mejores años hizo posible que en Maracaibo se presentara por primera vez Alejandro Fernández, a principios de 2000 y que un año después volviera para cantar junto a su padre, Vicente Fernández.

“Extraño los sitios llenos de gente en esos tiempos maravillosos. Nada que ver con ahora. Hacer algo así hoy es solo un sueño. Los costos son estrepitosos, además, el Gobierno no da dólares para eso”. Dice que ha tenido que migrar con algunos eventos a países como Colombia, donde produce en conjunto con otra empresa. “El universo de personas que por lo general asistían a los conciertos disminuyó muchísimo en Venezuela. Antes, se manejaba una cifra de 12 a 14 mil posibles compradores, ahora hay un muy pequeño porcentaje. Una gran mayoría se fue del país y la otra ya no destina la misma cantidad de dinero para este tipo de encuentros".

Atrás quedaron los grandes titulares que anunciaban la llegada al país de importantes ídolos de la música. La crisis acabó con Venezuela como escenario para alcanzar las estrellas.

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