El diario plural del Zulia

Diagnóstico tardío de tuberculosis pone en riesgo la vida de los pacientes

El 85 % de la tuberculosis es pulmonar y el resto se da en otros órganos o tejidos

Una infección en vías respiratorias que no lograba curar llevó a Viviana Gómez Coronado a visitar a varios doctores que no podían darle un diagnóstico acertado. Tenía tuberculosis y la enfermedad puso en peligro su vida tras meses sin un correcto análisis médico.

Tenía tos, infección en la garganta, me dolía mucho, no podía comer, tenía fiebre. Me faltaba energía y empecé a bajar de peso, llegué a pesar 37 kilos. Andaba de doctor en doctor y nadie podía decirme qué me pasaba, asegura a Efe la joven de 23 años.

Viviana rememora que fue en octubre de 2016 cuando enfermó mientras hacía prácticas profesionales en un asilo de ancianos, pero no fue hasta febrero de 2017 que un doctor, finalmente, logró darle un diagnóstico.

Era muy frustrante, pero el último doctor particular que visité revisó mi radiografía y me dijo que probablemente era tuberculosis y ya en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) me lo confirmaron, explica Gómez Coronado.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tuberculosis es una enfermedad infecto-contagiosa, crónica, es la novena causa de muerte en la población mundial y principal causa de fallecimientos por un solo agente infeccioso, por encima del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Según la doctora Antonia Isabel Castillo Rodal, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en México se presentan de 2.000 a 2.500 muertes por año, y, según cifras de la Secretaría de Salud, se reportan más de 19.000 casos nuevos anualmente.

Castillo Rodal, quien forma parte del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que 85 % de la tuberculosis es pulmonar y el resto se da en otros órganos o tejidos, y siempre ha sido un problema grave de salud.

No hay país que no lo tenga, no importa si es desarrollado, aunque hace más de un siglo se descubrió la bacteria (Mycobacterium tuberculosis) que produce la enfermedad, apunta.

La especialista señala que el problema es que ese bacilo ha evolucionado a través del tiempo y hay una resistencia enorme a los tratamientos de última generación, y eso es un impedimento para su control. La estudiante de gerontología recuerda que, pese a la pérdida de peso, no se imaginaba que padecía tuberculosis.

Cuando me dijeron lo que tenía me espanté mucho, y fue a peor, porque debido a mi pérdida de peso sufrí de anemia y neumonía hospitalaria, recuerda.

 

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