El diario plural del Zulia

Noche, ritmos y danzas de San Juan Bautista

Banderas y personas de morena estampa flanquean el recorrido dinámico de la pequeña figura de San Juan. Viste una capa roja, un sombrero  y a sus pies la primavera se pierde de vista con esos ramilletes de flores de diferentes colores, como corean en contralto las mujeres al son de los tambores.

Esa pequeña figura se asienta en una especie de mesa o pedestal andante de madera, sobre el cual ponen a volar su sobretodo tradicional los pasos rítmicos del fiel que lo lleve sobre lacabeza.

Estos bailes se circunscriben a las celebraciones nocturnas del 23 y 24 de junio, durante los cuales —en honor al nacimiento de San Juan Bautista, según el santoral católico— poblaciones de Miranda, Aragua, Yaracuy y Carabobo desarrollan distintos festejos, de los que forman parte hasta encuentros deportivos donde las mujeres mueven las caderas hasta para jugar voleibol.

Durante estas fiestas patronales, los habitantes suelen disfrutar de todas las actividades que se organizan en honor al santo bailarín. Entre las montañas de la geografíaMirandina, y bajo la sombra de las palmeras, los devotos hacen fogatas alrededor de las cuales celebran a “Bautista” de espaldas al mar Caribe.

Ave María, Juan

Ave María

Mi padre San Juan Bautista es un santo bien bonchón

Cuando escucha los tambores se le alegra el corazón

La negrura de la noche se refleja en las pieles sudadas de los habitantes de Choroní. Entre las largas fachadas de las casas llevan al santo a cuestas celebrando su paso. Las estrechas calles, típicas de las regiones con el sol más inclemente, agrupan el color de las banderas referidas y la sonrisa franca de los celebrantes. Las mujeres agitan sus senos, los hombres se doblan desde las caderas. Jadean, pero no paran de bailar al santo.

La noche y madrugada del 23 de junio tiene diferentes connotaciones acerca de la fiesta y la figura de San Juan en Latinoamérica y varios países de Europa.

Mientras en Curiepe y Barlovento los fieles descongelan sus pieles y dejan caer el sudor sobre la tierra, desde sus hogares otros creyentes hacen rituales mágicos-religiosos para su bienestar, desde cortarse el cabello para hacerlo más saludable, hasta la limpieza de sus amuletos para la buena suerte. Esto pasando por las interrogantes al santo acerca del futuro de las relaciones amorosas; las peticiones de dinero, salud, protección y buena suerte.

La nocturnidad de estos rituales tiene que ver con el fuego, puesto que lo celtas solían encender grandes hogueras para sus peticiones al sol durante la temporada en la que este astro duraba más tiempo en el cielo, mostrando su máximo poder a los hombres.

Simbólicamente, la celebración del nacimiento de San Juan coincide con el espacio de tiempo entre el cual se desarrolla el solsticio de verano, aunque —según el calendario gregoriano— este evento ocurre entre el 20 y el 22 de junio; sin embargo,  dos días después, la costumbre pagana de la noche de San Juan se da para “dar más fuerza al sol”, pues acaba de entrar el verano.

Como parte de las tantas expresiones de sincretismo que se tienen en la región, la conmemoración religiosa se diluye con la pagana y el resultado va inserto en la expresión cultural de los pueblos. En el estado Miranda, el culto a San Juan Bautista a través de la música se corresponde con la idiosincrasia africana, puesto que los negros esclavos traídos durante la colonia dejaron instaurada la tradición folclórica del tambor y la adoración a este santo con estas expresiones como solían hacerlo ellos con sus deidades africanas.

“Pajarillos descienden colores que cantan alegres al amanecer”

Amanece el 24 de junio en Choroní y San Juan entra a la iglesia haciendo un compás al ritmo de la cadencia musical. Entre varias personas alzan tambores largos y delgados, mientras las manos los hacen retumbar. Hay figuras del santo con capas de distintos colores, texturas y decorados con temáticas distintas.

En Curiepe, el protocolo lo dictan las campanas: a las doce del mediodía, doce toques de campana indican que la fiesta pagana debe parar y es tiempo de la religiosidad. Al término de la eucaristía, las campanas repican de nuevo para reanudar la celebración entre incitaciones al baile en pareja y el consumo de bebidas que alivianan las actitudes.

El festival de alegría que se desarrolla con la llegada del 24 de junio es un atractivo turístico que implica múltiples manifestaciones de la herencia cultural. La particularidad de los elementos de cada evento —solsticio de verano, día libre de los esclavos y natalicio de San Juan Bautista— hace que más de 300 años después de sus primeras expresiones se mantenga el fervor y recelo por mantener por mucho tiempo más la fiesta patronal.

Módulo:

Tres razones, una celebración

Los hacendados daban el 24 de junio a sus esclavos africanos como su día libre en todo el año. Ellos festejaban esa posibilidad con sus modos de festejo. Dichos latifundistas elegían esa fecha por el solsticio de verano. Así se unifican los elementos de la expresión africana, el día más largo del año y el natalicio de San Juan para desembocar en lo que hoy es patrimonio en Miranda.

Balcón Curiosidades:

San Juan y el agua

San Juan es Bautista porque administraba el sacramento del bautismo a los fieles en el rio Jordán. Esta historia bíblica ha devenido en gran parte de la tradición mágico-religiosa de los siglos siguientes entorno a su festividad. En la religión católica, el día 24 de junio es día de bautizos; en las fiestas paganas, este día es propicio para darse un baño de mar, renovar energías y apartar maleficios. Sin ser casualidad, en Venezuela, este santo es patrono de poblaciones de la costa aragüeña y mirandina, propiciando que muchas de sus parrandas sean oficiadas en las playas de estas regiones. Mientras que hay que creyentes que en la víspera de la fecha, ponen en remojo sus amuletos y esparcen el agua usada por los rincones de sus casas ahuyentando lo que no quieren que entre.

 

 

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