¿Qué tan seguras son las Redes Sociales para niños?
Estamos viviendo una era tecnológica donde las redes sociales sin duda alguna forman parte fundamental de nuestro entorno. Esta realidad alcanzó hasta a los más pequeños de la casa. Messenger Kids, Club Penguin y Lego Life, son solo algunas de las redes que actualmente se encuentran disponibles para niños, las cuales aseguran ser seguras para los menores pero que han comenzado a ser cuestionadas por expertos en tecnología.
Cada vez son más los casos de pequeños que comienzan a usar las redes sociales a muy temprana edad, exponiéndose completamente a peligros como el “cyberbullying” o el “sexting”. Un estudio realizado por la Universidad de Sheffield (Reino Unido) explica que “cuanto más tiempo pasen los niños en las redes sociales más probabilidades tienen de sufrir bullying, o incluso de ser más infelices”.
Las compañías de ciberseguridad indican que, aunque una red social afirme ser segura es muy importante que los representantes vigilen lo que los menores hacen es estos sitios web. El Global Retail Product Manager de Panda Security, Hervé Lambert, asegura que "hay que hacerles comprender que los padres tenemos que supervisar cómo navegan".
Es muy importante destacar que debido al alto conocimiento que poseen en estos tiempos los niños con respecto a las nuevas tecnologías, se hace más difícil para los padres asegurarse de todo el contenido que pueden estar manejando los infantes, ya que en mucho de los casos estos pueden ocultar sus perfiles o cualquier tipo de información.
75% de los menores entre 13 y 14 años ya se encuentran activos en diferentes redes sociales. Por otra parte, el 'sexting' se ha convertido en algo usual entre los jóvenes y adolescentes. Según un informe de la American Medical Association, “cuatro de cada diez de estos jovenes ha intercambiado o publicado mensajes con contenido sexual en los que ellos eran los protagonistas”.
Algo que muchos jóvenes desconocen es que toda la información que es publicada permanece almacenada en un servidor que podría ser “hackeado” y, entonces, esos datos caerían en manos de un pirata informático. Además, los niños suelen olvidar que desde los ordenadores o móviles se pueden realizar capturas de pantalla, por lo que otros usuarios podrían tener guardada esta información.
