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Juego de Tronos: La batalla tecnológica que esconde la serie

La superproducción de HBO, que cuenta con decenas de millones de espectadores en todo el mundo, no solo afronta esta primavera su última temporada, sino también sus últimos retos tecnológicos

Aunque el invierno haya pasado, está más cerca que nunca en Juego de Tronos. La última temporada de la exitosa serie cuyo estreno comenzó a mediados de abril. Será el punto y final para las decenas de millones de fieles que han seguido las luchas intestinas por el Trono de Hierro. Pero no solo acabará la serie y las batallas, sino también las guerras técnicas que se libran entre ordenadores, drones y efectos visuales de todo tipo.

Es evidente cuánto trabajo invierte el equipo en la creación del espectáculo. Durante los primeros compases de cada capítulo, el espectador se introduce en la geografía de los Siete Reinos, mostrando los modelos 3D bajo la reconocible canción de Ramin Javadi. Se requieren tres meses para producir todas las intros de la temporada porque la configuración cambia ligeramente.

“Los seguidores creen que en realidad creamos estos lugares a partir de madera y metal, pero todo se hace en un ordenador para emular texturas y materiales físicos reales”, asegura Angus Wall, director de Rock Paper Scissors.

Otro de los elementos más llamativos de la serie son los dragones. Para darles vida en Juego de Tronos, la tecnología ha adquirido un papel primordial. Sven Martin, el supervisor de efectos visuales en Pixomondo, la compañía que ayudó a HBO con los dragones, comenta que al crearlos por ordenador, su empresa se inspiró en la naturaleza.

Queríamos que los efectos visuales fueran realistas. Todo lo que se ve está basado en animales reales. Tomamos lo mejor de lo que la naturaleza nos ofrece”, añade Martin.

El truco técnico final lo encontramos en la esencia de estas criaturas: el fuego que lanzan de su boca. Esta llama mágica en la pantalla es el resultado de un disparo real. Se simula mediante un robot al que se une un lanzallamas. Además, sirve también para realizar todos los movimientos de la cabeza del animal y que la llama tenga direccionalidad.

Fueron 71 empleados los que trabajaron en el proyecto, incluidos 10 animadores gráficos —su responsabilidad era que la piel y los músculos se vieran lo más natural posible en la pantalla—, una persona encargada de crear el esqueleto del dragón, tres iluminadores y 10 especialistas que unieron a los dragones.

¿Juego de Tronos o de drones?

Muchos planos a vista de pájaro aparecieron en la serie gracias a los drones. Escenas como la Batalla de Meirin y el acercamiento de la flota de Stannis Baratheon a Desembarco del Rey fueron filmadas con su ayuda. Los drones se utilizan para crear el efecto de una cámara rápida.

Para lograr esta sensación, también se puede emplear un sistema de spidercam, que es un cable tendido entre dos grúas de construcción sobre el que se cuelga una cámara que se desliza sobre rodillos. La batalla entre el ejército de Khaleesi y los Lannister, por ejemplo, contó con la inestimable ayuda no solo de los actores, sino de todos estos pequeños trucos tecnológicos.

Los efectos creados a partir de la técnica deslumbran a los espectadores, pero no siempre facilitan la labor de los actores. Curiosamente, una gran cantidad de efectos visuales a veces impide que se involucren en el papel. Emilia Clarke, quien interpreta a Khaleesi en la serie, se quejó de que era difícil transmitir sus emociones mientras estaba sentada en una brillante maqueta del dragón verde.

Juego de Tronos es una gran superproducción en todos los sentidos. Hasta tal punto que, en muchas ocasiones, las verdaderas batallas no son las que se juegan delante de la pantalla, sino las escondidas entre herramientas tecnológicas. ¡Dracarys!

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